Dark Paradise.

[09]

Bajo del autobús y camino rumbo a la universidad. Es temprano así que me voy con toda calma.
Voy viendo mis pies, tuve un choque con una que otra persona por lo mismo y me disculpé varias veces.

—Señorita —me llama un señor, un anciano.

Está en el suelo, sucio y demasiado delgado. Tiene una mochila con un par de ropa y una cobija en la que está sentado.

—¿Me podría regalar una moneda?

Extiende su mano sucia con unos guantes rotos y le sonrío.
Meto la mano a mi mochila y saco mi cartera, tomo de ella los billetes que tengo y los pongo en su mano.

—No, señorita, esto es mucho dinero.

Me agacho para verlo mejor. Con mis manos cierro su puño con los billetes y pego su mano a su pecho.

—No se preocupe señor, no me hacen tanta falta como cree.

—No me toque —me dice apenado.

De sus ojos un par de lágrimas caen y trata de soltarse de mi agarre.

—La puedo ensuciar.

—No pasa nada —paso mi dedo por su mejilla y limpio su llanto—. Por favor, acepte lo que le doy.

—Muchas gracias señorita. Es usted un ángel, que Dios se lo pague.

Le regalo una sonrisa y él hace lo mismo.

Si en verdad Dios no da una paga, pienso que esta es la mía.

—Me tengo que ir, espero le vaya bien, señor.

Me pongo de pie y me despido con la mano para retomar mi camino.

—¿A esto te dedicas? —Yoongi aparece frente mí, nuevamente me toma por sorpresa así que me asusta.

—Me vas a matar de un susto.

—Hoy no —lo miro confundida y luego él sonríe—. ¿Me das dinero?

—No —respondo quitando de golpe su mano extendida y camino dejándolo atrás.

En todo el camino no habló, sólo caminó detrás de mí en silencio.
Al llegar, me toma de la mano sin previsto alguno.

—Somos novios, ¿lo olvidas?

Lo suelto y agarro los tirantes de mi mochila con ambas manos.

—No está Jimin, así que no importa.

—Hay que aparentar frente a los demás, no quiero que crean que...

—Lo que los demás crean me importa una...

—Señorita Im —El profesor de cálculo aparece y me quedo callada al instante—. Ayer no la vi en mi clase.

—Ah sí, yo... me sentía algo mal.

—Ya veo, espero no le vuelva a pasar.

—¿Gracias? —Le digo dudosa.

Me mira como si estuviera loca y me parece algo raro.

—Hasta luego, señorita —se despide.

Tan pronto se va giro a ver a Yoongi y lo noto algo raro, como asustado.

—¿Te pasa algo? —Le pregunto.

—Sí... no —dice retractándose al instante y pasa una mano por su cabello—. Me olvidé de algo, te veo luego.

Desaparece en un instante, sale casi corriendo y yo sigo mi camino calmada.
Entro a la clase de química y tomo asiento en la parte de atrás, en el último lugar disponible.