Capítulo 32

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     Entonces, el momento verdaderamente decisivo en mi vida como en la suya, ameritaba ser planeado.

     Tenía miedo de ser rechazado, sin embargo, de alguna manera sentía que tenía posibilidades de que saliera bien.

     Sin embargo, no le dije nada, al menos en el momento.

     Me acomodé, para poder verle a los ojos y acaricié su mejilla.

     —Si sigues diciendo cosas tan vergonzosas me va a dar un ataque. —Susurré, llevando mi mano a su muñeca, atrayendo la suya a mi pecho.

     Le oí reír con suavidad, entonces selló sus párpados y espiró tranquilamente.

     —Yo... estoy igual que tú. —Murmuró casi para él mismo.

     Desearía que sus dichas fueran totalmente reales, aunque eso era imposible, pues, sabía que aún necesitaba algo más para causar en él algo netamente mutuo; el tiempo tampoco había sido demasiado como para que Alexis se fuera de su cabeza en un cien por ciento. Y aun así, aunque no fuera la correspondencia que yo esperaba, era feliz.

     Era feliz, porque podía besarle. Era feliz, porque él estaba conmigo.

     . . .

~ JORDAN ~

     Ese día, cenamos todos juntos, a Christian se le notaba más feliz y aquello, quizá, me hacía sentir mejor. Su tía me agradaba, era tan sincera como la recordaba, la vez que hablamos, ella se encargó de explicarme, casi con todo el detalle posible, el pasado del pelinegro, el cual no sabía describir como mejor o peor que el mío, había sufrido, caído un montón de veces, siendo víctima de su propia familia, y aun así, allí estaba, con sus labios ligeramente estirados, sonriendo, mientras llevaba el alimento a su boca; allí estaba apoyándome a mí.

     Y sería totalmente una catástrofe si con él también las cosas fueran falsas; ¿quién se sometería tanto sufrimiento por una broma? ¿Quién esperaría nueve años para ver a una persona de nuevo y hacerle padecer? Sería aburrido, así que, ¿cómo iba a bromear conmigo?

     Christian... era sin dudas la persona más real que había en mi vida.

     Tomar su mano en las noches, sentir sus brazos a mi alrededor, era mucho más acogedor de lo que podía imaginar. Respetaba mi cuerpo, me respetaba a mí. Quizás él era la persona correcta para enamorarse, alguien tan perfecto que no creía merecerlo.

     Mi tiempo con él, lejos de Alexis, me había hecho cuestionar varias veces mi relación anterior. ¿Qué sabía yo del pasado de Alexis? Ocultaba cosas, ¿qué sabía yo de eso? ¿Qué sabía en realidad de él? Banalidades. Su nombre, que era mujeriego, nieto del director, su familia le idolatraba y... que jugó conmigo. Y me pregunté por qué estaba con él, era bastante sencillo, decía quererme y yo no sabía qué significaba eso, pero deseaba que me quisiera, dependía de su amor y aun desconociendo el sentimiento, pensé tenerlo hacia él, aunque, si no me quería a mí mismo, ¿sería cierto que yo lo quisiera a él? Me dio un hogar y salud, una relación, cosas "estables", así que, no pude rechazarlo y de esa manera me di cuenta de que quizá no lo quise en verdad tampoco, que en realidad jamás ocurrió algo y entonces me dije "Ah, quizás sólo era dependencia."

     Y decidí ver qué ocurría con Christian, cuestionarme lo mismo; dándome cuenta de que lo conocía más a él, o eso parecía, noté la veracidad en sus palabras y el amor en sus actos. Él parecía más humano, me comprendía y yo a él, detallé las cicatrices de su cuerpo —o al menos las que podía ver— y me enteré de que también quiso partir del mundo, era frágil, pero al tiempo era fuerte. Y... era real. Sabía que se esforzaba y era gracioso, quería que yo me quisiera a mí mismo. Él, parecía entender que debes quererte a ti para hacerlo con otro.

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