• Capitulo 8 •

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    La noche había llegado y me encontraba acostado pensando. Pensando en las palabras de mis amigos, no podía pensar en otra cosa, es que si ellos tenían razón y yo corría peligro, eso significaba que ella también.
Me puse una sudadera, le avisé a mis padres que iría a ver a Jacelyn y me fui. Cuando llegue a su casa, no dude ni un segundo en tocar el timbre y rápidamente la puerta se abrió.

- Hola - dijo una señora de cabello largo, negro y ondulado. Quién era? No podía haberme equivocado de casa. No, esta era su dirección, además esta señora se parecía mucho a ella.
- Hola soy Liam, estoy buscando a Jacelyn.
- Mucho gusto Liam, soy Nair su madre - sonrió - Adelante cariño.
    Qué? Cómo qué era su madre? Ella había dicho que se había ido. Qué significaba todo esto? Por qué no había mentido?.
- Gracias - ingrese.
- Está en su habitación - señalo la escalera.
- Gracias - subí.
    Era la primera vez que entaba a su casa fue muy fácil saber cual era su habitación. Me pare frente a la puerta con el gran letrero de peligro, en verdad tenia una enorme calcomanía que decía peligro, respire y entre sin haber tocado, es que sabía que si lo hacia, ella preguntaría quién era y no me abriría.

- Nair, te dije miles de veces que no entres a mi habitación sin tocar.
- No soy Nair.
    Como se encontraba en la cama de espaldas a la puerta, rápidamente se volteo tomada del brazo y me miro.
- ¿Qué haces aquí? - enojada.
- Tenemos que hablar.
- Tu y yo no tenemos nada de que hablar.
- Sí, sí tenemos y no me iré hasta conseguirlo - cerré la puerta.
- ¿De qué quieres hablar? - se acomodó.
- Quiero que me digas la verdadera razón de porqué no puedo estar cerca de ti.
- Que insoportable - rodo sus ojos - Sí es lo que quieres, siéntate - señalo aún lado de la cama y yo hice caso.
- Bien, te escucho.
- Un par de personas malas, como habrás notado, están buscándonos, sabemos que quieren hacernos daño, lo dejaron muy claro y no sabemos todavía quiénes son esas personas, pero ellos si saben quienes somos, bueno, sabían de nosotros sino jamás nos hubieran atacado pero lo que quiero decir es que ellos saben de ti, saben quien eres, ellos te fueron los que te siguieron ese día y por esa  razón te he pedido que te alejes de mí Liam, no quiero que te hagan daño porque tu no tienes nada que ver con todo este asunto.
- Entiendo, juro que ahora entiendo todo pero no puedo estar lejos de ti.
- Pero debes hacerlo.
- No puedo - triste.
- Claro que puedes. No seas caprichoso.
- ¡NO, NO PUEDO! - grite.
- ¿¡POR QUÉ!? - grito también.
- ¡PORQUE TE AMO!.
- ¿Qué? - asombrada.
- Te amo y por eso no puedo estar lejos de ti. Estoy enamorado de ti Jacelyn.
- Lo siento, pero debes alejarte.
    Maldijo por lo bajo, seguido de eso miro su brazo el cual tenía sujeto desde que llegue y pude ver que su mano estaba llenándose de sangre.
- Tienes sangre - asustado.
- Sí, lo sé..
- Voy a curarte - entró al baño y salió rápidamente - Quítate la remera.
- No, estoy bien Liam, puedo sola.
- Jacelyn.
- No.
- Hammel no seas caprichosa y quítate la remera.
- ¡Ugh! - se quito la remera.
    Me acerque a ella y con cuidado comencé a curarla, lo hacía despacio para no provocarle dolor pero ella parecía ya estar acostumbrada a esto, porque lo soportaba muy bien
- ¿Qué te ocurrió?.
- Me apuñalaron.
- En serio?.
- Qué?.
- No puedes decir que te apuñalaron con esa tranquilidad, como si se tratara de algo muy común.
- Lo siento pero te acostumbras a estas cosas - dio media sonrisa y eso me puso demasiado feliz.
- Ya está, no olvides cambiar la venda - la mire a los ojos - Ya tengo que irme.
- Te llevaré.
- Está bien, no me negaré a eso - bajamos para irnos.
    Su madre estaba sentada en el sillón del living y seguía sin entender porque había mentido, pero pronto aclararía mis dudas.
- Nair ya regreso.
- ¿Adónde van? - sonrío.
- Iré a dejar a Liam.
- De acuerdo. Ten cuidado al conducir hija.
- Sí.
- Adiós Liam, espero verte pronto.
- Adiós señora - sonreí - Volveré muy pronto - reí.
- Olvidalo, vamos Payne.
- Como digas Hammel.
    Fuimos hasta el garage por el auto. En el camino nadie hablaba hasta que yo lo hice.
- Mi casa es en la otra dirección - la mire.
- Lo sé - me miro unos segundos y volvió la vista a la calle.
   ¿Adónde nos dirigíamos? A veces me llegaba a dar miedo, pero eso era una de las tantas cosas que me gustaba de ella.  Aparco el auto cuando llegamos al parque, nos bajamos y caminamos por su alrededor.
Esto era hermoso. Venir y estar con ella era perfecto, porque ya estar solo con ella, en donde sea que te encuentres, sea lindo o feo el lugar, ella hacia que todo sea mágico y perfecto.
- Puedo preguntar algo?.
- Ya lo estás haciendo.
- Claro - reí - Por qué mentiste?.
- En qué?.
- Nos dijiste que tu madre se había ido, que vivías sola.
- La mayor parte del tiempo estoy sola en y respecto a Nair, no tengo madre.
- Pero Nair dijo que lo es, además no puedes negar el parecido.
- Si - suspiro pesadamente - Ella me dio la vida junto con mi amado padre pero solo eso. No tengo madre.
- Realmente quisiera saber porqué dices que no tienes cuando si tienes.
- No voy a hablar de eso Liam.
- Está bien.
    Ninguno dijo nada  más  y  seguimos  caminando  pero después de un tiempo  nos sentamos en uno de los bancos de madera.

- Liam - me miro a los ojos.
- ¿Si? - la mire también.
- Nunca le dije esto a nadie.
- ¿Qué sucede?.
- Soy mala, tengo mal caracter, vivo metida en problemas, no todo el mundo me cae bien pero tú compañía me agrada.
- Sí, eres todo eso y también le das miedo a las personas pero sé que tienes buenos sentimientos - sonreí - Tú compañía también me agrada.
- Ya lo entendí - rió.
    No pude evitar sonreí ampliamente al escucharla reír. Que feliz que era en este momento.
- Me gusta verte así.
    Ella sonrió por lo que acababa de decirle.
- Me caes bien de cierta manera y es extraño que eso suceda, y por eso debes alejarte de mí, por favor.
- Puedes pedirme lo que sea menos que me aleje de ti - tome su mano.
- Corres peligro, comprende.
- Si yo lo corro, entonces tú tambien - apreté su mano con las mía.
- Por favor, yo estaré bien, sé defenderme y no es la primera vez que enfrento algo así.
- Puedo imaginar que sí, pero no me alejare de ti - bese sus labios.
- Esto no es correcto - bajo la mirada - Que fastidioso eres.
- Pero me amas así de fastidioso - sonreí.
- Yo no te amo.
- Pero sé que es así - sonreí victorioso - No hay otra razón para siempre aparecerte en ml casa y además me dejas besarte. Me amas Jace.
- Ni en tus más salvajes sueños Payne.
- Mis más salvajes sueños ya se hicieron realidad princesa - levanté las cejas varias veces - Contigo.
- ¡Callate Liam! - me golpeó el hombro.
- No quiero - sonreí - Sabes que tengo razón.
- Vamos Payne, el sueño te comienza a afectar - nos dirigimos a casa.

    Al llegar me sentía algo triste, extrañaba que ella se quedará a dormir, como siempre lo hacía y no quería despedirme de ella ahora, no así.
- ¿Puedes quedarte conmigo hoy? - tome su mano.
- Sabes que no es seguro - apreto mi mano.
- Por favor - triste - Por esta noche.
- Está bien, me quedaré - me miro a los ojos.
- Gracias - bese sus labios.
   En casa mis padres dormían y entramos por la puerta sin hacer ruido. Subimos a la habitación, cerré la puerta cuando, nos quitamos los abrigos y ella se sentó en el sillón.
- ¿Qué haces? - confundido.
- Dormir.
- No dormiras ahí - dije mientras buscaba el algo de ropa en el armario - Toma, ponte esto.
    Entro al baño y se cambio de ropa mientras yo me quitaba la ropa. Espere a que ella saliera para poder acostarnos.
- Que linda te ves - reí.
- Me parezco a ti.
- Te ves sexy - reí - Eres un Liam Payne muy hermoso.
- Callate y ve a acostarte.
- Querrás decir acostarnos - sonreí.
- No dormiré contigo.
    Me acerque a ella, la tome de la cintura y la pgue a mí, quedando a centímetros de su rostro.
- Dijiste que te quedarías por esta noche y por eso quiero que duermas conmigo, por última vez - la mire directo a los ojos.
- No hagas las cosas mas difíciles.
- Si no puedo volver a estar cerca de ti por lo menos duerme conmigo esta noche.
- Lo haré, solo esta vez.
- Vamos a dormir.
    Se acostó y apague la luz. Camine a la cama y me acosté abrazando, queria sentirla cerca por última vez.
Sonreí y sin querer se me escapó una lágrima, la iba a seguir viendo en la pero no podría estar con ella, ya no la vería entrar cada noche a la habitación, y lo más triste era que siempre la esperaba porque sabía que vendría, pero ahora sabía que no lo haría más y eso me dolía.

Amor Prohibido |Liam Payne| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora