Dark Paradise.

[20]

—¡Un perro! —Grita mi padre al abrir la puerta de mi habitación—. ¿Qué hace un perro aquí?

—Te promete que no causará problemas. Por favor, déjame quedármelo —le pido juntando mis manos.

—Hana, duraste años en traer a un perro callejero a casa, ya te estabas tardando. ¡Claro que puede quedarse!

—Gracias —le digo y le doy un fuerte abrazo a mi padre.

Oficialmente, el señor Min tiene hogar.

Bajo a cenar con mi padre luego de ir a comprar alimento para perros.
Estuvimos hablando sobre Min, le dije que me haría cargo de él y que me encargaría de que no causara problemas. En verdad es un cachorro muy tranquilo, creo me será fácil cuidar de él.

Antes de dormir tomo mi reproductor y me pongo a escuchar música un rato.
Sonrío al recordar cuando Jimin y yo bañamos a Min y luego recuerdo en lo que me dijo Yoongi.

¿En verdad puedo llamar a Jimin con el pensamiento?

—¿Jimin? —Hablo en voz baja.

Miro hacia todos lados y luego río de lo que hice. Debo estar loca para creer que funciona, aunque tratándose de un ángel, todo puede pasar.

☁

—Minseok, ¿te gusta la música en inglés? —Le pregunto a Choi.

Aunque ya lo llamo por su nombre, no me acostumbro. Pienso que Choi le queda mejor.

—Sí —me responde.

—Bien, pues debes cantar de vez en cuando. Así irás acostumbrando a tu lengua poco a poco al idioma.

—No lo sé —dice algo apenado. Lleva una mano a su cabello y acomoda sus lentes—. Es que no canto tan bien.

—No te pedí dar un concierto, sólo quiero que cantes algo cuando puedas. Cuando estés sólo, si tienes pena pues hazlo cuando nadie te vea.

—Está bien, lo empezaré a hacer.

Tal vez sea un consejo ridículo, pero a mí me ha funcionado.

Terminando las asesorías de inglés, salgo junto con todos los chicos y camino rumbo a mi casa.

—¿Quieres que te lleve? —Pregunta Yoongi al aparecer detrás de mí.

Me sorprendo de mí misma al no asustarme, tal vez ya me estoy acostumbrando.

—No, gracias —le respondo—. Creo que iré caminando.

—Qué coincidencia, yo también.

Comienza a caminar junto conmigo y sonrío, en verdad es un tanto... no sé.

—¿Sabes? —Hablo mirando mis pies, sin dejar de caminar—. Ya hablé hace tiempo con Jimin, pero tú no me has explicado nada.

—¿Nada de qué? —Pregunta sin interés en la conversación.

—¿Qué haces aquí, en este lugar? No creo que tu sueño sea estudiar, dime la verdad.

—No tengo sueños, esa es la verdad.

—¿Solamente quieres molestar a Jimin? ¿Porque es un ángel debes molestarlo?

—¿Sabes algo? —Habla deteniéndose y se da media vuelta—. Mejor vete sola.

—Espera... —Tomo su brazo y lo detengo—. Sólo quiero preguntarte algo.

—¿Qué cosa?

Lo suelto y me pongo frente a él.