Capítulo 43

97 7 0
                                    

— ¡Levántate y pelea! —recargo mi peso sobre el costado derecho. La sangre que emana de mi boca en sorprendente y me siento realmente asustada.

— ¡No puedo más! ¡Basta, por favor! —pido con la respiración agitada. En lo que va del entrenamiento no he podido derrumbar a Hye ni una sola vez. Ni siquiera atinarle un golpe.

—Debes resistir más tiempo en combate, Renesme. —grita Nicolai desde el otro lado. Es fácil para ellos porque llevan toda su vida entrenando y perfeccionando sus movimientos en combate.

Limpio la sangre de mi rostro y me levanto por quinta vez. Me duele todo el cuerpo. Ajusto mi cabello y adopto de nuevo una postura de combate.

Hye es la primera en atacar. Consigo adivinar sus intenciones de lanzarme un puñetazo; lo esquivo dos veces, sin embargo, fue solo una distracción para que su pie desestabilice mi rodilla. Me tambaleo por un instante, tiempo en que ella consigue abofetearme. Recobro el equilibrio y giro un par de veces, esquivando de nuevo sus golpes.

— ¡Ataca, Renesme!

Impacto su abdomen con mi puño. Ella baja la guardia, permitiéndome derribarla por primera vez. Sonrío victoriosa, pero entonces Hye sujeta mi tobillo, y me hace caer de bruces al suelo.

—Nunca te confíes, Renesme. —se incorpora y va por un vaso de agua. Me levanto con gran esfuerzo. Mis heridas de los días anteriores aun no sanan, pese a eso, debo ejercitarme más para ganar más fuerza.

Ha pasado una semana. Es sin duda la más difícil de todas pues he sido sometida a cientos de ejercicios para lograr ganar fuerza. Mi dieta ahora consiste en beber sangre, lo cual no me agrada pues el sabor es distinto a lo que me acostumbré durante toda mi vida.

La sangre de Lucian no era tan mala, ya me había acostumbrado a su sabor. En este lugar se bebe de las humanas. Los híbridos no tienen colmillos, por lo tanto se les hacen incisiones en los brazos.

Lucian

Una semana. Ha pasado una maldita semana en la cual Elina desapareció. He permitido que pase tanto tiempo pues las cosas en las ciudades han empeorado.

Las disputas entre Balem y Galem no se han hecho esperar. Ante la repentina división de la ciudad, las diferencias los han llevado a una guerra entre sí. Me he encargado de mantener informado a Drac Holton respecto a los ataques de los desertores y la reaparición de Gael, sin embargo, ese parece ser un motivo insuficiente para que ambas ciudades dejen a un lado sus diferencias.

Shannon se casó ayer. Ahora es la princesa de Dárjan, lo cual es bueno y preocupante a la vez. Desde que nuestro padre murió, juramos dejar en alto el apellido Von Saher, por desgracia, nuestro principal motivo para continuar esta miserable existencia, es la venganza.

Me remuevo en la silla y reviso algunos papeles. Siento su presencia muy cerca de la mansión. Está luchando contra los guardias de la entrada para que se le permita la entrada.

''Lucian, ella desea verte. '' —me comunica Armen.

''Que pase. '' —ordeno. Pocos minutos después la tengo frente a la puerta. Ella ingresa sin llamar, lo cual me sorprende pues Marion siempre fue una sumisa más.

Sea lo que sea que la haya traído hasta acá, debe ser importante.

—Creí que te importaba mi hija. —dice elevando la voz.

— ¿Qué quieres, Marion?

—Renesme lleva una semana desaparecida. Se supone que debía estar aquí, contigo ¡Vino para pedirte que no la abandonaras, y me entero de que ella está desaparecida! —me reclama a punto de perder los estribos.

—Ya he desplegado un grupo de mis mejores hombres para encontrarla, Marion, pero hablamos del sucesor de Kolem quién la secuestró. El maldito sabe cómo jugar. —su rostro se descompone al instante. Es ahí cuando me doy cuenta que algo oculta esta mujer. Durante el reinado de Kolem, Gael se encargó de hacer miserable la vida de muchos en las ciudades. Su nombre es casi tan temido como el mío en cada rincón que resuene.

—Él murió. Esto no puede ser cierto. —comenta. Su rostro palidece y sus manos empiezan a temblar.

— ¿Por qué siento que has ocultado la verdad todo este tiempo? —abandono mi asiento y la sujeto por el cuello, pegando su cuerpo contra la pared. Ella se sorprende.

—No estoy ocultando nada, Lucian, solo quiero a mi hija de regreso. —habla nerviosa. Escucho el frenético latido de su corazón. Ella sabe que me he dado cuenta de su mentira.

— ¿Qué es lo que ocultas, Marion Lethood?

—Tienes que rescatar a mi hija —pide desesperada—. Te lo suplico...

— ¡¿Qué ocultas?! —insisto perdiendo la paciencia.

—Basta, Lucian —Interviene Anthon—. Están atacando el muro. Si no los detenemos de inmediato, ingresarán.

Dejo escapar un gruñido y aviento su cuerpo hacia uno de los estantes. Abandono el estudio de prisa; las ganas de cortar algunas cabezas son latentes en mí. En segundos estoy en el muro. Sujeto un desertor por el cuello y le arranco el corazón de un golpe. No me molesta haber manchado mi brazo con su sangre, por el contrario, deseo hacerlo de nuevo.

Otros dos se dirigen hacia mí. No les doy tiempo de llegar, pues los vuelvo cenizas en segundos. La ira se apodera de mi cuerpo tan rápido, que cuando me doy cuenta, la piel de mi mano está calcinándose.

Desgarro la garganta del último desertor que queda en pie. Observo a mí alrededor, en dónde se extiende un gran número de cuerpos quemados. El resto de la guardia me observa con impresión.

No acostumbro a pelear con la defensa. Siempre he confiado en sus capacidades y son ellos quienes se encargan del enemigo. Pero la visita de Marion hace un rato me ha sacado de quicio; y más porque se trata de Elina.

—Lucian ¿acaso te has vuelto loco? —Armen me abofetea— ¡Un par de cuerpos más y te mueres! —ser un vampiro original no es del todo perfecto. Mis poderes son descomunales, pero debo ser moderado a la hora de usarlos; si permito que estos se salgan de control, puedo morir calcinado con ellos.

—Marion oculta algo y tengo el presentimiento de que no es nada bueno. —le hago saber.

—Esta noche la traeré de regreso, Lucian, te lo prometo. —me asegura mi segundo hombre de confianza. Asiento sin más.

Armen ordena que se me suministre una gran cantidad de sangre para recuperarme. No digo nada, pues en verdad lo necesito.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora