Amor Prohibido |Liam Payne| EDITANDO

• Capitulo 21 •

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Me desperté por la mañana y Liam no se encontraba en la cama. Tome el celular, me fije la hora. Nueve de la mañana, ¿P
Lor qué había despertado tan tarde? Liam ya se encontraba en el colegio. Me levanté, me vestí, ordene la ropa que él me había prestado. Me subí al auto y me fui directo a casa. Al llegar note algo extraño. Mi casa parecía una ruina, parecía un pedazo de ladrillo. Yo caí dormida por el impacto de la bala la otra noche pero no recordaba mi casa de esta forma, tampoco recordaba que Liam haya mencionado que la casa parecía la de un basurero. Al acercarme a la puerta ésta no estaba del todo bien, parecía como si la hubiesen querido abrir a palanca, ya que a sus costados y en el marco habían pequeñas rayaduras. Quise entrar por ahí pero la puerta no abría. Camine por uno de los costados, llegue a la cerca, abrí la puerta de madera e ingrese al patio trasero. Me dirigí a la puerta trasera de ingreso a casa y ésta estaba tirada en el suelo, ¿qué mierda había ocurrido aquí?. Entre y habían algunos vidrios rotos por los disparos, la cocina estaba normal, fui al living y estaba todo revuelto, ¿qué demonios era esto?. Subí. Las habitaciones estaban todas revueltas, ¿quién había andado aquí dentro? ¿qué venían a buscar? ¿me buscaban a mí? Espero que no porque si era eso les salió mal.

No me preocupe en avisarle a los chicos, lo único que me preocupaba era que tenía que volver a ordenar y ya no era solo mi habitación, también tenía que acomodar otras. Di un largo suspiro de fastidio y baje al living. También tenía que ordenarlo y es más, debía comprar vidrios nuevos y arreglar ambas puertas, los disparos de la pared debía arreglarlos pero eso no sucedería hoy. Fui a la cocina y me prepare una deliciosa taza de café. Subí y me senté en lo que quedaba de mi desordenado sillón. Bebí el café con tranquilidad, como si nada hubiese pasado. Simplemente amaba, amaba estar sola, con aquel hermoso silencio y esa tranquilidad. Cuando acabe, dejé la taza en una de las mesitas de luz y me puse a ordenar. Esto había sido peor que la primera vez que entraron. Tenía una leve sospecha de quién podría a ver hecho esto. ¡Estúpido BH! cuando lo encuentre le preguntaría qué era lo qué tenía con ir a desordenar mi habitación. Sin darme cuenta comencé a reír de la estupidez que acaba de pensar.

- ¿Con que ahora te ríes? - dijo una voz a mi espalda.

- No estaba riendo - mientras tomaba los cojines del sillón que estaban por el suelo.

- ¿No? Entonces dime, ¿qué fue eso de recien? - se acercó a mí.

- ¡Ashhh! - bufe y tire los cojines nuevamente al suelo - sí me reí, ¿ahora estás contento Lou?.

- Ahora sí - beso mi mejilla - hola Hammel.

- Hola Tomlinson - volviendo a juntar los cojines.

- ¿Qué le sucedió a tu casa? - mientras me ayudaba a levantar los cojines.

- No lo sé - lo mire - llegue en la mañana y estaba todo así.

- Lo note, tuve que entrar por atrás. Tendría que regañarte por no pasar la noche en la casa de Zayn pero al menos no estuviste sola aquí.

- ¿Ibas a retarme?.

- Claro - dejó los cojines en el sillón.

- Eres muy gracioso Lou, en serio - acomodando los cojines en su lugar.

- No más que tú.