Dark Paradise.

[02]

Bajo las escaleras corriendo. Había tenido una mala noche y dormí muy poco, se me estaba haciendo tarde. 

Papá está en la cocina y me mira ir de un lado a otro apurada.

—¿Quieres que te lleve? —Pregunta.

—No hace falta, sí alcanzo el autobús.

—Pero no desayunaste...

—No hace falta —repito. Tomo un paquete de galletas y se las muestro antes de guardarlas en mi mochila—. Comeré esto. Adiós papá.

Salgo corriendo y por poco y no alcanzo el autobús.
Cuando respiro normalmente y me calmo, comienzo a comer mis galletas.

Al llegar, busco a Jimin por todos lados pero no hay señales de él.
Entro a clases y Jimin no se aparece por ningún lado durante las primeras tres horas.
Cuando entro a la clase de historia, tomo asiento hasta el fondo. Minutos después, un chico delgado y de piel pálida toma asiento a mi lado. Su cabello es gris, bastante interesante. Lee un libro y usa anteojos.
Lo observo por unos minutos y me decido a hablarle por curiosidad.

—¿Stephen King? —Le pregunto en un mal intento de iniciar una conversación.

El chico pálido alza su mano y extiende su índice, cierro la boca pues sé a lo que se refiere. No me parece grosero, ya que a mí también me molesta el que me hablen mientras leo. Después de un rato, el chico cierra su libro no sin antes colocar un separador cuidadosamente.

—No me gusta que me hablen mientras leo —dice él, gira su cabeza y me mira a los ojos—. ¿Qué decías?

—¿Te gusta Stephen King? —Vuelvo a preguntar.

—Tiene buenos libros, si es que crees en lo paranormal. ¿Crees en lo paranormal?

—No lo sé. Jamás he experimentado algo de ese tipo, pero no hace falta creer en algo para leer sus libros. Ciertas o no, sus historias son geniales.

—Tienes mucha razón. Aunque yo prefiero lo teórico, Hawking, por ejemplo.

—Tiene buenos libros, si es que no eres creyente. ¿No eres creyente? —Le pregunto, de la misma manera en la que él lo hizo.

—Mis creencias son, diferentes. Aunque el estilo de lectura de una persona no tiene nada que ver con su estilo de vida.

—Tienes razón.

—Soy Min Yoongi —extiende su mano y la tomo para saludarlo.

—Im Hana —me presento.

—Lindo nombre.

—Lindo cliché —suelto su mano y miro al frente.

—No soy bueno en esto, no sé hablar con chicas, lo siento.

—Me doy cuenta, Min.

Yoongi sonríe de lado y enfoco mi atención en sus labios. No tiene la mejor sonrisa, pero lo miro atenta por unos segundos, casi hipnotizada.

—Buen día —dice el profesor al entrar.

Miro al frente, pero aún siento la mirada de Yoongi sobre mí.
La clase termina y él me sigue hasta el comedor, sin decir nada, sin hacer ruido, sólo camina detrás de mí.

—¿Me seguirás a todos lados? —Le cuestiono y me giro a verlo.

—Sólo hasta donde pueda hacerlo.

Tomo asiento y Yoongi hace lo mismo, se sienta frente a mí y comienza a comer. No me molesta, sólo que me parece extraño el hecho de que alguien quiera sentarse conmigo.
Jamás fui la chica popular, o la que era amiga de todos, siempre fui la chica "x", y todos lo saben.