Capítulo 17

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Yo seguía perpleja observándolos. Mi rostro en estos momentos, y solo quizá, no esté revelando la impresión; pero la verdad era que sí estaba impresionada por todo lo que acababa de enterarme. Necesitaba más tiempo para procesar todo esto.Tan grande fue mi ensimismamiento que no me percaté el momento en que Lucian estaba de pie junto a mí, imitando mi gesto.

Armen y mi hermana se acercaron. Ella ahora usaba el abrigo del vampiro. Me observó con tristeza a lo que yo respondí apartando mi vista de la suya.

Aún no me sentía lista para afrontar la situación.

—Tengo que irme, Saher. Tengan cuidado, las cosas han cambiado. —Armen estrechó la mano de mi amo. Yo no quise despedirme de ninguna, pero la presión de Lucian me obligó a recrear una reverencia ante el vampiro de cabello azabache.

No despegué mi mirada del auto hasta que desapareció por el camino. Cabizbaja, regresé al interior de la masía.

—Los quiero a todos en la sala inmediatamente. —anunció mi amo. Inmediatamente los inquilinos de la residencia aparecieron de diferentes lugares. Lucian tomó asiento en un sofá muy antiguo y cruzó sus manos.

—Quiero saber que pasó. —exigió Shannon.

—Se han registrado un incremento de asesinatos en las jaulas. Algunos dicen que es una nueva epidemia, pero los forenses han dictaminado que los asesinaron.

— ¿Cómo?

—Desangrados —respondió—. Elina, mírame —obedecí a su orden y levanté la cabeza—. He enviado un grupo de vampiros para que custodien la casa de tu madre —ahora observó a su hermana—. Si no estoy mal, los desertores han regresado. Así que tienen prohibida la salida de la masía sin mi consentimiento. No podré protegerlos si no me lo permiten.

Llamó mi atención la forma en que habló mi amo ¿Proteger a mi madre? El amo que me deparó el destino no acostumbra a poner a salvo a una humana, y menos si se trata de mi madre. Mi rostro en estos momentos debía ser un caos por culpa de la impresión.

No daba crédito a sus palabras. Por más que intentara no podía creer. Mi mente funcionó de nuevo, haciéndome caer en cuenta de que tal vez sea una broma.

—Kolem murió hace muchos años. Nuestro padre lo asesinó. Yo vi como su alma se desprendía de su cuerpo. —Shannon lucía muy agitada.

—Si estuviera vivo aún lo sabríamos. Armen cree que es alguno de sus sucesores.

—Sea quien sea, estás en peligro, no solo tú, Elina también —ambos me observaron con detenimiento—. Cariño, ¿te encuentras bien?

—Disculpe mi actitud, señorita. —me excusé.

—Estás muy pálida —la vampiresa posó su mano en mi frente—. Casi pareces un cadáver.

— ¿Qué ocurrió con Egon? —interrogó Lucian. Lo sabe. Mi cuerpo, de repente, se desplomó.

(...)

— ¡Sácala de aquí! —aquel grito provocó que me despertar de golpe. El rostro de Lucian apareció frente a mí. Me tomó por la cintura y me cargó.

— ¡No, por favor! ¡No me violes! —supliqué, al tiempo en que me retorcía entre sus brazos.

—Elina, cálmate, tengo que ponerte a salvo. —sus ojos escrutaron los míos. Me quedé perpleja al ver la preocupación en aquel par de orbes tan intensos como el fuego. Afuera se escuchó un vidrio quebrantado. Los gritos de varias mujeres hicieron eco desde el primer piso. El fuego se acercaba. Estábamos acorralados y solo podíamos escapar por la ventana.

— ¿¡Lucian, qué está pasando!? —dije aterrada.

—Cállate. Nos iremos de aquí. —me cargó y, de un brinco, llegamos al borde de la ventana. Sin pensarlo dos veces saltó de esta y empezó a correr por el bosque. Unos rugidos se alzaron detrás de nosotros. También eran vampiros pues sus colmillos están expuestos. Lo extraño en aquellas cinco bestias era el color de sus ojos: intensos, brillantes...Y grises...

