En un lugar apartado de los ojos curiosos de las personas, Sumeki Ryou desactivó la habilidad de su Armadura Demoniaca, y regresó a su apariencia normal de un joven con apenas 18 años de edad.
Su cabello lacio y oscuro, estaba más largo que nunca ahora. Sus músculos se encontraban bien marcados y su altura actual rondaba los 1.8 metros.
La Armadura Demoniaca consumía energía constantemente al ser activada, por lo cual decidió desactivarla por un tiempo para recuperarse brevemente. Aprovechando el hecho de que el sol se había ocultado y que la noche acababa de llegar, era un buen momento para regresar a su verdadera apariencia y descansar.
Por supuesto que anteriormente había logrado ver a través del misterioso ciego, Kai Taeyang, ya que usando las Lágrimas de la Verdad era pan comido conocer los talentos de la otra parte, al menos los más superficiales. Y en el caso de ese extraño sujeto, eran muchas las cosas positivas que pudo notar; con respecto a su cultivación y a su físico.
De hecho, Ryou estaba ligeramente interesado en este ciego debido a ciertas sospechas que tenía. Él estaba casi seguro que Taeyang poseía la ayuda de un antiguo y poderoso objeto.
Sobre lo relacionado a las marionetas de la primera prueba de la matriz de entrenamiento avanzada, destruir estos muñecos de madera eran una trivialidad absoluta para Ryou.
Con una poderosa técnica de cultivo de rango Imperial, como lo era Deidad Suprema, un nivel de cultivación muy superior y además poseyendo las Lágrimas de la Verdad, las cuales le permitían conocer fácilmente las debilidades en los cuerpos de madera de las marionetas, era pan comido para él hacerlas explotar a su antojo, con tan solo insertar un poco de su poderosa aura por alguno de los puntos débiles en sus estructuras.
Y con respecto a la prueba de Corazón Dao, no había forma de que una ilusión creada por un Rey Espiritual pueda afectar a una existencia con cientos de miles de años como Ryou. Ya que, simplemente, sus mentes estaban en niveles totalmente distintos.
Por lo cual, mientras la fortaleza mental del participante sea muy superior a la del creador de la matriz, sería bastante simple evitar ser atrapado en el mundo de ilusiones y entrar en un trance instantáneo, como sucedió con todos los demás.
Esta fue la razón por la cual Ryou sacó 0 puntos en esta prueba, ya que ni siquiera pudo ser evaluado en la misma, y esto prolongó el análisis de la matriz durante un tiempo.
Finalmente, aunque la matriz de entrenamiento avanzada era bastante poderosa para los estándares del Imperio Zhou, todavía estaba un poco lejos de ser comparable con una armadura de calidad Legendaria como la Armadura Demoniaca; que permitía ocultar su cultivación y cualquier tipo de información personal, además de transformarlo completamente en cualquiera de las existencias antiguas que habían creado esta armadura roja con pinchos, hace incontables años atrás.
El hecho de no poder escanear correctamente a Ryou, después de varios intentos, provocó un fallo en la matriz de entrenamiento avanzada; haciendo que termine la evaluación de todos los participantes súbitamente.
La Armadura Demoniaca tenía tres funciones en total.
Transformarse en uno de sus creadores a elección y ocultar toda la información personal real sobre su usuario eran dos de ellos.
La apariencia del hombre delicado con un fino bigote, en la cual Ryou había escogido transformarse esta vez, para evitar problemas con la Iglesia de Yokud u otros enemigos posibles, había pertenecido a un erudito de tiempos lejanos, cuyo nombre ya se había olvidado en los anales de la historia, después de tantos milenios. Y era una de las figuras más jóvenes en las que él podía transformarse, ya que la mayoría de los demás personajes se trataban de ancianos insoldables con cientos de años de edad. Similar al Antiguo Maestro de la Orden de Hielo.
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Divine Cruelty
FantasyUn joven de 13 años es forzado a explorar unas ruinas antiguas, cuando encuentra una poderosa luz divina que lo convierte en un esclavo de los cielos por toda la eternidad. Cientos de miles de años después, logra escapar de su cruel destino, regresa...