Capítulo 126: Ojos Celestiales (2)

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Originalmente el joven Bing había sido considerado como un junior sin demasiado talento dentro de la orden, alguien quien apenas era digno de ser cultivado y que no podría competir con otros grandes genios de la secta bajo ningún concepto.

Pero hace algunos años, y después de mucho esfuerzo, finalmente logró romper en el rango de Guerrero Espiritual y algo extraño sucedió.

Para una secta tan poderosa como la Orden de Hielo, este era solo un asunto menor que no tenía demasiada importancia. Tenían muchos discípulos del rango Guerrero Espiritual y solo aquellos en el rango de Maestro Espiritual podrían ser considerados como verdaderos genios dentro de la secta.

Pero algo increíblemente improbable sucedió en esta ocasión.

Tarde o temprano todos los Guerreros Espirituales despiertan de forma innata la habilidad Ojo Espiritual, o también llamado Tercer Ojo, el cual al activarse les permite conocer las características de las personas a las que observan, como su nivel de cultivo y fortalezas, siempre en cuando el cultivo de la otra parte no sea muy superior al propio. Pero Bing Fylk despertó algo mucho más aterrador en su lugar ¡él obtuvo los Ojos Celestiales!

No es como si no hubiera antecedentes de esta clase de poder supremo, pero eran extremadamente escasos y apenas había un par de casos documentados durante los últimos 42300 años.

En otras palabras, desde la creación del Imperio Zhou; cuando los escribas imperiales comenzaron a tomar notas sobre todos los asuntos importantes en el mundo del cultivo para guardar para la posteridad, solo hubo dos casos documentados de personas que despertaron esta condición.

Lo único seguro es que los pocos personajes que obtuvieron estos ojos se convirtieron en cultivadores supremos que marcaron una época entera. Y la razón de esto era la increíble habilidad de aprendizaje que los Ojos Celestiales le otorgaban a quien los poseía.

Los Ojos Celestiales podrían ver sobre todas las mentiras del mundo y aprender sobre todas las cosas. En otras palabras, eran una versión super mejorada del conocido Ojo Espiritual.

Adicionalmente, mientras un cultivador normal necesitaba años para lograr dominar una poderosa técnica de combate, Bing Fylk podría dominarla en unos días con tan solo echarle un único vistazo a la misma. Su capacidad de análisis, comprensión y memoria se había incrementado infinitamente, convirtiéndolo en un verdadero genio supremo. Además, los Ojos Celestiales le permitían descubrir los defectos existentes en las poderosas técnicas antiguas que su secta guardaba en los miles de manuales que tenían en la biblioteca, y también mejorarlas hasta que lograran alcanzar un nuevo nivel.

Bing Fylk había logrado aprender en detalle, e incluso mejorar en algunos casos, toda la enorme biblioteca de la Orden de Hielo en tan solo algunos años de estudio. Esto era algo que sería completamente impensable para cualquiera que no poseyera los Ojos Celestiales.

¡Un genio, entre genios! Este era el pensamiento unilateral de todos en la Orden de Hielo. Además también podría entender fácilmente los principios básicos de una técnica nueva con tan solo lograr verla en ejecución una vez ¡E incluso podría imitarla al instante también!

El genio más grande de la historia de la Orden de Hielo también había obtenido los Ojos Celestiales hace decenas de miles de años, pero luego este personaje increíble desapareció del continente Tamri sin dejar rastro atrás. Pero para entonces ya había elevado a la secta al estado supremo que poseía actualmente. Y ahora los ancianos de la Orden de Hielo esperaban que el joven Bing pudiera repetir la historia y revivir la antigua gloria suprema que su secta tenía en el antaño ¡Grandes esperanzas estaban depositada sobre sus hombros!

Divine CrueltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora