Divine Cruelty

Capítulo 45: Conquistando una Tribu

Ryou no perdió tiempo y rebanó la garganta del Jefe Tribal sin piedad. Después de todo esa persona quería matarlo primero y, según su propia lógica, solo los débiles de mente tendrían clemencia con sus enemigos. Él no era una persona bondadosa, ni clemente, pero no era injusto. Ryou ayudaría a sus aliados y destruiría, hasta las cenizas, a sus enemigos, esa era su forma de ser.

Por otro lado si el Jefe Tribal quería culpar a alguien de su mala fortuna, solo podría culparse a sí mismo por ser débil.

El mundo era un lugar cruel y solo los fuertes tenían el derecho de ser arrogantes y de decidir sobre el destino de otros. Ryou que había visto el mundo por cientos de miles de años podía asegurar esto sin temor a equivocarse.

Mientras observaba como Ryou abría lentamente el cuello del Jefe Tribal, Naomi tuvo que resistir con fuerza sus impulsos de pedirle que no lo haga, que era algo innecesario y desagradable. Sabía que él no se detendría sin importar lo que ella dijera.

Por otro lado, Ingrid Randversson no era tan pura, ni misericordiosa, como lo era Naomi; así que aguantó la situación sin replicar e incluso le regaló una sonrisa a la cabeza del jefe mientras Ryou la sostenía con su mano, desde el cabello.

Después de eliminar a todos los enemigos y de saquear sus objetos valiosos, el trio tomó su camino hacia la caravana. Al llegar notaron que los conflictos se habían extendido hasta este lugar también, el gritó de declaración de guerra de Ryou había sido tomado muy en serio por los miembros de su tribu y también por los de la tribu Arena Roja.

Gu Heng se encontraba luchando contra un anciano insoldable. Al ver su fina túnica y su poder de pelea, Ryou supuso que debía ser el primer anciano de la tribu enemiga. Pero a pesar de la fortaleza de su enemigo, Gu Heng estaba dominándolo.

Además había otros combates de menor intensidad en la cercanía, algunas pequeñas peleas, pero la marea era claramente a favor de la Tribu Roca Ardiente. Aunque la cantidad de enemigos era muy superior a ellos, el poder de pelea de Gu Heng, Gu Ming, Suki Tora y algunos otros expertos de su tribu era muy superior al de sus enemigos, los cuales la mayoría eran tan solo del rango Guerrero. Se podía apreciar un combate unilateral donde los rivales caían como moscas, a pesar de ser muchos más.

Al ver llegar a Ryou, Gu Ming noqueó rápidamente a los dos enemigos con los que luchaba y se acercó a gran velocidad.

"¿Qué has hecho? ¿Por qué estamos en guerra con la tribu Arena Roja?" Preguntó el Primer Anciano con un tono iracundo. Claramente no estaba contento con la situación actual.

Ryou levantó su mano, mostrando el trofeo de guerra, y comentó casualmente:

"Hay varias razones, pero la principal es que le corté la cabeza a su Jefe Tribal"

El anciano, que apenas se había percatado de la cabeza que Ryou sostenía en su mano, mostró una cara digna de ser inmortalizada. Confusión, asombro, estremecimiento y respeto, eran algunas de las sensaciones que Gu Ming tuvo en ese momento.

"Pero... pero... ¿Por qué?" Preguntó el anciano que le costaba conversar con este joven sonriente que le ofrecía una cabeza humana, como si fuera una manzana que recogió casualmente de un árbol.

Hay que destacar que Gu Ming no era una persona sencilla. De hecho, en toda su tribu, tenía fama de ser el más implacable y severo de todos. Pero en este momento le costaba seguir la línea de pensamiento de este joven de 13 años que parecía imperturbable ante la muerte y que tomaba decisiones a gran escala, como si fuese el líder supremo de la tribu.

Ryou explicó con calma:

"Simplemente porqué fue irrespetuoso conmigo y no le dio ninguna cara a nuestra tribu, un Jefe Tribal no debería haberse comportado de esa forma. Por esta razón hoy conquistaremos esta tribu, y la anexaremos a los territorios de la Gran Tribu Roca Ardiente"