Amor Prohibido |Liam Payne| EDITANDO

• Capitulo 43 •

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~Narra Liam~

Estaba realmente destrozado. Me mire al espejo, parecía un zombie. Abrí la canilla, con ambas manos junte agua y me lave rostro, me cepille los dientes y comencé a vestirme. No tenía ánimos para absolutamente nada. Oír de sus labios decirme que si iba a irse fue muy doloroso. Sabia perfectamente que había posibilidades de que ella no regresará y eso me dolía, pero me dolía aún más el echo de pensar que esa posibilidad estaba dividida en dos: Morir o ya nunca regresar a Wolverhampton. Me dolía pensar en que su vida iba a terminar y que nunca más iba a poder verla, en cambio, si ya no volvía a la cuidad quizá en alguna oportunidad de mi vida iba a volver a verla.

Termine de vestirme, desayune y partí rumbo a la escuela. Al llegar no tarde en encontrar a unas de las personas más importantes para mi vida.

- Chicos - fingi una sonrisa.

- Hol ... pero que cara - Harry fruncio el ceño.

- Hola Li - me miro - ¿qué sucede?.

- Nada, todo está bien.

- Sí - Harry se cruzó de brazos - tú cara de zombie me dice que estás perfecto.

Odiaba que ellos me conocieran tan bien pero se los agradecía. Suspire - Es Jacelyn.

- No debe tardar en llegar amigo.

- No Niall - negué - no es eso.

- ¿Qué es? - Harry puso su mano en mi hombro.

- No vendrá - baje la cabeza.

- Podrás ir a verla a casa de Louis al salir - aunque todos sabíamos que ella no quería verme, ellos lo hacían para subir mis ánimos.

- No Niall - lo mire - ya no podré verla.

- ¿Otra vez volvió a tratarte mal? - preocupado.

- No Harry - con los ojos cristalizados.

- Liam - Niall me tomo del otro hombro - ¿a qué te refieres con eso? ¿qué sucedió?.

- Ayer, sé que no debí hacerlo pero lo hice y Dios perdóname. Pero ayer fui al cementerio, como todos estos últimos dias, con la esperanza de verla. Ayer cuando fui la vi, ella estaba sentada en el suelo llorando, hablando con su padre, como lo hace siempre. Ella se estaba despidiendo de él. Se fue, se fue muy lejos - rompí en llanto. Niall y Harry no dijeron absolutamente nada, solo se limitaron a abrazarme y no sabían cuanto se los agradecía. Seguí llorando hasta que el timbre se escucho. Me talle los ojos secando las lágrimas, acomode mi mochila e ingresamos al salón.

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Ya habíamos llegado a medio día. Estaba cansado, no había podido concentrarme en el maldito examen y por suerte pude terminar a tiempo. Camine junto a mis amigos, ingresamos a la enorme cafetería y tomamos el almuerzo. Cuando ya lo tuvimos nos dirigimos a alguna mesa que estuviera vacía.

- Miren a quienes tenemos por aquí - se puso delante de nosotros.

- ¿Qué quieres? - dijo Niall.