Capítulo 37

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El día pasa sin ningún tipo de percance. He estado ayudando a Lena a acomodar las reservas de sangre que traen directamente del hospital. Nos llevó bastante tiempo, puesto que son demasiados vampiros los que habitan en la mansión, contando con la guardia.

Holly se ha quedado dormida en su habitación, al ser mitad humana, su cuerpo lo requiere casi tanto como nosotros los humanos. Lena es la primera en ingresar a la sala. Una vez observo el interior, la veo acomodada sobre el regazo de Anthon. Lucian platica con Armen en una de las esquinas.

Todas las miradas ahora recaen en mí; la que más llama mi atención de la de Denisse, quién continua mirándome con odio. Tomo asiento en uno de los sofás, tiempo después Lucian se sienta a mi lado, me dedica una sonrisa, la cual respondo con un beso en la comisura de sus labios.

— ¡Somos todos! —anuncia Vladimir al entrar.

— ¿A qué se debe la urgencia, Lucian? —pregunta Denisse cambiando de postura.

—No es exactamente él quién urge por una reunión —interviene Camella—. Creo que ha sido suficiente tiempo desde la fundación de Galem, así que volveré a Balem esta misma tarde. Denire debería volver a Dárjan, junto con su mujer.

—Entendemos tu preocupación, Camella, pero creo que deberías enfocarte en tu ciudad. —habla Shannon, provocándola.

—Mira quién lo dice, Saher, tienes al pobre Greg tras tu culo en la ciudad de tu hermano, en vez de estar en Dárjan. —discute la heredera de Balem, cayendo en su juego, y logrando su cometido. Shannon la mira furiosa.

—Eres una zorra entrometida...

—Basta, Shannon —interviene Lucian. Todos en la sala se mantienen en silencio, atentos sobre uno de los estantes. Entrelazo mi mano con la de Lucian, quién se nota tenso de repente—. Armen, tu hijo...

— ¿Qué pasa con mi sobrino? ¿Ana está bien?

—Es un híbrido. —afirma Shannon. Sus ojos se fijan en mí de inmediato. Sonrío al pensar que será como Holly, sin embargo, la expresión de Armen no me convence del todo.

— ¿Qué tiene con que sea un híbrido? —interrogo al ver que nadie dirá más.

—Se incrementaría su raza, lo cual está prohibido, Elina. Holly está viva porque nació antes de que la ley que prohíbe su concepción se aprobara, desde entonces, se acordó que no se permitiría un nuevo nacimiento híbrido.

—Pero es un bebé... —murmuro a punto de llorar. No pueden matarlo.

—Sea lo que sea, tendrá que ser discutido por los miembros del concejo de cada ciudad. —dice Denisse.

—Vivirá ¿cierto? —Lucian no responde, lo cual me preocupa—. Lucian, respóndeme.

—Son temas muy delicados, Elina, todo es cuestión de tiempo. —es Anthon quien me responde, sin abandonar la mano de su esposa.

—No pensarán permitir la ejecución de mi sobrino... Armen, has algo.

—No nos interesan tus pesares, niña. Cállate. —Denisse parece realmente estresada. Frunzo el ceño y me remuevo sobre el asiento. No ahora.

—Esto es importante...

— ¿Y tú quién te crees para hablarme de esa manera?

—Solo intento proteger a mi hermana y a mi sobrino, eso es todo. —sin darme cuenta, aprieto más de lo normal la mano de Lucian. Intento no prestarle atención, pero esa mujer se empeña en molestarme.

—Por si no te has dado cuenta, estamos en guerra. Un maldito bebé híbrido no importa ahora, yo podría asesinarlo con mis manos...

— ¡Eres una maldita! —Lucian me sujeta por la cintura, evitando así que me abalance sobre ella.

—Denisse, es suficiente. —la detiene Lucas.

— ¡No lo es! Mientras nos asechan los desertores, ustedes se enfocan en cosas tan básicas como el bebé de Armen. En este mismo instante ellos pueden estar atacando y nosotros ni cuenta nos hemos dado. —se incorpora y abandona la estancia.

Me mantengo en silencio, observando fijamente la puerta. Es cierto que estamos en guerra, pero en las reuniones siempre se hablan de más de un tema.

—Lo lamento pero Denisse tiene razón —habla Vladimir—. La mujer no ha hablado ni aplicando la tortura. Los desertores hallados, es confirmado que siguen ordenes de Kolem y el nuevo dirigente de Galem pide hablar con Lucian y Anthon los más pronto posible.

—Pudiste haberlo dicho desde un principio, Vlad. —sugiere Greg, hablando por primera vez.

(...)

—Lamento lo que pasó en la reunión. —sostengo sus manos entre las mías con fuerza. Las cosas no salieron como esperaba; realmente no tenía planeado discutir con esa mujer.

—No importa ya —sus brazos me rodean de forma protectora. El repentino cambio de Lucian no deja de sorprenderme, no obstante, me gusta lo que me hace sentir—. Tus hermanos regresan hoy a Balem, supongo que deseas despedirlos —su pulgar acaricia la piel de mi mejilla. Asiento cabizbaja; la noticia de la partida de mis hermanos ha cambiado rotundamente mi estado de ánimo. Lucian levanta mi rostro para besarme. Correspondo a su gesto, antes de ser interrumpidos por Brend.

(...)

Cody me entrega otra de sus camisas para ser doblada y empacada en la maleta. Me encuentro desde hace unas horas en la habitación de los chicos; claramente, Luka no está aquí. Izel se encarga de limpiar las zonas que despeja Cody.

—Fue muy poco el tiempo juntos, Cody. —confieso al borde del llanto. Mi hermano menor me abraza con fuerza, para él esta despedida es igual de difícil.

A pesar de que estemos en guerra, las leyes vampíricas prevalecen y, por ser pertenencias de Camella Holton, deberán volver a su lado. Sería muy estúpido de mi parte el pedirle a Lucian o a Armen que hicieran un cambio con Camella, pero sería demasiado, sin contar que la vampiresa me detesta y no está dispuesta a hacer nada por mí.

—Volveremos, pequeña, te lo prometo. —besó mi sien y de nuevo me abrazó.

—Faltan nuestras pertenencias, Cody, será mejor que te apresures. —Luka ingresa a la habitación sin observarme.

—Luka...

—Yo también lamento que todo termine así, Renesme —dice cortante—. Cuídate mucho.

—Abrázame. —suplico, mientras las lágrimas humedecen mis mejillas. Él se detiene un momento, empuña sus manos, debatiéndose entre su orgullo o su hermana.

Al final opta por la segunda opción. Gira sobre su eje y me rodea con sus fuertes brazos, y yo le respondo inmediatamente, permitiéndome llorar en su pecho— te amo, Luka. Los amo demasiado a los dos.

—Y nosotros a ti, pequeña.

— ¡Connor y Cody! —la bruja llama desde el pasillo. Cierro la maleta de Cody y los tres salimos de la habitación.

El camino hasta la salida se me hace demasiado corto, a pesar de que la mansión está realmente apartado.

El auto se detiene antes de cruzar la entrada. Afuera me espera Lucian con expresión seria. Cruza algunas palabras con Camella, las cuales no logro entender.

Mi mano busca la suya desesperada. Observo como los autos se pierden a lo lejos, antes de que mis rodillas se vuelvan gelatina, haciéndome caer al suelo.

Duele. Quizá aún más que las veces anteriores. A pesar de que van muy bien escoltados, una corazonada no me permite respirar con tranquilidad.

—Estarán bien. —Lucian me ayuda a incorporarme, mientras las puertas de Caín son cerradas nuevamente. Subo al auto que nos conduce de vuelta a Redport en minutos. Me pregunto si Ana está al tanto de su viaje.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora