Dark Paradise.

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Hay flores por todos lados.
Los frondosos y coloridos árboles decoran los parques y algunas calles de la cuidad.

Así de linda luce la primavera.

El césped verde y las hermosas flores que decoran los alrededores del lago en donde vi a Yoongi por última vez hacen que el paisaje luzca hermoso.

Me acerco a la orilla del lago, casi tocando el agua con la punta de mis pies.
El agua se ve oscura, probablemente por lo profundo que puede estar.

Al inclinarme extiendo una mano y la meto al agua para moverla un poco y distorcionar mi reflejo.

Suspiro profundamente antes de sonreír cuando un recuerdo de Yoongi llega a mi mente.

De pronto una mano con quemaduras y grandes uñas sale del lago y me sujeta del brazo para llevarme al agua.

Grito aterrada y me incorporo sobre mi cama al instante.

Segundos después mi padre entra a la habitación y me sujeta fuertemente para calmarme.
Lo abrazo con fuerza y rompo en llanto sobre su pecho.

Es la pesadilla que tengo con más frecuencia, de esas noches en las que sí puedo conciliar el sueño.

Ya pasó más de un mes desde que no veo a Yoongi, hace dos semanas que inició febrero.

No he salido de mi habitación, mucho menos de mi casa.

Con mi padre hablo sólo lo necesario. A Min lo descuidé por completo y agradezco tanto que papá se haga cargo de él.

Jin viene constantemente, pero jamás salgo a verlo ni lo dejo entrar a mi habitación, al igual que hago con Jungkook cuando llega a venir.

A Taehyung no le contesto las llamadas y afortunadamente no se le ha ocurrido venir.

Denise vino sólo un par de veces y a pesar de las inmensas ganas que tengo de verla, nunca salí.

Con el único que hablo es con Jimin, y no es porque yo quiera.
Él simplemente aparece a mi lado y no hay nada que yo pueda hacer sobre eso. Aunque ciertamente, su compañía me hace estar en paz al menos en ese momento.

***

Aunque ya no hace tanto frío, todavía es necesario andar abrigado y de vez en cuando cae un poco de nieve.

Abro mi armario y busco entre mis abrigos el más adecuado para el momento.
Tomo uno negro y al quitarlo del gancho, veo la chaqueta de Yoongi.
Inmediatamente cierro la puerta y salgo de mi habitación.

Durante el camino me acomodo mi bufanda y me siento en donde solía esperar el autobús cada mañana.

—Gracias por venir —me dice Jimin y se sienta a mi lado.

—No tenía opción, insistes mucho.

—Tienes razón —me sonríe y luego acomoda mejor mi bufanda—, pero igualmente agradezco que estés aquí.

—¿Por qué me citaste aquí? —Le pregunto mirando alrededor.

—Por nada en específico —me contesta mirando al frente y alza los hombros—. Digamos que tengo buenos recuerdos de este lugar.

Sonrío al verlo y recargo mi cabeza en su hombro.

—No supe de ti en varios días, Jimin, ¿pasó algo?

—No mucho, solo...

Se queda en silencio unos segundos y me incorporo para verlo mejor.
Está sujeto a la banca con ambas manos y mientras sonríe mira al cielo.