Capítulo 47

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Elina

Brend logra arrebatarme el bastón de las manos. Me inclino para esquivar su golpe. La liga que sujeta mi cabello se rompe y este se acumula en mi rostro impidiéndome la vista. Siento su puño en mi vientre. Me inclino, rodeando la zona afectada con mis brazos por la falta de aire.

— ¡Resiste, Elina! —grita Lena.

Tomo una gran bocanada de aire y me acerco dispuesta a atacar. Consigo atinar un golpe en su nuca, y otro en sus costillas. Brend apenas se mueve, pero no me detengo y lanzo una patada que consigue doblar su pierna.

Sonrío hacia un lado al saber que empiezo a mejorar en la pelea. Recupero mi bastón y lanzo un golpe que él logra detener. Nuestros bastones se mueven rápidamente. Logro bloquear sus ataques por unos segundos, sin embargo, él sigue siendo más rápido y logra derribarme de nuevo.

—Tu cara me divierte, Elina ¿así eres en la cama? —comenta con sorna.

—Deja de decir estupideces, Brend. —lo reprende Lena. El vampiro suelta una amplia carcajada, distracción que aprovecho para atacarlo por la espalda. Pateo su trasero y suelto una carcajada. Él se mueve con sigilo y sujeta mi tobillo, haciéndome caer de espalda. Me apunta con el bastón y sonríe victorioso.

—Gané.

—Disfruta por ahora. —le hago saber cuándo va por la copa de sangre que Izel le ha traído.

Me levanto y acomodo los bastones en la pared. Los entrenamientos aquí son menos intensos y dolorosos, lo cual me agrada pues no es mi idea pasar las noches quejándome de dolor.

Tomo otra liga, esta vez más resistente, y amarro mi cabello en una cola alta. Comienzo a trotar por toda la sala principal de entrenamientos, la cual es lo suficientemente amplia como para sudar un buen rato.

Holly ingresa en la estancia, dando pequeños saltitos y moviendo sus coletas de lado a lado. Ella es realmente adorable.

—Holly, te reto a un combate cuerpo a cuerpo. —dice Brend, con una sonrisa cínica. Suelto una carcajada sin dejar de correr y observo la escena.

—Está bien. —responde la niña. Me detengo abruptamente y frunzo el ceño. Holly es tan solo una pequeña, estará de broma.

Brend niega con una sonrisa y camina hasta el centro de la sala. Holly camina con tranquilidad; es cuando está a unos pasos de Brend, arranca a correr en su dirección.

La pequeña salta, con las claras intenciones de abofetearlo, pero él es más rápido, consigue adivinar su ataque y se mueve para esquivar su ataque. La pequeña híbrida cae sobre su pie derecho e inmediatamente gira para darle un golpe en su entrepierna. El vampiro se desestabiliza por un momento. Holly golpea su abdomen, enviándolo al suelo.

Sonrío al verlo en el suelo. La niña se sienta a horcajadas sobre su pecho y lo golpea repetidas veces en la cara. Brend bloquea sus pequeños puños, y la empuja hacia atrás. Ella rueda unos centímetros pero vuelve a levantarse.

Brend toma una de las dagas y la lanza con claras intenciones de incrustarla en su abdomen, sin embargo, Holly detiene el arma y lo lanza en dirección contraria. Él se abalanza sobre ella, pero cae de frente al suelo. Holly vuelve a sentarse a horcajadas sobre él, dobla uno de sus brazos y con su pequeño codo inmoviliza su cabeza.

— ¡Bien, tu ganas, Holly! —dice Brend con la voz ahogada. La pequeña sonríe victoriosa y se levanta para ir con su madre. Parpadeo repetidas veces y continúo mi trote sin dejar de observar a un Brend derrotado.

En este preciso momento me siento la más débil de todos en el mansión. Es increíble que hasta la pequeña Holly pelee mejor que el líder de la guardia.

—Brend ¿Qué se siente besar el suelo? —comento, con claras intenciones de irritarlo.

—Eso te pregunto a ti, Elina, pasas más tiempo en el piso que sobre Lucian. —se incorpora y me dedica una mirada fugaz. Mi rostro arde a causa de la vergüenza.

¡Qué idiota!

