No he visto a Yoongi desde la vez que Agust apareció en mi habitación.
Ya han pasado tres días desde esa vez y todas la noches me duermo con temor a que aparezca en mis sueños.
Le conté todo a Jimin, pero le dije que no le haría caso. Aunque se molestó, logró entenderme y me aseguró que me ayudaría en lo que pudiera con respecto a Yoongi y Agust.
No pienso dejar a Yoongi aún temiendo a sus amenazas.
Me detengo en la orilla de la calle.
Guardo mi teléfono móvil en una bolsa al costado de mi mochila y miro el semáforo.La alarma comienza a sonar, señal de que la luz roja está por terminar.
Miro al frente y veo a una mujer. Mete su móvil a la bolsa de su abrigo color azul y baja la banqueta para comenzar a correr.
Cuando está por llegar a la orilla un chico en una bicicleta cruza la calle en dirección opuesta a ella.
Al pasar por su lado tira de la bolsa de la chica y pedalea más rápido su bici. Ella retrocede unos paso por el efecto del tirón a su bolsa y mira al chico.—Oye... —Alcanza a gritarle.
Todo se queda en total silencio y me parece que todo pasa en cámara lenta.
Una camioneta impacta a la chica y la veo volar unos cuantos metros.
Cuando cae al suelo, un charco de sangre se forma al rededor de su cabeza.Quedo inmóvil, no puedo reaccionar.
Cuando veo a la gente correr hacia ella, siento un dolor horrible en mi cabeza, llevo una mano a mi frente y noto que mis piernas pierden fuerza.
Pierdo el equilibrio y siento unas manos sobre mis hombros.—¿Te encuentras bien? —Me pregunta un chico—. Por poco te caes.
—Sí gracias... —Le digo débilmente.
La alarma del semáforo comeienza a sonar y miro hacia el frente con temor.
La mujer de antes, la del abrigo azul está al otro lado de la calle.
La miro guardar su celular y cuando baja a la calle siento un fuerte impulso en mi interior.
—¡Detente! —Le grito y unos cuantos peatones me observan, pero ella no lo hace—. ¡Detente!
Bajo la banqueta y sin pensarlo comienzo a correr hacia ella. Me quito mi mochila y la agarro con una sola mano.
A mitad de la calle la tomo del brazo y con cuidado la hago retroceder.—Oye... ¿qué te pasa? —Trata de soltarse pero utilizo todas mis fuerzas para impedírselo—. ¿Hana?
La miro detenidamente luego de escucharla decir mi nombre y la reconozco.
—Denise...
Denise... fue mi compañera de clases muchos años atrás.
No es asiática, es de América.Fue mi tutora de inglés cuando llegó al país y yo le enseñé coreano.
Nos hicimos muy buenas amigas pero al terminar mi relación con Jin, perdí contacto con ella y con muchos otros.—¿Estás bien? —Le pregunto angustiada.
Giro y veo al chico de la bicicleta cruzar la calle velozmente. Al pasar a nuestro lado me arrebata la mochila de la mano y sigue su camino.
—Hey... idiota... —Comienza a gritar y yo sólo la observo—. Se llevó tus cosas, hay que hacer algo.
Mete la mano a su abrigo y saca su móvil con dificultad haciendo que su vientre se descubra.
—Estás embarazada —le digo sonriendo y le doy un fuerte abrazo.
Comienzo a llorar por lo que había presenciado. Fue lo más horrible que había visto en la vida. Además, no era sólo la vida de Deni la que corrió peligro ante mis ojos.
—Sí pero, Hana... ¿estás bien? —Me pregunta.
Es obvio que está algo confundida por mi actitud.
—Sí —me suelto de su cuello y la miro a los ojos—. Estoy muy bien.
Su rostro se distorsiona en un instante, pierdo el equilibrio y caigo al suelo sin saber más.
Al abrirlos, veo todo blanco.
Estoy en el hospital.—Hana, ¿te encuentras bien? —Me pregunta Deni en cuanto abro los ojos—. Te desmayaste, no supe qué hacer. No reaccionabas y yo...
—Estoy bien —la interrumpo y le sonrío—, no te preocupes por mí.
La cortina frente a mi cama es corrida por una mano y veo a Jimin.
—¿Qué te pasó? —Pregunta al instante.
—Nada, estoy bien.
—¿Nada? —Habla molesto y pone mi mochila sobre mi cama.
—¡Wow! ¿Dónde la encontraste? La robaron —dice Deni sorprendida.
—Ah... yo sólo, la encontré.
—Jimin, ella es Denise —le digo viéndola—. Es, una muy buena amiga.
—Mucho gusto —le extiende la mano a Jimin y él la saluda también—. ¿Es tu novio?
—No —respondo apenada y miro a Jimin.
—Ya podemos irnos, me lo dijo el médico allá afuera —Jimin me toma del brazo y me levanta con cuidado.
Salimos de urgencias y nos despedimos de Deni en la entrada.
Le pido su número telefónico, no quiero volver a perder contacto con ella.Pedimos un taxi y nos vamos a casa Jimin y yo.
Durante el camino no dice nada y yo tampoco le saco plática.Lo que pasó me tiene desconcertada y no es algo que quisiera hablar en público.
Al llegar a la casa entro directamente a mi habitación y segundos después aparece en ella Jimin.
—¿Qué fue lo que te pasó? —Me insiste.
—Vi el futuro.
—¿Qué? —Jimin ríe y niega con su cabeza.
—Bueno, no —me dejo caer sobre mi cama y miro al techo—. La iban a atropellar y yo... yo lo vi antes de que pasara.
—¿Qué?
—¿Crees que fue Agust? ¿Crees que lo hizo para molestarme? —Me siento sobre la cama y miro a Jimin—. No la veía desde hace mucho, y no creo que haya sido coincidencia el haber estado en el momento exacto de su accidente.
—No lo sé Hana, puede ser pero...
—Dejaré a Yoongi.
Miro hacia el suelo conteniendo mis lágrimas y Jimin se sienta a mi lado.
—Hana, no...
—No tengo opción Jimin —hablo antes de si quiera escucharlo—. Él me lo advirtió, me dijo que se metería con mis seres queridos. Le hizo daño a Min, a Jin, casi mata a mi padre y ahora se mete con Denise. Ya no quiero que le haga daño a los que quiero. Ganó Jimin, él ganó.
Limpió mis lágrimas con el dorso de mi mano y Jimin me da un abrazo.
Me giro para corresponder su abrazo y lucho con todas mis fuerzas para contener mi llanto.—Dejaré a Yoongi... lo dejaré.
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Dark Paradise.
FanfictionEn el destino está sellado con sangre que Ángeles y Demonios son enemigos naturales. Cada uno se rige bajo sus normas y pelean por sus causas. Defienden con su vida sus leyes y las respetan con devoción ante todo. Pero hay una ley que ambos están di...