Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolor

Capítulo 36

—Elina, come algo. —recibo el plato de fruta que Lucian me ofrece. Llevan mucho tiempo adentro. Temo por la salud de mi hermana y sobrino, aunque también sé que el bebé será un gran problema, principalmente para la relación entre Ana y Luka.

Todo esto es tan confuso y frustrante. No puedo estar totalmente tranquila si ellos no lo están. Me hace tan feliz tener a todos mis hermanos cerca, pero no deseo que haya esta tensión en nuestro reencuentro.

—Estaba delicioso... ¿Qué es? Nunca había probado ese fruto. —Lucian recibe el plato vacío y se lo entrega a Aurora, quién lo toma e inmediatamente desaparece.

—Son fresas —recibo el vaso de jugo. Realmente tengo hambre—.Tu hermana está bien, al igual que el bebé. —informa.

— ¿Puedes escuchar su corazón? —la curiosidad me consume.

—No, Elina, el bebé es vampiro. —responde. A estas alturas no sé qué estado de ánimo tenga.

— ¿Cómo lo sabes?

—Puedo oír la circulación de su sangre.

—Eso es genial —sonrío ante la idea de que en poco tiempo tendré un sobrino—. Estoy tan ansiosa. Ya quiero tenerlo entre mis brazos... Si nacerá como un bebé ¿cierto? —Lucian suelta una ligera carcajada, provocando que yo sonría como una tonta. Luce realmente apuesto de esa forma.

— ¿Qué me ves? —pregunta con una sonrisa de lado.

—Nada, nada —le resta importancia, sin borrar esa sonrisa—. Crecerá hasta cierto punto, en que su cuerpo se desarrolle por completo, pero nadie puede asegurar cuantos años requiere para ello. Es diferente en cada vampiro. —muerdo mi labio inferior.

La puerta es abierta. Gardner sale, acompañado de Armen.

—Anabelle y el bebé están en perfecto estado, pero será mejor que no tenga visitas durante su embarazo —dice dirigiéndose a mí—. Sea lo que sea que pase entre ustedes, será mejor evitarlo, por lo menos hasta que nazca, de lo contrario, la señorita Lethood correría el riesgo de sufrir un aborto espontáneo.

Asiento sin más, aceptando el hecho de que no podré ver a mi hermana en un par de meses. Pero Gardner tiene razón, yo sé todo lo que pasa entre Anabelle y Luka, no quisiera alterarla más.

Mañana hablaré con Luka. Es importante que él esté al tanto del estado de nuestra hermana, quiera o no.

—Ven, necesitas descansar. —asiento sin poner excusa alguna y me encamino junto a Lucian hacia la habitación. Meses atrás las cosas no estaban tan complicadas. Todo esto empeoró desde que Ana me mostró la verdad.

Entré a la habitación y me dirigí al closet, de donde saqué una camisa para dormir. Lucian me ayudó con el cierre del vestido. Mientras él tomaba una ducha, me cambié y me metí entre las sábanas. Hoy fue un día muy largo. Rápidamente me vi atrapada por un pesado sueño.

(...)

Desperté a media noche a causa de una pesadilla. Es la tercera vez en la madrugada que despierto de esta manera; simplemente no logro conciliar el sueño.

— ¿Qué pasa? —pregunta Lucian.

—Solo pesadillas... ¿Estás manipulándome de nuevo?

— ¿Pero qué...? Claro que no. Vuelve a dormir.

— ¿Por qué lo hiciste? —vuelvo a preguntar. De momento el sueño ha abandonado mi cuerpo y sé que él no necesita dormir.

—No hablaremos del tema, Elina.

—Yo quiero hablar del tema —volteo a verlo: está recostado a la pared, leyendo alguna clase de libro—. Lucian ¿por qué no me permites entrar en tu vida? ¿Por qué te empeñas en evitar que me enamore de ti?