Capítulo 102: Victoria Aplastante

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El choque entre los dos bandos no fue tan potente como pudo haber sido debido a que Naomi había adelantado sus filas mientras hablaba con Daichi anteriormente, haciendo que la distancia entre ambos bandos se reduzca aún más. Esto hizo que las monturas enemigas no puedan alcanzar su velocidad máxima a tiempo, pero aun así el impacto fue lo suficientemente fuerte como para enviar a volar a las dos primeras líneas defensivas de sus tropas.

Los soldados de Naomi estaban en una clara desventaja frente a los mercenarios montados, pero a pesar de esto resistían con coraje y valentía. El fuego de la pasión brillaba en sus ojos cuando recordaban que este era su propio territorio y debían defenderlo cueste lo que cueste, de lo contrario serían sus familias las que sufrieran las consecuencias de su fracaso.

Además el nuevo barón había sido extremadamente generoso con todos ellos, otorgándoles una valiosa poción para que mejoraran su cultivo rápidamente. Y también equipamiento de primera y un jugoso sueldo mensual como siempre habían soñado, por lo cual ninguno de estos guardias se atrevía a decepcionarlo ahora.

Kuro Daichi, que había permanecido detrás de su ejército junto a sus hombres de confianza, mostró cierto grado de sorpresa en su rostro ¡Estos eran realmente 150 guardias bien entrenados!

¿Pero cómo podía ser cierto esto? Su informante claramente había mencionado que la baronía de Monte Rocoso tenía tan solo 50 soldados viejos en su guardia.

"¿Acaso han formado una coalición con las pequeñas tribus de la zona?" Ese pensamiento pasó por su mente.

Pero finalmente decidió que no le importaba tanto el asunto, de todas formas ganaría este combate fácilmente. Incluso si perdiera algunos buenos hombres en esta batalla, su victoria estaba asegurada debido a que contaba con la ayuda de las bestias feroces que todos en su compañía montaban. De hecho esta era la razón principal por la cual habían podido ascender desde una simple banda de asaltantes hasta convertirse en una poderosa compañía de mercenarios.

Pero luego notó algo raro.

Los guardias del territorio comenzaron a replegarse de forma escalonada y a reunirse en un solo punto, justo al pie de una colina.

"¿Qué hacen estos tontos?" En ese lugar ni siquiera tendrán posibilidad de escapar" Se burló Daichi, mientras sus hombres de confianza se reían con fuerza alagándolo.

Desde su punto de vista, habían visto comandantes ineptos a lo largo de su vida, pero esta joven que los enfrentó estaba en otro nivel.

"Debe ser una campesina que no sabe nada sobre la guerra" Declaró uno de los capitanes de Kuro Daichi.

Pero mientras más encerrados estaban sus enemigos, más fruncía el ceño Daichi.

"¿Dónde he visto esta escena?" Se preguntó, forzándose por recordar algo importante.

En este momento ya no sentía que la situación fuese un descuido de sus enemigos como pensaban sus capitanes.

Le tomó un momento más que su rostro se vuelva pálido, hasta que finalmente recordó donde había visto algo similar.

"¡Retrocedan! ¡Salgan de ahí!" Gritó Daichi casi en pánico, ante la confundida mirada de sus capitanes.

Pero ya era demasiado tarde, ya estaban dentro de la telaraña que tejió Naomi.

Cuatro enormes rocas cayeron desde la colina a gran velocidad, colisionando directamente sobre las tropas de Daichi y generando un enorme caos entre sus filas. Las bestias feroces que usaban como monturas entraron en pánico, y algunas incluso se liberaron de sus jinetes y corrieron despavoridas. Pero lo más impactante aún estaba por llegar.

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