Uno a uno cayó a causa de unos disparos. Miré al frente para encontrarme con un enorme mansión rodeado de lujosas mansiones. Un alto muro de casi diez metros de altura rodeaba todo el lugar. En la cima del muro rondaban vampiros uniformados.

— ¿Dónde está Shannon? —interrogó Lucian desesperado.

—Estamos bien, hermano. —ella apareció por detrás. Una vez volví a tocar el suelo, caí sentada sin poder controlar el mareo. Todo me daba vueltas.

—Tus mareos son por la velocidad en que tuve que correr. Ya pasarán. —dicho esto me tomó entre sus brazos y se encaminó hacia la enorme mansión.

(...)

Lucian

Me enfadaba tanto saber que esos miserables regresaron. Esas detestables bestias... creí que mi padre les había llevado a la extinción total. Los desertores son vampiros rebeldes. Aquellos que han perdido la razón y se han permitido ser poseídos totalmente por la sed. Nuestra naturaleza, originalmente es más inteligente y razonable. Los desertores van en contra de nuestras normas, solo buscan alimentarse y reproducirse.

En mi tiempo de vida solo he conocido a un desertor con el poder de crear un ejército de bestias. Kolem, uno de los originales, quién con la ayuda de una bruja logró crear una raza de vampiros el doble peligrosa y, casi invencible.

Me inquieta pensar que el bastardo continúe con vida. Kolem violó y asesinó a mi madre. Shannon y yo lo vimos todo, de forma tan explícita, cuando teníamos tan solo seis años de edad. Nuestro padre no logró salvar a mi madre. Cuando llegó ella había sido degollada y empalada en el jardín. De no ser por la oportuna aparición de Decan, nuestro padre, mi hermana y yo habríamos sido los siguientes.

Intentamos darle caza. Cuando asesinamos a su mujer, quien era la misma bruja, su ira no tuvo límites: Asesinó a toda la descendencia del rey de Caín, incluida su hija Aileen, quién era mi prometida y Brielle, mi mejor amiga.

—Lucian, tenemos que tomar medidas drásticas inmediatamente. Las Jaulas no resistirán más ataques, por otro lado, tenemos que proteger a los de nuestra raza. —habló Anthon, un viejo amigo y miembro del concejo de Caín.

—Todos los vampiros y humanos serán resguardados en el muro de Redport.

—No pensarás juntarnos ¿o sí? —intervino Denisse, la única mujer que ha logrado ser parte del concejo.

—Claro que no. Para ello se construyeron dos jaulas aquí —ni loco acabaría con nuestro reinado vampírico—. Aaron, ordena agrupar a todos los humanos, los quiero a salvo para el amanecer.

Este obedeció e inmediatamente salió de la estancia. Redport, así se conocía el gran castillo en donde debe vivir el dirigente de Caín. Está situada justo en el centro de la ciudad, además de que está rodeada por las masías de los vampiros importantes y un muro. Era el lugar más seguro en la ciudad; sin embargo, siempre amé la masía cerca del bosque.

Sentí su respiración agitarse. Era fácil sentirla pues es la única humana en el lugar. Esa niña sigue siendo una piedra en mi zapato, sin embargo, la necesito a mi lado por un tiempo más.

—Hermano, llamó Greg, están atacando Dárjan. —Shannon apareció, sumergida en una profunda angustia. Me levanté rápidamente y la estreché entre mis brazos.

—Tranquila, Shannon. —ella fue, es y será siempre, la única mujer que obtendrá amor de mi parte.

El motivo de su preocupación tiene como nombre: Greg Denire, príncipe de Dárjan. Su prometido.

—Lucian, es menester que firmes inmediatamente los papeles. La ceremonia puede esperar, por ahora, Caín necesita a su gobernante. —Khall dejó los papeles sobre la mesa y me observó con lo que pude definir como severidad, súplica y redención.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora