El Protector Divino, del Reino Celestial de Pirea, se encontraba en su elevado asiento, como Juez Principal del Gran Torneo Imperial de Genios. Él estaba mirando, sin demasiado interés, el combate actual entre dos de los participantes.
En los últimos días había visto muchos combates interesantes que demostraban que la generación existente de jóvenes genios era bastante prometedora.
Esto normalmente lo hubiera emocionado un poco, pero debido a las terribles circunstancias en las que se encontraba el Imperio Zhou ahora, no podía concentrarse demasiado en este torneo.
Su mente estaba enfocada en los distintos frentes de batalla que se estaban librando actualmente. Pero, más importante aún, se preguntaba quien estaba realmente detrás de todos estos sucesos caóticos.
Claramente, todos estos asuntos, no podían ser solo una casualidad.
Él jamás había visto tantos acontecimientos importantes y terribles producirse simultáneamente en toda su vida.
Por otro lado, la historia sobre que un joven cultivador humano podría por su cuenta causar todos estos eventos que surgían desde los distintos lugares del imperio, tampoco era demasiado creíble para él.
De hecho, si no fuera por la advertencia previa del joven cultivador con los Ojos Celestiales, Fylk Bing, el asunto le sonaría totalmente ridículo y sin sentido.
Debido a ciertas circunstancias especiales, había logrado vivir durante decenas de miles de años. Algo que podría ser considerado como un caso único desde la creación del Imperio Zhou. Pero ni siquiera él podría lograr hacer todas estas cosas al mismo tiempo. Entonces ¿Como podría hacerlo un jovencito, de unos 20 años, por más talentoso y malvado que fuese? ¡Sumamente improbable! Debía haber algo más detrás de todo esto...
« ¿Quizás se trata de un complot causado por una poderosa organización oculta que creció en poder durante los últimos cientos de años de forma secreta y que ahora busca derrocar al Emperador Zhou desde las sombras? » el Protector Divino barajó esta posibilidad con fuerza, mientras observaba el combate entre los dos genios, con sus ojos apagados.
« Además de esperar noticias frescas, lamentablemente no puedo hacer más nada. En este momento, solo puedo observar el combate entre estos dos jóvenes prometedores y aguardar por las buenas noticias desde los distintos frentes de batalla... » el Protector Divino suspiró con pesar y lamento. Le hubiera gustado ir personalmente a echar un vistazo, pero lamentablemente ya se había comprometido como Juez Principal del Gran Torneo Imperial de Genios.
Pero había algo más que le molestaba al anciano. Si el joven demoniaco era tan malvado como dijo Fylk Bing ¿Por qué solo mató a los miembros del Templo de Yokud hasta ahora?
Aunque también le había dado una buena paliza a las fuerzas de los demás poderes con los que combatió en la Ciudad Celestial, en realidad no había matado a ninguno de sus miembros todavía.
Hubiera sido extremadamente fácil para el joven demoniaco causar una masacre, pero no lo hizo. De hecho, a veces era más sencillo matar a tu oponente que dejarlo con vida.
Había que tener un gran autocontrol, para poder medir bien los ataques de uno, a la hora de derrotar a un rival sin quitarle la vida.
Esto confundió bastante al Protector Divino ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones?
Y otra cosa que le molestaba era el hecho de que el joven demoniaco no había aparecido por ningún lado durante los últimos días.
Después de derrotar a las fuerzas perseguidoras de los distintos poderes, y de eliminar al cardenal del Templo de Yokud, el joven había desaparecido sin dejar rastro.
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Divine Cruelty
FantasyUn joven de 13 años es forzado a explorar unas ruinas antiguas, cuando encuentra una poderosa luz divina que lo convierte en un esclavo de los cielos por toda la eternidad. Cientos de miles de años después, logra escapar de su cruel destino, regresa...