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Siento un dolor inmenso, como si tuviera mil cabezas, todas con migraña a la vez.
Como si llevara tres días de fiesta, tomando alcohol y drogas al mismo tiempo.

O algo parecido a eso.

Abro los ojos y parpadeo varias veces antes de dejarlos abiertos. Llevo una mano a mi cuello para torpemente aliviar el dolor que tengo.
Me siento sobre mi cama y velozmente me recorro hasta el respaldo cuando veo a Jimin sentado a un lado de mí.

Yoongi está parado en el marco de mi ventana mirando a través de ella, calmado.

—Hana... —Jimin me toma del rostro y yo me retuerzo en mi cama para zafarme—. Hana —repite y me hace mirarlo a los ojos—. Todo está bien.

Modero mi respiración y los observo más calmada. Yoongi me mira sólo por unos segundos y vuelve su atención hacia afuera. Miro a Jimin quien está frente a mí con una sonrisa ya característica de él.

—¿Qué hiciste? —Pregunto curiosa.

Con esa mirada que me dio calmó todo en mí y ciertamente me asusta que pueda hacerlo.

—Nada malo, sólo... estabas muy alterada y te calmé un poco.

—Ustedes... —Trato de hablar pero me veo interrumpida por el sonido de mi puerta siendo abierta.

Yoongi mira hacia la puerta y fija su mirada en mi padre. Jimin, al contrario, me mira sonriendo y se pone de pie mientras me guiña un ojo.

—Creí que seguías durmiendo —dice él.

Camina hasta mi cama y Jimin se mueve para darle el paso a mi padre. Yoongi le quita la mirada de encima y sigue viendo por la ventana.

—¿Estás bien? —Me pregunta tocando mi frente.

—¿Por qué preguntas eso? —Le cuestiono cuando se sienta a mi lado.

—Tenías fiebre, llamé a un médico para que te viera y... Hana, dormiste por casi dos días.

—¿Ah?

Miro a Jimin caminar y ponerse a un lado de Yoongi en el otro extremo de la ventana.

—Yo... estoy bien, papá.

—Hana —mi padre mira hacia mi ventana y luego me mira con una expresión algo rara—, ¿qué estás mirando?

—Nada —respondo al instante—. Ya te dije, estoy bien papá. Descuida.

—Bueno —pone una mano en mi frente para revisar mi temperatura de nuevo y asiente para sí mismo—. Tengo que salir, sólo por un momento. Volveré lo más pronto que pueda.

—No te preocupes, estaré bien.

—Hay comida preparada, me imagino que mueres de hambre.

Sonrío y paso una mano por mi vientre intentando afirmar su comentario, pero por extraño que parezca, no tengo hambre.

No por ahora.

—Adiós papá.

—Cualquier cosa que pase, me llamas.

Asiento desde mi cama y en cuanto cierra la puerta miro a ambos chicos en mi habitación.

Jimin pone un dedo en sus labios para que yo guarde silencio y así lo hago.
Espero hasta escuchar la puerta principal cerrarse y me pongo de pie pegada a la pared para mantener distancia.

—¿Qué acaba de pasar? —Cuestiono al instante—. ¿No puede verlos?

—No, si no queremos —responde Jimin.

Dark Paradise.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora