Terminé por salir de aquel lugar, me extrañó tal vez que al girarme nuevamente, la chica no estaba.
Aunque ya creía haber experimentado una enorme sensación de miedo.
Y cabía aclarar que no cualquier clase de miedo; esa clase de miedo que desgarra tus entrañas, que te hace recorrer escalofríos por donde los sientes.
No, no me gustaba en lo absoluto que alguien estuviera vigilándome, acosándome y aún peor, sin yo haber hecho nada.
No, no debo hacerme ilusiones; a lo mejor es mi mente jugando conmigo, tal vez ella no me ve, tal vez ella no existe.
Sacudí mi cabeza.
Tenía que limpiar aquellos pensamientos, tenía la necesidad de estar solo un rato. Me dirigí a mi casa; las calles eran solitarias, silenciosas y hasta llegaban a tener cierto aspecto siniestro, sin embargo no me robaron, ni me mataron, ni me violaron, ni me hicieron nada.
Allí llegué, a mi casa.
Allí estaba completamente solo, no había nadie que me dijera qué hacer o qué no hacer, porque ahora las cosas eran por mi cuenta; no sabía cómo iba a pagar los servicios o cómo iba a mantenerme el resto de mi vida. Porque según lo que constantemente enviaba mi hermana, yo debía morir.
No comí nada más en todo el día.
Simplemente hice mis deberes y me dirigí a mi habitación; en mi cama había algo particular; una pequeña nota, doblada con extrema delicadeza para que quedara reducida.
Desdoblé y desdoblé hasta que vi las letras.
"Jordan, fue totalmente un placer estar contigo la noche anterior.
Realmente me divertí; sé que podemos ser amigos y hasta algo más que eso. Porque a pesar de lo que me has demostrado acerca de tu autoestima, eres una persona fabulosa.
- Alexis.
(No dibujo el corazón nada más porque no sé hacerlo, pero tienes que acostumbrarte a él.)"Sonreí y dejé la nota sobre una mesa, realmente Alexis no era cualquier tipo de persona, era demasiado detallista. Hasta parecía que él hubiera planeado todo.
Alexis... Alexis... Sinceramente creía ese nombre no le quedaba, era demasiado serio para alguien como él.
Dick, tal vez ese sería un mejor nombre.
Reí ante mis pensares y me impulsé a la cama, me desvestí completamente y miré mi brazo, el que anteriormente había herido, ya las marcas se hacían menos notables, Alexis me había ayudado realmente, porque de no ser porque él lo desinfectó, en ese momento seguiría irritado e inflamado; miré mis delgadas piernas; realmente se veían inservibles, no servían, no iban a servir ni aunque mi cerebro se secara de concentrarme en que se movieran o aunque sea en que sintieran algo.
Suspiré. Abrí mis piernas ayudándome de mis brazos y dirigí mi vista entre ellas.
¿"Eso" serviría algún día?
Lo dudaba, podía que yo no tuviera algún problema con mi intimidad, ni eréctil ni urinario, pero estaba seguro de que nadie querría tener una relación con alguien como yo. Un inválido.
Toqué mis glúteos y recordé los toques de Alexis en la noche anterior. Recordé todas esas insinuaciones sexuales. Retiré mi mano, como si quemase lo que estaba tocando.

ESTÁS LEYENDO
Anquilosis
Teen FictionTal vez "amor" es una palabra muy complicada para alguien que ni sus propias piernas puede sentir. Tuvo una vida complicada, en donde toda cosa aparentemente buena que se manifestaba a su alrededor pronto perecía, por eso ni sus propios sentimientos...