Esas pesadillas me atormentaban, porque a pesar de que sabía que sólo eran productos de mi cabeza, temía que en algún momento llegaran a ser reales y que de verdad aquel ser al que no negaba haberle tomado cierto aprecio, me hiriera, como todas las otras personas.
Pero esas cosas negativas llegaban a ponerse en duda, porque sin duda alguna había visto de verdad las lágrimas de Alexis y no parecían ser falsas, parecían ser verdaderamente dolorosas.
Tal vez tenía que confiar más en que Alexis no me haría daño, en que todo estaría bien.
Pero, las paranoias siempre estarían allí presentes en mí, sin importar qué.
Olvidé casi por completo que aquel día era un viernes, lo que significaba que tendría dos días libres, sin escuela y que Alexis podría secuestrarme dos día en su casa. O eso pensé, porque como iba la situación, no podía esperar que me dejara dos días solo en mi casa.
— Jordan. — Le escuché llamarme. — ¿Qué sientes por mí?
Volví a quedar en blanco, sin saber qué debería decirle, tartamudeé, sin embargo no logré emitir palabra con sentido.
— Cambiemos la pregunta, — dijo él luego de un rato. — ¿Cómo te parezco?
Mis mejillas tomaron un más intenso color rojizo y le miré directamente a los ojos, quedándome aún más vacío de lo que ya estaba, rápidamente bajé la mirada y jugué con mis dedos.
— E-eres una buena persona. — comencé —, me gusta estar contigo, porque... es divertido, dices cosas lindas y a veces las haces también... aunque a veces cometes errores, no... no me importa, sigues siendo tú y eso es agradable.... — tomé aire. — No me has tratado como basura, y aunque a veces seas tan tonto, logras hacerme sonreír... Tú, eres mi primer amigo de verdad, el mejor que pude tener y, a pesar de que no sé cómo me siento, sé que no es una sensación mala y eso me gusta, ¿sabes? — pensé un rato, un poco más, algo para continuar argumentando, algo que sonara bien para él y que le gustara, algo bonito. — S-si te refieres al físico... — Me hallé a punto de decir lo más homosexual que podía haber dicho — ... eres la persona más apuesta que conozco, tienes un muy buen físico, es agradable y... me gusta, porque tu piel es suave, cuando me abrazas siento calor y... cuando me besas... me gusta. — terminé mis dichas susurrando por la pena y con mis ojos cerrados.
Escuché su suave risa allí y luego fui atrapado en sus brazos con mayor fuerza, le abracé también, haciendo todo lo posible por esconder mi rostro.
— A mí, me gustas porque eres tú, eres inteligente y a pesar de que solías ser tímido, te sentía reservado y apartado de mí, luego comenzaste a acercarte, cada vez más, y entendí cuál era tu verdadero yo... entendí quién eras tú y me gustó, porque no cambias, sólo, "sueltas las riendas", — traté de mirarle esta vez mientras me hablaba —, no eres desagradable, sé que debo tener cuidado contigo y eso es una de las cosas que más me gusta, cuidarte, porque físicamente, eres hermoso, ¿sabes?, no discrimino tus piernas, porque en realidad no importa, para ser precioso no necesitas poder caminar, además no están feas, son suaves y delgadas, muy bonitas, estilizadas; tu rostro y el resto de ti, todo es tan delicado y perfecto... A veces, me da miedo romperte si soy brusco.
Yo no supe cómo responder, ni por qué él me veía de esa manera.
— N-no... me voy a romper... — Susurré, con una tenue sonrisa.
— ¿Y si te la meto?
— ¡Alexis! — Grité sintiendo que mi cara se quemaba.
~♠~
No recuerdo cómo, pero terminé durmiendo con él, al siguiente día, al abrir los ojos sólo pude darme cuenta de que la habitación no era mía y que la ropa que usaba, tampoco lo era, mi movimiento era restringido, gracias a lo que creía que era el brazo de Alexis sobre mí.

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Anquilosis
Teen FictionTal vez "amor" es una palabra muy complicada para alguien que ni sus propias piernas puede sentir. Tuvo una vida complicada, en donde toda cosa aparentemente buena que se manifestaba a su alrededor pronto perecía, por eso ni sus propios sentimientos...