Capítulo 9

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Soy consciente, por supuesto de que este es uno de los capítulos más cortos que van a ver venir de mi parte, pero es que simplemente, a lo último, me dí cuenta de que quedaba realmente mal si seguía escribiendo, por que es una de esas partes que inducen a otra pero que no la pueden contener, ¿sí? Bueno, a lo mejor actualice luego más temprano gracias a esto, pero no prometo nada, con Alexis, piensen lo que quieran de él, será algo que iré desarrollando a lo largo del todo, porque hasta yo tengo dudas respecto a él.

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Sus violentas manos me sacaron otro gemido, que separó de mí sus labios, que me dejó perdido, lejos de él, tragué saliva, que sabía a él, mis labios se curvaron en una sonrisa y sentí mis párpados humedecerse, la presión en mi pecho aumentó, sus manos también se apartaron de mi persona y luego, él se puso en pie adecuadamente y nos sacó a ambos de aquel ascensor.

- Alexis.- susurré.

- Jordan.- me contestó.

- ¿Por qué?- Cuestioné.

- ¿Por qué qué?

- El... Los besos.- Logré decir con pena.

No creí que alguna vez hubiese sido capaz de hacer semejante pregunta, pero allí estaba, a punto de oír la respuesta a una de mis dudas existenciales.

Alexis rió, fui llevado a lo que pronto inferí que era su habitación, allí él me tomó en sus fuertes y cálidos brazos y logró sentarme en su cama, una cama muy grande como para ser de una sola persona, grande y acolchada, Alexis me dirigió su mirada y limpió las lágrimas que antes habían salido de mis ojos con sus pulgares.

- Porque me gustas, Jordan.- Contestó al fin.

Mis ojos se abrieron más de lo común, temblé, sentí que mi sentido de la orientación fallaba y su silueta se volvía borrosa, por la sorpresa que aquellas palabras me habían causado, definitivamente Alexis sabía cómo sorprenderme. Mi garganta se cerró y quedé netamente desorientado, sin saber que palabras dirigirle, sin saber si yo lograría corresponder raquel sentimiento.

Porque nunca había sentido algo semejante, nunca consideré tener una pareja, mucho menos un hombre, era algo que no me habían enseñado, aunque sí sabía de la temática de la homosexualidad, sabía que existía, que podía haber amor entre dos hombres, o dos mujeres, igual que un hombre y una mujer, pero sin embargo era información muy suelta, sin especificaciones, sin detalles, sólo la punta del conocimiento.

Tragué saliva tratando de volver a la normalidad, pero sólo un "Yo..." logró emerger de mi ser.

- No es necesario que respondas.- intervino Alexis.

Sabía que no era necesario, pero había un deseo de hacerlo que me llamaba, sin embargo desconocía el cómo hacerlo, de qué manera contestar, porque jamás lo había hecho.

El hecho de que Alexis me quisiera a mí de esa manera me hacía feliz sin duda alguna, sin embargo, no sabía por qué.

Tampoco conocía la respuesta del por qué mi gusto hacia sus besos, hacia sus labios y esas veces en las que sus toques eran suaves, pero eso era algo que no le podía preguntar a él.

Ninguna otra palabra logró salir, sentí próximamente el calor de sus brazos al rodearme, al hacerme sentir protegido nuevamente.

Había algo diferente en Alexis, sentí lo que creí que era su nariz cerca a mi cuello, aproximándose a mi oído, un sollozo vino de su parte y me hizo reaccionar, dejar atrás todo posible pensamiento que estuviera teniendo en aquel momento, para mirarlo, para llenar mi mente esta vez con preocupaciones.

¿Por qué lloras?, ¿Alexis?... Es... mi culpa... ¿No?

