Dark Paradise.

[11]

—¿Imaginación? —Le cuestiono ya frente la puerta de mi casa—. No te creo Yoongi. Es la respuesta más estúpida que pudiste darme.

—Es la mejor respuesta que tengo por ahora, Hana. No puedo decirte más.

—Entonces vete.

Da media vuelta y camina hasta su auto, sin decir nada, sin reclamar lo que le dije.

¿En verdad estoy tan mal como para no darme cuenta de las cosas que pasan a mi alrededor? No creo en lo que Yoongi me dijo, pero tal vez lo estoy juzgando mal y tal vez me estoy portando mal con él.

Mi padre deja de mirar la tele y se pone de pie cuando abro la puerta.

—Hana, ¿saliste con Jimin?

—No. Estaba con Yoongi.

—¿Yoongi? ¿El chico canoso con el que te vi el otro día?

Sonrío por su comentario.

—Sí.

—¿Qué hacías con él? Creí que estabas saliendo con Jimin.

—Papá, ¿te puedo hacer una pregunta?

—Claro que sí —toma asiento en el sofá y da unas palmaditas para que me siente a su lado—. ¿Qué te pasa?

Me siento a su lado y lo abrazo.

—¿Crees que soy mala?

—¿Mala? Por favor, eres la chica más buena y gentil que conozco, ¿por qué lo preguntas?

—Es que Yoongi, siento que lo estoy juzgando mal, sin siquiera darle una oportunidad.

—Hija, eso no te hace mala...

—Papá —le interrumpo—, sabes que siempre te hago caso en todo, sin reclamar y sin pensarlo, así que quiero preguntarte algo más.

—Dime.

—¿Me alejo de Yoongi o lo intento con él? Ya sabes, intentar ser amigos.

—Hana, no me hagas quedar como el malo del cuento —se pone de pie y camina hacia las escaleras.

—Papá...

—Trata de conocerlo mejor y, si las cosas no salen bien, yo te ayudo a ocultar el cuerpo.

Río nuevamente y él sube las escaleras.

—La cena está caliente, come antes de dormir.

Pienso todo como unos diez segundos. Yoongi se merece el mismo trato que le doy a Jimin y a cualquier otro.
Sé que me oculta cosas, pero Jimin también lo hace y lo trato un tanto bien, por ende, merecen el mismo trato o, eso creo.

Al día siguiente me levanto temprano y me doy un baño con agua tibia. Me arreglo como todos los días y luego de desayunar salgo a tomar el autobús. En el camino pienso la manera de acercarme a Yoongi, no quiero verme sospechosa ni parecer algo acosadora.

—¿Dónde está la gente cuando se le necesita? —Me digo a mí misma.

No lo veo durante las clases y pienso en llamarlo pero nunca le pedí su número. Genial.

Me siento en el césped bajo un árbol y saco el celular para fingir estar ocupada.

Jimin se sienta a mi lado muy sonriente y me saluda con la mano.

—Hola Jimin, ¿cómo has estado?

—Bien, hasta ahora —dice alzando la mirada.

—¿Por qué el mal genio, Jimin? —Le pregunta Yoongi, haciendo acto de presencia.