"¡Finalmente has decidido dejar de ocultarte y dar la cara!" dijo Fylk Bing, en un tono heroico, mientras apuntaba con su dedo hacia el joven demoniaco.
Ryou se encogió de hombros y preguntó:
"¿Dónde está mi hermana y las demás personas que capturaron?"
"¿Por qué demonios te diría eso? De todas formas, los verás una vez que te capture, ya que seguramente serán ejecutados junto contigo" respondió bruscamente.
Ryou se rio entre dientes y, con un tono libre de emociones en su voz, dijo:
"He visto a un sinfín de idiotas como tú a lo largo de mi extensa existencia. Idiotas con ojos blancos y sueños heroicos sin sentido, que creen fervientemente en la voluntad de Los Cielos y ni siquiera se preguntan si las visiones que ven son realmente ciertas o si están siendo manipulados para cumplir con la voluntad de otros. Me temo que todos ellos tuvieron un final terrible y tu no serás la excepción. En el mejor de los casos, luego de que cumplas con tu labor, serás abandonado como un perro. Y en el peor, serás eliminado por saber demasiado para tu propio bien"
Ryou negó con la cabeza, como lamentando mucho el asunto.
"¡Bastardo demente! ¿Qué estas balbuceando? ¿Acaso crees que no sé qué clase de monstruo eres? ¡Por tu culpa todo el continente se encuentra en un grave peligro! Y si no te detengo ahora, podrías llegar a acabar con toda la vida en el continente Tamri" soltó Fylk Bing, en un tono de indignación justificada.
"¿Crees tener lo necesario para lograrlo?" preguntó retóricamente, Ryou, mientras miraba al cielo.
"Líder, no pierda más palabras con él ¡Vamos a capturarlo de inmediato!" soltó uno de los múltiples seguidores que acompañaban a Fylk Bing.
El Joven de la Orden de Hielo estaba liderando a un gran grupo de poderosos cultivadores, cuyo objetivo era dar caza al joven demoniaco, Sumeki Ryou. Pero, después de buscar tanto tiempo sin éxito por toda la Ciudad Celestial... ¿Quién hubiera pensado que el sujeto en cuestión aparecería frente a ellos directamente?
"Está bien, pero sin importar las ordenes de arriba, lo más importante es que no escape de aquí. Si no logramos capturarlo con vida, al menos debemos asegurarnos de matarlo" Fylk Bing sabía que capturar a un poderoso cultivador era más complejo que simplemente matarlo en combate. Pero, él sabía mejor que nadie sobre los supuestos riesgos de permitir que el joven demoniaco huya de aquí hoy. Por lo cual, su prioridad absoluta era evitar que Ryou escapara. Las órdenes del Protector Divino eran capturarlo con vida para extraerle información, pero estas órdenes no eran tan importantes como el destino del mundo entero. La voz divina en su cabeza le decía que debía matar a Ryou a toda costa.
Había más de 40 cultivadores jóvenes siguiendo al joven Bing. La mayoría de ellos eran de la generación más joven, y sus respectivos cultivos oscilaban entre Guerrero Espiritual nivel 3 y Maestro Espiritual nivel 2.
Sin lugar a dudas, eran un poderoso grupo de cultivadores que sería tomado con seriedad por absolutamente todos en el imperio.
Fylk Bing no llevaba mucho tiempo en la Ciudad Celestial, pero no le costó demasiado esfuerzo conseguir a tantos jóvenes poderosos para su causa. Esto era debido a que tenía un gran carisma personal, el cual, apoyado por el gran talento marcial derivado de los Ojos Celestiales, le permitía convertirse en un ídolo natural para la generación más joven de genios del imperio.
En realidad, a Fylk Bing no le importaba ni un poco todos estos jóvenes que lo seguían. Solo necesitaba mano de obra para poder buscar en más lados de la ciudad simultáneamente, y así aumentar al máximo las posibilidades de encontrar al enemigo de la humanidad. Pero en este momento, estos jóvenes genios ya no le eran útiles, debido a que finalmente había encontrado a su objetivo.
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Divine Cruelty
FantasyUn joven de 13 años es forzado a explorar unas ruinas antiguas, cuando encuentra una poderosa luz divina que lo convierte en un esclavo de los cielos por toda la eternidad. Cientos de miles de años después, logra escapar de su cruel destino, regresa...