Naruko Uzumaki ( la salvación del mundo ninja) TERMINADA

Este es mi as en la manga

  Naruko estuvo en el hospital durante dos días. El primer día apenas se despertó, solo para comer. Ya para el segundo día ya era la Naruko que todos conocían. Después de comerse 54 tazones de ramen, (adiós billetera de Minato, descansa en paz) Minato llevó a su hija a la casa para que descansara lo que quedaba del día. Naruko ya no murmuraba cosas extrañas. Cuando le preguntaron que recordaba contestó que lo último que recordaba era fiado estaba con Sasuke y Sakura esperando a Kakashi-sensei.

Ichigo había dicho que lo mejor sería mantener a Naruko en constante vigilancia por si acaso.
- Te he dicho que estoy bien ttebayo- dijo Naruko ya cansada de que su padre la cargara como princesa de porcelana por toda la aldea- No me moriré por caminar hasta casa, ¿sabes?
- Pero dijeron que debías descansar- recordó Minato mientras maniobraba para abrir la puerta de entrada.

Minato recostó a Naruko en su cama, cuando estaba a punto de irse se fijó en unos papeles que habían en el escritorio al lado de la cama.
- ¿Qué es esto?- preguntó Minato
- Sin cartas de Gaara- contestó sin más Naruko
Minato ahogo un quejido.
- ¿Ah, sí?
- Si, envíanos una carta por semana. Ya sabes, amigos de larga distancia- dijo Naruko sin saber el impacto que tenían esas palabras en su padre.

Le causaban celos. Si, celos. A él le costó mucho trabajo entablar una relación con su princesa de ramen, su pequeño dragón dorado bueno ya saben a qué me refiero. Y llegaba un pelirrojo cara de inadaptado a la sociedad y se ganaba la confianza de su hija en dos conversaciones.
- Papa, te estoy hablando- Minato se había quedado callado y ignorando lo que decía Naruko

Al ver que su padre no le prestaba atención, se giró y tomo uno de los papeles para responder a una de las cartas de Gaara.

Querido Gaara:

   Perdón por tardar en contestar tu carta. A causa del entrenamiento me debilite y me obligaron a descansar. Pero ya todo está bien. Mi papá ya me trajo a casa.

Espero que estés bien. Y más les vale a tus hermanos que te traten bien o si no iré al desierto donde vives y se las parto por qué se las parto.

                                Atentamente Naruko

PST

  Supe que vas a entrar al cuerpo ninja de la aldea. Buena suerte.

Satisfecha con el contenido de la carta, Naruko enrollo el pergamino y lo ato a la pata del halcón mensajero.

- Que lindo, amor a larga distancia- al lado de Naruko apareció una mujer de cabellera negra llena de canas y rostro arrugado- Yo también pasé por lo mismo

Naruko saltó lejos de ella. ¿Quién era esa mujer?
- Oh pero qué modales los míos. Me llamo Magnolia. Un placer conocerte Naruko Uzumaki. Jinchuriki del Zorro de las nueve colas- se presentó Magnolia
-¿Cómo sabes eso?- preguntó Naruko
- Se todo sobre ti. Es lo menos que puedo hacer.- Magnolia se acerca a Naruko- Tienes un cuerpo increíble. Tu energía....jamás había sentido nada igual. Una sola gota de tu chakra y pude volver a mi forma. Me pregunto, ¿que pasaría si la consumiera toda?
- Fue tu culpa que me sintiera mal el otro día- señaló Naruko
- Si
- ¿Qué quieres de mí?
- Te necesito Naruko. Tienes la sangre del clan que me tiene prisionera. Si te tengo a ti ninguno de sus jutsus de sello tendrá efecto en tu cuerpo. Algo muy curioso. Eres la heredera del Clan Namizake pero cuando yo me ocupe te tu cuerpo sería yo. Qué irónico.

Naruko intentó atacarla, solo para darse cuenta de que lo que tenía en frente sucedía en su cabeza. El paisaje a su alrededor cambio. Se vio rodeada de los aldeanos.
- Es ella....
- La niña demonio
- Monstruo, demonio, niña zorro
- La niña demonio.....zorro maldito

Naruko miraba en círculos. Todos la miraban con ojos llenos de odio y desprecio.
- AHHHHHHH

- AHHHHHHH- Minato subió las escaleras a toda velocidad seguido de Ichigo

Cuando entraron al cuarto de Naruko, lo vieron vacío. Las sabanas de la cama estaban rasgadas. Ichigo se agachó al suelo al ver un brillo dorado en el suelo. Era cabello.

Los dos siguieron el camino de cabello hasta el armario. Minato lo abrió.

Naruko se abrazaba las piernas y lloraba. Minato se arrodilló y la levanto como si fuera un bebé.
- ¿Que te parece Minato?- la voz de Naruko se escuchó como la de una vieja.- Intenta derrotarme ahora

No me puedes matar, por qué ahora soy tu hija.

No puedes sellarme por qué soy de tu sangre.

Soy tu hija ahora.  Qué divertido será decirte papá.

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