— ¿Quieres que patee su trasero de nuevo? —pregunta Holly frente a mí. Niego con una sonrisa. Ella levanta los hombros y sale de la sala tomada de la mano de su madre.

Hablando de madres, Anabelle entra con Alek en brazos. Al verme sonríe y camina hasta quedar frente a mí.

—Estaba buscándote. Garned llegará en cualquier momento para hacerle una revisión a Alek y quiero que estés presente.

(...)

Shannon

Observo a lo lejos como un grupo de guardias se apresura a una de las casas. Ha pasado algo pues los murmullos no se han hecho esperar. Sin tomarme la molestia de informar a Greg, salto del balcón y en segundos estoy en el lugar donde se concentra toda la atención.

— ¿Qué pasa aquí? —el olor de la sangre inunda de inmediato mis fosas nasales. La sangre le pertenece a vampiros. Me alarmo al ver uno de los miembros del concejo en el suelo: arrancaron su corazón y desfiguraron su rostro. Lo reconocí por la ropa que lleva puesta, pues estuvo temprano en la mansión.

—Reina Shannon, por su seguridad, vuelva a la mansión. —dice uno de los guardias.

— ¿Quién es el responsable? —interrogo, ignorando por completo sus palabras.

—Desertores, mi señora. —replica otro. Mi cuerpo se tensa al sentirlos dentro de la mansión. No logro reaccionar pues un ejército de ellos ingresa en la ciudad. La masacre inicia de forma perturbadora. No parecen ser los mismos desertores de siempre, lo cual es realmente malo; nos deja varios pasos en desventaja.

—¡¡Greg!! —grito al sentir el olor de su sangre. Está en un combate cuerpo a cuerpo con un gran número de desertores.

Derribo un par de vampiros que intenta atacarme. Luchar con el vestido que llevo puesto es complicado, no obstante, otros tres desertores no me dan tiempo de reemplazar la falda, pues se abalanzan sobre mí.

Consigo derribar a dos de ellos. El tercero aprovecha mi desconcierto para cortar mi brazo con sus garras. Me altero al sentir su presencia en la mansión. Kolem se dirige a la habitación en la que se encuentra Greg en combate. Intento deshacerme de los desertores que me atacan, pero al momento me veo rodeada por una docena de ellos.

Doy un salto, el cual me permite avanzar una cuadra más hacia donde se encuentra él. Importándome poco, acabo con seis de ellos, quienes se han agrupado en la entrada.

Me detengo abruptamente al ver como su cuerpo es expulsado por una de las ventanas. Intento correr a su encuentro, pero un par de híbridos me detienen. Son demasiado fuertes, y me ganan en número. Esa es la razón por la cual está prohibida la concepción de híbridos: son indescifrables, algunos son más fuertes que otros y desconocemos si son portadores de algún poder en especial.

La sangre abandona mi cuerpo al ver a Kolem. Sujeta del pelo a Greg, y de un tiro le arranca la cabeza; todo frente a mis ojos.

—¡¡NO!! —grito con todas mis fuerzas al ver su cuerpo tirado en el suelo. La impotencia cubre mi cuerpo. Agito mis manos para formar un enorme tornado sobre Kolem, quién aún sostiene la cabeza de mi esposo. Calcino los cuerpos de los híbridos, lanzando rayos sobre ellos. El cielo se ha tornado oscuro y el panorama ahora es tétrico.

Kolem me observa sin expresión alguna. Sé que disfruta verme destrozada. Se encamina hacia mí, sin ser totalmente afectado por el estruendo climático que provoco sobre su cuerpo. Siento como la sangre empieza a descender por mi nariz. Mi cuerpo está muriendo, sin embargo, no detengo mi ataque hacia él vampiro original.

Mi cuerpo se desploma de repente. Me sobrepasé al usar mis poderes sobre Kolem; ahora estoy muriendo. Algo provoca que el vampiro original trastabille. Luego escucho el ensordecedor sonido de un cartucho vacío.

Zach aparece justo antes de que me entregue por completo a la inconciencia. Así debía terminar todo. En algún momento debía fallecer. Solo espero que mi muerte no sea en vano, y que Lucian consiga cortarle la cabeza tanto a Kolem, como a su sucesor.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora