Capítulo 39: Caos y Destrucción

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Algunas horas después, el caos total reinaba en la Gran Villa Principal. Muchas casas habían sido destruidas, los rastros de la batalla estaban por doquier.

La sangre estaba marcada en las calles, como pinceladas en un cuadro. Había sido una gran masacre, que no discriminó entre combatientes y civiles. Todos pagaron un precio por igual.

Algunos afortunados lograron sobrevivir hasta el momento, fingiendo estar muertos entre una pila de cadáveres. Lo único seguro es que nadie salió indemne de esta situación.

Los 40 guerreros más poderosos, no pudieron defender la calle principal por demasiado tiempo. Lo cual provocó que las estructuras de importancia que protegían con su vida fueran invadidas por las bestias.

El hospital, donde Kui Chen, Suki Fudo y algunos otros competidores del torneo de juniors descansaban, fue totalmente destruido y las personas en su interior masacradas vilmente. No se sabía si alguno había logrado sobrevivir.

El palacio principal, perteneciente al Jefe Tribal, estaba completamente vacío. De alguna forma, el Jefe Tribal, logró escapar junto a su familia y algunos funcionarios importantes, justo antes de que las bestias lo invadan.

Los demás luchadores que estaban defendiendo otros puntos de la villa menos claves, fueron rápidamente superados por las bestias al caer la fuerza principal de 40 guerreros en la calle principal.

El único edificio que aún resistía la invasión era la Gran Torre Oscura, donde un grupo de personas se atrincheraban con fuerza adentro.

Las bestias habían intentado ingresar a la misma varias veces pero no lograron quebrar la resistencia de esta enorme torre. Gu Heng, junto a un grupo de expertos, habían estado constantemente reforzando las defensas desde que empezó la invasión.

Desde una de las ventanas de la torre, la señorita Ingrid Randversson, el herrero Suki Tora y el anciano Gu Ming observaban la terrorífica situación de la villa. Destrucción y sangre era el denominador común del panorama.

La señorita Randversson se encontraba llorando desconsoladamente en este momento, esto no era por la escena delante de sus ojos. Sino que era por algo que sucedió minutos atrás, y que aún no podía quitar de su cabeza.

Anteriormente, ellos tres, estaban acompañados por un grupo de guardias, liderados por el jefe de la casa de subastas.

Todo el grupo se encontraba mirando la penosa situación en la villa, desde la azotea de la torre, cuando una terrible criatura se asomó por sorpresa, por uno de los lados de la terraza.

El Leonpión logró trepar hasta ese punto rápidamente, sin que nadie lo notara, y al llegar escupió una cabeza, ante la atónita mirada de todos los presentes.

El grupo de guardias se paralizó ante la escena, y la razón no era solo porque la bestia era terrorífica. El verdadero motivo fue porque la cabeza que giró, hasta llegar hasta sus pies, era la del primer anciano de su villa. Era la cabeza del poderoso Liang Ho, y la bestia parecía estar jactándose de haberlo matado.

Mientras los guardias estaban en shock, la bestia aprovechó el momento para saltar con gran velocidad en dirección al grupo, destruyendo los cuerpos de varias personas en el proceso. Entre estas personas se encontraba el jefe de la casa de subastas, quien siempre había apoyado a la señorita Randversson, en muchos sentidos, y además le había ayudado a crecer profesionalmente. Justo antes de morir, el jefe fue capaz de usar su último aliento para activar una extraña Matriz de Protección, de la que pocos conocían algo. De igual forma, fue brutalmente asesinado frente a la señorita Randversson y esta era la principal razón de sus tristes lágrimas.

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