Amor Prohibido |Liam Payne| EDITANDO

• Capitulo 14 •

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- ¡SEÑORITA HAMMEL ¿ADÓNDE VA?! - gritó el profesora.

- No le importa - salí del salón. No tenía ganas de estar ahí dentro. Camine hasta los baños, me moje el rostro y lo seque. Nunca había tenido el rostro tan lastimado, pero qué cosas digo, he estado peor que esto. Salí del baño y linda sorpresa.

- ¿Qué haces?.

- ¿Qué le paso a tu mejilla? - me acarició.

- Nada Liam - levanté la vista ya que él era más alto.

- No me mientas - me miro serio - ¿qué te ocurrió?.

Suspire - un tipo entro a mi casa - hice una mueca.

- ¡Por Dios! - me abrazo - ¿no te hizo nada más? - me miro preocupado.

- No, era uno que trabaja junto con el tipo del supermercado.

- ¡Que malditos! - enojado- ¿te encuentras bien, verdad? - tomándome de ambas mejillas.

- Estoy bien - lo mire.

- Me pone feliz - sonrío - no te dejaré sola.

- Lo siento Liam pero debes hacerlo, Louis y Zayn están cuidando de mí.

- Pero yo ...- lo interrumpí.

- Esta vez va en serio Liam, debes alejarte de mí.

- De acuerdo - me soltó - lo haré.

- Muy bien - seria - volvamos al salón.

Volvimos al salón. Liam ingresó primero y luego de algunos minutos ingrese y fui junto a los chicos.

- Hammel, ¿quién se cree qué es usted para salir de ese modo? - enojado.

- Jacelyn Hammel - la mire y todos rieron.

- ¿Con qué se cree muy lista? - enojada - veo que no entiende las reglas, en mis horas usted señorita debe obedecerme - se paro frente a mí.

- Está loca - mire a mis amigos, me levanté de la silla - para mí no existen las reglas, ni aquí, ni en ningún otro maldito lugar - hablo sobre mí.

- Que desubicada, cuide su ...- la interrumpí.

- Sí, lo soy - sonreí - y dejé de joder con mi vocabulario, yo hablo como se me de la gana y déjeme decirle que usted no es nadie para decirme lo que tengo que hacer. Ni mi jodida madre me obliga, ¿y usted se cree qué puede? - comencé a reír sarcásticamente - déjeme decirle que se equivoca, yo no estoy para seguir ni sus ordenes, ni la de ningún otro imbécil, expulseme, mandeme a castigo, haga lo que quiera, que a mí me da igua l - la mire seria.

- Hablaremos con el director - dijo tartamudeando.

- Por mí está bien - me senté nuevamente- hace mucho no lo veo - sonreí cínica.

- Hammel, Malik y Tomlinson, luego hablaremos con el director - seria.

- ¿Por qué? - sonrió.