Ninguna de las preguntas logró salir, mi garganta estaba sellada, sólo pude verlo allí, derramar unas lágrimas que se veían dolorosas, unas lágrimas que jamás esperé ver, unas lágrimas que me hicieron sentir de la misma horrible manera, esas lágrimas que provocaron la salida de las mías también, mis manos temblaban, sin embargo logré reunir el valor suficiente como para abrazarle también y así como dejé que sus lágrimas cayeran en mi hombro, las mías también cayeron en el suyo.

- A-Alexis...- Por fin salió la palabra de mi parte, tenía esa manía de decir su nombre, porque me encantaba cómo sonaba.

- No llores,- Alexis separó su rostro de mi hombro y luego miró directamente a mis ojos, sus manos volvieron a subir a mi rostro para limpiar mis lágrimas. Pero yo también quería hacer lo mismo, con torpes movimientos acerqué mis delgadas manos a su rostro y sin medir lo que hacía me desvié y golpeé suavemente su párpado, su rostro retrocedió.

Me sentí inútil y sollocé con más fuerza sin saber de dónde venían tantas arcadas de tristeza.

Tal vez era gracias a verlo llorar a él, sabiendo que eso se debía a mí, que era mi culpa a lo mejor, porque, ¿De quién más sería si no mía?, me dolía ver a Alexis llorar, eso era algo que personalmente no me atraía ver, su perfecto rostro lleno de lágrimas y sollozando, era como dañar una obra de arte, porque él era eso, una obra de arte, simplemente no sabía qué esperar de él, siempre me sorprendía cada vez más que la anterior, pero sin duda alguna, habían sorpresas de su parte que no eran buenas, como aquellas lágrimas que provocaban que mi alma doliera y que las ideas fluyeran con dolor sin saber bien cómo calmarlo, a lo mejor yo era muy tonto pero, mis soluciones milagrosamente funcionaban, por más estúpidas que se vieran.

- No... llores... tampoco.- Mi voz tembló al tratar de imitar sus dulces palabras.

Sin más remedio le di un beso, con la mayor inexperiencia de todas, pero que milagrosamente sí resultó en sus labios.

Mis ojos estaban cerrados y mis labios cómodamente contra los suyos, porque no me importaba besarlo, a pesar de que no sabía si mis sentimientos lograban corresponder a los suyos, era algo que no me desagradaba a pesar de haberlo practicado tan pocas veces, pero, sus labios me daban ganas de más, y sabía que de alguna manera con un beso lo calmaría, sabía que con un beso podría hacerlo feliz, a pesar de que temía por el error y que en vez de sentirse feliz lo entristeciera más, porque a lo mejor lo tomaría a mal, como si fuera un juego y a lo mejor lo heriría.

Pero no fue así.

Una suave risa vino de su parte y me hizo infinitamente feliz; como venía haciendo, volvió a despejar mis ojos de las lágrimas y luego él mismo se limpió, hizo un ademán son la mano indicándome que lo esperara y sacó su teléfono, se levantó y se quedó apoyado del marco de la puerta, le oí marcar un número.

- Señora... Usted es asquerosa, yo... ya no quiero nada suyo.- Dijo en lo que creí que fue cuando la persona a la que llamaba acababa de contestar.

Luego colgó.

No me atrevía cuestionar, simplemente no era asunto mío en lo que él estuviera involucrado.

Simplemente era su asunto y tenía que respetarlo.

Volvió hacia mí con extrema rapidez y me abrazó, provocando que mi torso perdiera el equilibrio y cayera en su acolchada cama, debajo de él.

- Te quiero, Jordan, te quiero mucho.- susurró.

Yo sonreí, sabiendo que a lo mejor esas palabras eran de verdad, aunque tenía miedo, tenía miedo de que todo resultara siendo una mentira.

Allí entraron los recuerdos de mis pesadillas...

"Alexis Johnson sólo te va a hacer daño."

"Alexis Johnson sólo desea herirte."

"Alexis Johnson te destruirá."

"Alexis Johnson te odia."

"Alexis Johnson..."

"Alexis..."

AnquilosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora