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Termino de arreglarme y bajo las escaleras. Min sale de mi habitación detrás de mí y entramos juntos a la cocina.

—Buenos días papá —saludo.

—Buenos días, Hana, Min —nos saluda a ambos.

—¿No irás al trabajo?

Mi papá usa ropa casual, algo que no suele usar para su trabajo.

—No, hoy no. Desayuna con calma que yo te llevaré.

—Eso me agrada —digo contenta.

Desayuno con calma y al tener tiempo de sobra —pues desperté bastante temprano— saco a Min un rato al jardín antes de irnos.

Subo al auto de papá y me coloco el cinturón. Luego de poner el coche en marcha prendo la radio, cambio de estación en estación en busca de una buena canción, pero al final opto por dejar las noticias.

—Deberían pasar más música en inglés en la radio —intento hacer conversación.

—Hana, creo que deberías trabajar en una estación de radio, así pondrías la música que quisieras.

—No suena mal, les estaría inculcando buena música.

—Toda la música es buena —me dice.

—Sí, pero hay unas mejores que otras.

Papá para el auto frente a la puerta principal de la universidad y me despido de él. Me toma del brazo antes de bajar y me detengo un momento a verlo.

—Hana, hoy en la tarde pasaré por ti. Hay que ir a comer algo.

—¿Quieres que salgamos a comer?

—Sí, ¿no quieres?

—No... digo sí. Papá, hace mucho que no lo hacemos, por supuesto que quiero —hablo emocionada.

—Bien. Yo paso por ti.

—Bueno, adiós —me despido y bajo del auto.

Luego de entrar a las instalaciones me encuentro a Yoongi en el pasillo y caminamos juntos a mi salón de clases.

Bueno, me sigue.

—¿Saldrás con tu padre? —Me pregunta de repente.

Me detengo al escucharlo y lo miro fijamente.

—¿Cómo sabes eso?

Yoongi sonríe sin decir nada y entiendo el motivo de su sonrisa.

—Yoongi, ¿escuchas mis conversaciones?

—Sí —responde esbozando una gran sonrisa.

—Pues deja de escuchar mis conversaciones —le doy un golpe con uno de mis libros y me giro.

—No puedo, es algo natural. Para hacerlo tendía que dañar mis oídos.

—¿Y cómo puedo hacerlo? —le pregunto con toda la intención de molestarlo.

—No lo sé, ¿con Twice?

—A mí me gustan —digo, alzando los hombros.

—Y es por eso que no puedes escuchar tan bien como yo.

Reímos  y seguimos caminando.
Cuando entramos al aula veo a Jimin, ya está sentado. Se nos queda viendo unos segundos y le sonrío.

—Hola, Jimin —lo saludo.

—Hola.

Es lo único que dice.
Permanece en silencio durante toda la clase, y todo el día. Parece estar molesto, pero no tiene ninguna razón para estarlo.

Dark Paradise.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora