Capítulo 22

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Luego del chequeo médico diario, me recosté. Lucian no reaccionó inmediatamente, pero, esa misma noche, los gritos de mi violador no me permitieron dormir en lo absoluto. Me causaba cierta satisfacción que aquel vampiro sufría como me hizo sufrir a mí. Pero cuando regresaba a la realidad, por más que sufriera Issaul-Egon Schwartz, nada iba a reparar el daño físico y emocional que me hizo.

Así que, la nueva Elina no ha hecho nada para cambiar y hacer mejor las cosas como se lo prometió aquel día en el baño. Cuando corté mi cabello decidí olvidar el pasado cruel, pero la desgracia me seguía a donde fuera.

Me levanté de la cama sin problemas y tomé una ducha. Ajusté el vestido y cepillé mi cabello, el cual ya había crecido unos centímetros. No me atreví a ver mi reflejo en el espejo. Simplemente salí de la habitación en dirección al estudio de Lucian, donde sabía que estaba allá.

Cuando entré lo que vi me sorprendió: Él estaba follándose a una miembro del concejo. Al verme su rostro se descompuso e inmediatamente acomodó su ropa.

—Elina... —levanté mi mano en su dirección.

—He venido para pedirte que me enseñes a pelear pero, por lo que veo estás muy ocupado, así que iré a la sala de entrenamientos yo sola. —una vez abandoné el estudio, respiré hondo, tratando de contener el llanto. Continué mi camino hacia la sala y tomé una de las armas.

—Elina. —de inmediato apunté en su dirección, sí que me había dado un gran susto. Bajé el arma y la dejé sobre una mesita de metal.

—No quiero estar cerca de ti, Lucian, deseo morir. —una vez terminé de hablar juntó sus cejas. Dio un pequeño paso hacia atrás, observándome como si de repente me volví la chica más loca de la ciudad.

—Te ordeno que me escuches. —su tono autoritario llegó a mis oídos. Pero ya era tarde, ya no más sumisión.

—No lo haré, Lucian. Bien puedes asesinarme de una buena vez, pero ya no seré más la afectada. —recibí una cachetada de su parte. Lo fulminé con la mirada sin titubear.

— ¿Quién te crees? —sus ojos irradiaron una gran ira contenida.

—Me rehúso a seguir sufriendo sin motivo alguno, Lucian ¡Fui violada! ¡Perdí lo más importante para mí como mujer! —respiré hondo y traté de no alterarme y estallar en llanto como una niña—. Ya mi vida no tiene sentido, solo deseo estar muerta.

— ¡No digas nada!

— ¡Ya no me importa! ¡¿Acaso no entiendes que prefiero morir a vivir en este infierno?! —mi tono se voz se igualó al suyo—. ¡Soy infeliz cuando lo único que he tratado toda mi maldita vida es ser una buena persona! ¿Qué justifica mi sufrimiento? ¿Nada cierto? No nací para alimentar tu sádica actitud.

— ¿Olvidas que fui yo quien pagó por ti?

—Yo nunca pedí ser subastada.

—En este siglo los vampiros somos la máxima autoridad...

— ¡Me importa una mierda, Lucian! ¿Sabes qué? No te necesito, yo sola puedo suicidarme. —mi mano alcanzó el arma del entrenamiento, pero Lucian fue más rápido y me la arrebató, lanzando el objeto al otro lado de la sala.

—No harás eso.

— ¿Quién me lo prohíbe?

—Tu dueño.

—Tu solo eres un maldito vampiro egoísta, altanero y maniático. —entonces, Aaron entró, interrumpiendo nuestra ''pacífica conversación''

—Señor, Egon ha escapado. —las malas noticias no se hicieron esperar.

— ¡¿Cómo que escapó?! —explotó Lucian.

(...)

Lucian

— ¡¿Cómo pasó esto?!

—Lucian, él está vivo —Anthon ingresó en la sala de reuniones. Por primera vez era acompañado de su esposa; aquello me hizo saber que el tema era más grave de lo que parecía–. Un grupo de siete desertores ingresaron a la ciudad sin ser detectados. Mataron alrededor de veinte guardias y se llevaron cuarenta humanas con edades entre los quince y dieciocho.

—Kolem fue asesinado por el padre de Saher. Es imposible que tu afirmación sea válida, Adam. —intervino Lucas con el ceño fruncido. Que ingenuos hemos sido todo este tiempo.

—Lucian, creo que es buena hora de que llames a Grace, debemos salir de dudas a como dé lugar.

—Respecto al tema del bastardo de Egon, creo que es más que obvio que era un traidor. —comento, apretando los puños; no fue tiempo suficiente para torturarlo. Debo matarlo y no solo por el daño que le causó a Elina.

—Lamentamos lo sucedido con tu humana. —habló por fin Vladimir.

—Aaron, llama a Grace y envía un grupo de guardias por ella inmediatamente —mi creación asintió—. Respecto a Caín, activen las alarmas, quiero el doble de guardias cubriendo los muros día y noche. Los humanos tendrán prohibida su salida de las jaulas y, los vampiros del congreso y sus familias se mudarán a Redport. Deseo hablar con el general de la guardia para crear nuevas estrategias e implementar nuevas tácticas de batalla.

—Señor, la señorita Camella Holton acaba de atravesar las montañas. —informa uno de los guardias. Me incorporo sin disculparme de los moralistas y camino rápidamente hacia la entrada para recibir a esa chica.

Camella Holton es la única hija del dirigente de Balem: Drac Holton. Aun no entiendo la razón por la cual ha venido ella pero, sea lo que sea, no debe traer buenas noticias consigo. Visualizo los autos a lo lejos; otra ventaja de ser vampiro.

Una vez las camionetas se detienen frente a la entrada. Ella desciende del auto.

—Lucian Von Saher. —dice. En un segundo está frente a mí y extiende su mano.

—Bienvenida, Camella. —los autos ingresan. Su habitación está lista, ordené que la acomodaran desde ayer.

Una vez estamos de regreso con el concejo, ella toma asiento en uno de los sofás y no se hace esperar.

—Mi padre, Drac Holton, se ha quedado en Balem para atender el devastador hecho que generó el regreso de los desertores. Mi pueblo se ha dividido. Ahora hay una ciudad más en el mundo.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora