Capítulo 48

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Desciendo alarmada las escaleras. Algo ha pasado pues Lucian grita como loco en el primer piso. Anabelle viene conmigo, en sus brazos está Alek, quién está atento a lo que pasa a su alrededor.

— ¡Lucian, Lucian, cálmate! —acuno su rostro entre mis manos y lo obligo a mirarme—. Tranquilo, aquí estoy.

—Está muerta —susurra apoyando su cabeza en mi hombro— ¡Shannon está muerta!

Me llevo las manos a la boca sin poder creer sus palabras.

—Lucian, tranquilízate... —mi voz se quiebra y las lágrimas recorren mis mejillas.

— ¡¿Qué me tranquilice?! ¡No puedo estar tranquilo! —grita de nuevo, perdiendo los estribos. Brend se interpone entre nosotros, adoptando una postura de combate.

—Está bien, Brend, no me lastimará. —digo sujetando su hombro.

—¡¡El bastardo la asesinó!! —de su nariz empieza a emerger varios hilillos de sangre. A través de las ventanas observo una inmensa nube negra que se extiende por los alrededores del muro.

—Lucian, por favor, basta —tomo su rostro de nuevo y lo obligo a que fije sus ojos en los míos—. Vengaremos su muerte ¿de acuerdo? Asesinaremos a Kolem y a Gael, pero necesito que guardes tus fuerzas para ese momento.

La ira y la importancia se habían apoderado de él. Izel aparece en la estancia con varias bolsas de sangre en una bandeja, si Lucian no bebe en este instante, puede morir.

—Bebe, amigo. —Anthon le hace entrega de una de las bolsas. Me apresuro a tomar la bolsa y destaparla por él, quien de inmediato empieza a succionar el contenido.

—Iré con la guardia para apagar el incendio. —anuncia Brend.

—Yo te acompaño. —dice Lena, y ambos salen de Redport.

Lucian toma asiento en uno de los muebles. Me arrodillo frente a él y continúo destapando las bolsas para él. Luce más tranquilo. Su nariz ha dejado de sangrar. Tomo el paño húmedo que ha traído Aurora y limpio su rostro.

Un extraño presentimiento se instala en mi pecho. Siento un olor extraño; no es malo, simplemente es distinto. Nicolai observa atento a través de la ventana, al igual que los demás. Parece que algo se avecina. Cruzo miradas con Izel y mi hermana, pues al ser humanas tampoco entienden qué pasa.

El vidrio de la ventana se rompe de inmediato. Una nube blanca cubre la estancia, provocando que Izel, Ana y yo caigamos al suelo sin poder respirar. Tomo grandes bocanadas de aire, pero es casi imposible. De inmediato los vampiros se ven obligados a abrir las puertas y ventanas.

Entonces, ella ingresa con paso seguro.

La misma híbrida de cabello rojizo entra en la estancia. En su mano derecha sujeta con fuerza una espada, mientras que con la otra sujeta un arma. Usa la misma ropa del entrenamiento, con excepción de un chaleco negro y unos cinturones de donde guarda una daga y otros objetos.

—Nicolai. —dice con voz neutra. Brend y Sasha, otro de los guardias, se abalanzan sobre ella. La híbrida es ágil, logra esquivar la mayoría de sus ataques.

— ¡No! ¡Basta! —Nicolai interviene, sujetando por el cuello a Sasha.

— ¡Brend, no! —intervengo entre Brend y la chica, quién al verme, sujeta mi brazo con fuerza, intentando sacarme de aquel lugar. Lucian se interpone, liberándome del agarre de la chica y tomándola por el cuello.

— ¡Lucian, por favor, no! —pide Nicolai, pero es neutralizado por Brend.

—Quiero hablar con Nicolai... —dice Hye con dificultad, pues el aire empieza a faltarle.

—Ella está de nuestro lado, lo juro. —insiste Nicolai.

—Lucian, por lo menos escuchemos lo que tenga que decir. —insisto. Él parece considerar la opción y asiente no muy convencido.

Una vez son liberados, Hye corre a los brazos de Nicolai.

(...)

—Lamento haberlos asustado, pero no confío en nadie más que en Nicolai —dice Hye con las mejillas sonrojadas—. No sé si estén al tanto de la crianza que recibimos en la guarida. Gael está preparando un primer asalto. Yo debía traerlos hasta acá pero escapé; necesitaba ver a Nicolai.

—Intentaste llevarte a Elina —acusa Armen—. Y casi ahogas a tres personas.

—Necesitaba una distracción. Renesme fue la primera que distinguí, por ello pensé que podría saber dónde estaba Nicolai.

— ¿Por qué estás aquí y no con él? —pregunto sin comprender del todo. Hye abre y cierra la boca sin poder decir nada. Niega un par de veces hasta mirar el suelo, como si aquello fuese realmente interesante.

—Hye es mi novia —afirma Nicolai—. Está aquí por mí.

—Sé que esto es apresurado, pero podrías ayudarnos a saber que trama Gael. —inquiere Lena esperanzada. A decir verdad no es una mala idea.

—Solo sé que ha dispuesto un grupo de híbridos y desertores para atacar esta noche. Ya saben que escapé, por lo que creo que pospondrán el ataque.

— ¿Todo esto es por los humanos? —comenta Lena más para sí misma.

—Ya no. Gael está molesto; la quiere de vuelta —dice, refiriéndose a mí—. Kolem va a regresar y una vez esté aquí en Caín, atacará con toda su fuerza hasta tener el control total de la ciudad.

— ¿Una masacre? —interrumpo.

—No. Él solo nos ha entrenado para asesinar a los vampiros originales. Mi grupo estaba destinado para reunir a todos los humanos.

—Kolem solo desea volver a tomar su puesto como líder —afirma Adam, hablando por primera vez—. Cuando se le fue arrebatado el cargo, juró volver a tomar el control de las ciudades.

—Solo está siendo manipulado por su avaricia.

—Hye ¿por qué usar híbridos? —interroga Lena.

—Gael cree que somos más fuertes que ustedes los vampiros. Dice que, al estar prohibida nuestra raza, ustedes pensarán que están un paso en desventaja al no conocer nada respecto a nosotros.

— ¿Qué debemos saber de ustedes? —pregunta Lucian con interés.

—No somos rivales para ustedes. Ni consumiendo sangre toda nuestra vida. No tenemos poderes especiales. Es cierto que somos un poco más rápidos que un vampiro, pero también se debe a que toda nuestra vida hemos entrenado.

—Lucian, Hye no está mintiendo. —asegura Nicolai.

— ¿Por qué están con nosotros cuando fueron criados por ellos?

—Le debo la vida a Armen. Él salvó a mi madre, por lo tanto me siento en deuda con él. —Nicolai fue el primero en hablar. Asiento con una sonrisa.

—Yo simplemente no quiero estar en ese lugar. Por ser híbrida, tarde o temprano iba a ser usada como incubadora y no deseo eso —replica Hye—. La vida en la guarida es difícil, casi tanto como lo es en las ciudades.

— ¿Existe alguna posibilidad de atacar primero? —Brend se remueve sobre el sofá. Su rostro se ha iluminado, lo cual es bueno pues tiene una idea en mente.

—Será realmente difícil. Pero puedo enseñarles una entrada para que pasen desapercibidos —el resto de la noche se reúnen para aclarar el plan de ataque junto con Hye. Me agrada saber que ella está de nuestro lado y puede brindarnos la información que necesitamos para sorprenderlos. 

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora