POV ANASTASIA
-doctora, debería ir a descansar. Ha estado trabajando más que nadie. Es cierto que la intoxicación fue masiva, pero aun así debe descansar. La mayoría de los niños ya están estabilizados- dice Martin. Restriego mis ojos una vez más.
-no puedo dejarlos solos. El segundo pediatra no llego- digo con voz cansada.
-doctora, los niños ya están siendo monitoreados. El doctor Menares ha destinado a médicos internistas para que la ayuden. Aún quedan dos de ellos. Puede descansar- dice. Juro que eso, suena tentador.
-iré a dormir unos minutos. Cualquier cosa que llegue, me avisas- digo. Me levanto con cuidado y salgo de la oficina. Camino hasta la sala de estar. Coloco el hervidor y busco una taza. Abro mi cajón, saco una bolsita de té y un poco de azúcar.
La noche ha sido muy larga. Desde que tome el turno en urgencia no he parado. Por algún motivo, una cantidad no tan razonable de escolares se intoxicaron con comida en mal estado. Algunos han estado con diarrea y vómitos. Los demás con nauseas, dolor de cabeza y punzadas en el estómago.
Según el listado que está en mi oficina, por mi oficina han pasado 32 niños, de los cuales 26 han sido dados de alta y 6 de ellos están en observación. Según información extra oficial, aproximadamente fueron más de 200 alumnos los que consumieron la colación. Pan con huevo. Huevo que perdió su cadena de mantención.
Hundo la bolsita tres veces y luego la dejo a un lado. No me gusta cargado, dos cucharadas de azúcar y lo bebo. Al principio me quemo, pero unas cuantas sopladas queda a una temperatura pasable.
Varios bostezos se escapan de mi cuerpo mientras bebo. Cuando la termino busco una manta y me dirijo a una de las camas. Sin pensarlo dos veces, me acomodo en la pequeña cama y antes de quedarme dormida logro colocar la alarma del teléfono para que suene en una hora.
La cama baja. Alguien está en la cama, que estoy ocupando. Abro los ojos alarmada y escucho que alguien se ríe desde mi espalda.
-no debes asustarte. Solo soy yo- dice Cristian. Se acomoda en mi espalda y me abraza, dejando su mano en mi vientre.
-estaba durmiendo, Cristian. ¿Qué esperabas?- digo suspirando cuando deja un beso en mi cuello.
-lo sé. Te estaba buscando pero no te encontré. Martin me dijo que casi te obligo a dormir un rato- dice serio.
-he estado bastante ocupada. No creo que llegue a mañana, cada vez llegan más- digo. Con cuidado me doy la vuelta quedando frente a él.
-varios de nosotros tenemos operaciones programadas y hemos estado más ocupado. Desde que entre no había salido de pabellón hasta ahora. Sabes que las operaciones de cabeza llevan su tiempo y no es como hacer un corte y sacar- dice mirándome.
-lo sé. Mis operaciones son más rápidas y un poco más sencillas pero aun así, siendo que no hay pabellón, estoy más exhausta que nunca- digo mientras juego con un botón de su camisa.
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Reanimando su corazón: Cristian y Anastasia
RandomUn doctor de renombre. Llega a trabajar al hospital más importante del país. Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar. Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo. El destino los junta...