~ JORDAN ~
Resultó ser que al cabo de cuatro meses sí que había novedades. En el corto lapso de tiempo después de la cirugía, había avanzado demasiado, ya casi no me resultaba necesarios sostenerme de Christian para caminar, mis piernas eran ahora perfectamente proporcionales y de manera indiscutida, me sentía cómodo con mi organismo.
Para Christian era duro y yo lo notaba, a pesar de que siempre parecía estar contento y a gusto conmigo. Su cabello había crecido, los rizos oscuros caían sobre su frente y en ocasiones llegaba a divisar la incipiencia de su barba, porque a veces no tenía tiempo para cuidarse a sí mismo, resultaba incluso algo aterradora la manera en la que se preocupaba por mí. Pero lo comprendía, sabía que él era así y que en algún momento estaría contento cuando me viese en perfecto estado.
Había descubierto que había una cosa nueva que me gustaba de él, que antes no había podido disfrutar del todo y era su altura. Los casi dos metros que medía el pelinegro eran maravillosos. Al fin y al cabo, era una diferencia de al menos treinta centímetros entre él y yo. Tenía un nuevo placer al abrazarlo estando de pie, porque él podía rodearme por completo y mi cabeza descansaba en su pecho.
También ahora me gustaba subirme encima de él en las mañanas, de rodillas, sobre su abdomen. O cuando rozábamos nuestras piernas en la tina.
Incluso durmiendo, me gustaba rodear sus piernas con las mías, a veces le pedía que me tocase en algún punto, como si aún mi sensibilidad fuese algo nuevo.
Descubrí el placer de aferrarme de su cuello y sentir sus manos fuertes agarrando mis muslos al alzarse, la fuerza de su toque en sí, en zonas que no recordaba cómo se sentían.
Aún me era complicado dar un par de pasos sin sostenerme, pero por supuesto que tenía equilibrio.
Forcé a Christian sin querer a hacer muchas cosas innecesarias, como morderme las piernas o verificar la estabilidad de mis erecciones. Pero bien, sucede que yo sólo quería saber si estaba por completo normal, si era más doloroso cuando se aplicaba más fuerza, si seguía sin aguantar demasiado cuando me excitaba. Tuve tiempo para descubrir toda clase de cosas de mí, como si tuviese un cuerpo nuevo.
Aprendí francés. A veces también le pedía que sólo me hablase en su idioma natal para progresar. Y entonces comencé a mejorar significativamente en el entendimiento del idioma, cuando salíamos a la calle ya no estaba tan perdido, sabía ahora los tópicos de conversación de los franceses. Incluso aprendí un poco de aspectos de diferentes dialectos, claro que no lo manejaba por completo, pero, Chris fue mi principal ayudante.
Emocionalmente me encontraba estable, feliz, disfrutaba cada momento de la estadía a su lado.
A veces incluso lograba en las noches hacer alguna video llamada con Sunday, contándole lo que sucedía. La rubia siempre estaba dispuesta a escuchar, cuando no estaba estudiando, claro. Parecía disfrutar mucho de su carrera, ya tenía mil anécdotas por contarme, con una sonrisa y varias carcajadas detrás. En una ocasión, ella estaba con James, después de todo esos dos eran inseparables. El pelirrojo hacía poco había optado por quitarse los lentes y usar unos de contacto. De él no sabía tanto, pero debía estar disfrutando de una increíble vida e incluso, sospechaba que tenía una relación con aquella chica, la más extrovertida que alguna vez conocí. Sabía que mis amigos estaban bien y que seguía contando con ellos, como siempre. Parecía que todo iba de maravilla.
Incluso me enteré de que, a fin de cuentas ya no tenía a ningún miembro de mi familia y si lo hacía sería un abuelo o bisabuelo lejano. Sí, resultó incluso gracioso enterarme de que mi hermana había desaparecido, que no había rastro de ella hace meses y de no ser por el pago de las facturas, no lo habrían notado, la mujer había desaparecido del mapa, al parecer, pero no lograron establecer contacto conmigo y al fin y al cabo yo no tenía ninguna información. Pero me hacía feliz, por mal que pareciese, que mi hermana ya no estuviese allí para hacer mi vida imposible.

ESTÁS LEYENDO
Anquilosis
Teen FictionTal vez "amor" es una palabra muy complicada para alguien que ni sus propias piernas puede sentir. Tuvo una vida complicada, en donde toda cosa aparentemente buena que se manifestaba a su alrededor pronto perecía, por eso ni sus propios sentimientos...