Capítulo 18

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Acostumbrarme a la mansión, un lugar el doble degrande de lo que ya me había acostumbrado, ha sido un tanto complicado. Hay demasiados sirvientes por todos lados, y la guarda se pasea día y noche, en especial si salgo de mi habitación.

Han pasado dos semanas desde que Lucian fue declarado dirigente de Caín. Shannon tuvo que viajar a Dárjan sin motivo alguno, así que he estado a total merced del desprecio por parte de mi amo.

Con respecto a él: ha cambiado. Pasa día y noche vigilándome y, cuando no puede hacerlo por su cuenta, envía un centenar de mastodontes a escoltarme. Su trato es más cortés, aunque el nivel de descrédito continua intacto. No me ha tocado, ni siquiera para torturarme.

Realmente no me entiendo. Quizá ya esté completamente loca y me he vuelto masoquista... o una desquiciada.

—Buen día, señorita Elina. —saluda una de las mucamas. Respondo a su gesto y continúo mi travesía por el pasillo que conecta mi habitación con la cocina.

Una vez entro en la sala me encuentro con una pequeña niña tratando de atrapar el tarro de galletas. Ella voltea a verme de inmediato con el ceño fruncido.

— ¿Quieres ayuda? —pregunto, intentando sonar amable. Es extraño ver niños fuera de las jaulas. Ella se acerca con recelo. Una vez está a unos cuantos pasos logro ver su rostro a la perfección: Su cabello claro recae en su delgada cintura, labios rosados y un par de ojos carmesí...

— ¡Holly! —una vampiresa castaña entró en la cocina, tomó entre sus brazos a la pequeña y me observó—. Oh, por todos los cielos, discúlpame Elina —hizo una reverencia, la cual acompañó con una ligera sonrisa—, le pido que por favor disculpe a mi hija. —inmediatamente bajé la mirada; no olvido los castigos por no ser obediente.

—No se preocupe, no tiene que hacer reverencias. Solo soy una insignificante humana. —contesté como la buena mascota que soy.

—Una humana con mucha suerte. Por favor, levante la mirada —dijo ahora una voz masculina—. Permítame presentarme, soy Anthon Adam, miembro del concejo vampírico de Caín —estrechamos nuestras manos—. Ellas son Lena y Holly, mi esposa e hija.

—Eres muy hermosa. —dijo Lena. Agradecí su cumplido y tomé asiento en la gran mesa. Una de las mucamas entró con mi desayuno, el cual devoré de inmediato. Anthon abandonó la cocina junto con su hija, Lena, por otra parte tomó asiento frente a mí.

— ¿Qué se siente ser la humana del rey de Caín? —interrogó. Apoyó el rostro en sus manos y sus ojos me observaban con admiración e interés.

— ¿Lucian? —asintió.

—Lo lamento, a veces olvido que Caín no está regida por la monarquía —sonríe. Agita su mano y rueda los ojos–. El gobernante, cielo.

Los recuerdos invaden mi cabeza, provocando de repente que deje caer la cuchara sobre el plato. La comida resbala de la mesa, mis ojos se humedecen y mi cuerpo tiembla.

—Es... extraño —digo al fin—. Discúlpeme, señorita Lena, permítame retirarme. —ella me mira con el ceño fruncido, al cabo de unos segundos asiente y, cabizbaja, corro hacía mi habitación.

(...)

Lucian

—Lucian, Drac no ha podido venir, ha decidido enviar a su hija en su reemplazo. —me informó Anthon.

—Ese no es el estilo de Drac. —comento desviando la mirada.

—Son tiempos de guerra, Saher, cualquiera cambia su comportamiento con tal de mantener el orden. —es cierto. Por mi parte he tenido que dejar ciertas costumbres; debo comportarme como un vampiro original que está a cargo de la ciudad capital—. Quiero preguntarte algo —toma asiento frente a mí, adoptando una postura centrada—. ¿La convertirás?

—Entiendo a dónde quieres llegar, Anthon, no soy estúpido.

—Lucian, has vivido toda tu existencia como un maldito amargado —ignoré sus especulaciones—. Hoy la conocí ¿sabes? —Logra captar de nuevo mi atención—, Es una dama muy hermosa, joven e inocente; se nota a kilómetros cuanto ha sufrido y, sin embargo, trata de mantenerse firme.

—La guerra ha intervenido sus planes de suicidio.

—No, Saher, ella es distinta y mira quién lo dice. Soy tu amigo, compañero y concejero —se inclina hacia adelante—. Ya es hora.

—Anthon, no hablaremos de un inexistente romance entre esa humana y yo.

Dicho esto abandonó el estudio.

Era Sangrienta |Libro 1| #IncesanteDolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora