Capítulo 2: Caravana Mercante del Desierto

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Recorrer el desierto en la oscuridad de la noche y llevando a un herido, no era una tarea fácil. Pero aun así la joven y el anciano lograron llegar rápidamente hasta la entrada de su aldea mientras el joven desfallecido se apoyaba en ellos.

Ryou miro el panorama atentamente durante algunos segundos, él sabía que en este mismo lugar, hace muchísimo tiempo, había sido capturado y esclavizado. Este era el lugar donde estaba su villa hace cientos de miles de años. Pero las estructuras y las palmeras habían cambiado totalmente, haciendo imposible reconocer algo de esa época. Su antigua villa ya ni siquiera era tal, ahora era una simple aldea con 1500 de población que posiblemente había sido construida sobre los restos de su antigua villa.

Aunque sabía muchísimas más cosas de las que un niño de 13 años jamás podría saber, aún no había recuperado la totalidad de sus conocimientos adquiridos como Vigilante de los Cielos.

Estimaba que solo un pequeño porcentaje de sus recuerdos habían sido adquiridos de forma inmediata al renacer, y el resto posiblemente el tiempo y las experiencias que él viviera los harían despertar progresivamente. Por esta razón había muchas cosas triviales que no sabía, sobre todo cosas simples sucedidas en una pequeña aldea olvidada en el medio del Gran Desierto Oscuro.

"¡Realmente has hecho preocupar a este viejo esta vez!" Comentó su abuelo, mientras le ayudaba a recostarse en una cama hecha de paja dentro de la pequeña y humilde choza donde la familia vivía.

Era una estructura totalmente frágil hecha con barro y paja que parecía poder caerse abajo en cualquier momento.

"Siempre estoy diciéndote que no intentes mover grandes rocas en busca de insectos ya que es peligroso, debido a que las serpientes del desierto suelen esconderse bajo estas, en busca de sombra y humedad durante las tardes..."

"Abuelo Sun, no puedes culpar al hermano por eso, nuestra aldea es sumamente pobre y las raciones que tenemos apenas alcanzan para comer... Los insectos no serán muy sabrosos pero al menos suman algo al final del día" replicó la niña de nombre Xiao mientras cocinaba una sopa de vegetales que luego fue entregada en un rústico y agrietado tazón de barro a Ryou.

"Tómala antes de que se enfríe, te ayudará a recuperarte"

Ryou movió sus dedos intentando acostumbrarse a su nuevo cuerpo, era una sensación extraña que no podía describirse fácilmente. Recogió el tazón y bebió lentamente.

El gusto era amargo y nada agradable pero no se atrevió a quejarse ya que supo de inmediato que posiblemente habían usado gran parte de las raciones que tenían para preparar esta humilde sopa. Eran pobres al extremo.

Su supuesta hermana era muy hermosa, parecía tener unos 16 años, con curvas bien formadas, cabello negro hasta la cintura y ojos color miel. Se podía notar a simple vista lo feliz que estaba de ver sano y salvo a su querido hermano menor.

"Esa luz... ¿Qué cosa en este mundo era esa extraña luz?" murmuró el anciano Sun contemplativo, mientras miraba hacia su nieto. Ryou negó con la cabeza en señal de no entender, mientras terminaba su sopa.

"Bien, no importa que haya sido estoy feliz de verte recuperar el apetito"

Siempre se decía que tener un buen apetito era sinónimo de bienestar y salud.

El abuelo Sun parecía tener más de 60 años, lo cual era mucho más que la media en ese desolado lugar, las condiciones eran duras y rara vez los hombres pasaban los 50 años de edad. Su calva cabeza, su barba blanca y su rostro lleno de arrugas lo hacían verse aún más viejo de lo que era.

Divine CrueltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora