POV CRISTIAN
En unas horas más comienza la operación. En unas horas más tendré que operar a Ana, en un quirófano donde estará Menares acompañándome. Cuando le comente lo que vi en el examen de Ana, se preocupó, pero cuando le conté que Ana no estaba llevando un control del golpe en la cabeza, se puso furioso.
Decía que para ser un médico, no está siguiendo sus propios consejos, que debía dar el ejemplo y no podía creer que no se estuviera cuidando, luego me regaño a mí por no cuidarla. Ja, hasta a mí me llego por culpa de una pequeña señorita desafiante.
Ella está dormida en mis brazos, después que me pidiera que la hiciera suya, para que pudiera recordarme, argumento que me pareció estúpido, estoy preocupado. No quiero que nada le pase pero las operaciones que van en la cabeza siempre tienen un porcentaje de riesgo.
Es solo una pequeña incisión por donde pueda pasar una pequeña aguja y succionar el coagulo, limpio y sin mayor daño, pero... una mal cálculo, un movimiento brusco puede dejar secuelas temporales o permanentes.
No debería haber tomado el caso. Debería haber dejado que otro neurocirujano la operara, ya que no sentiría esa presión en el pecho al saber que está en riesgo por mi culpa pero tampoco soportaría que quedara con secuelas pro culpas de un mal manejo de otro médico.
Es difícil, ya que estoy en una posición doble, soy doctor y a la vez familiar del paciente. Eso lo complica y mucho.
Busco una almohada y salgo de la cama, coloco la almohada en los brazos de Ana para que lo abrace y así poder salir sin que note mucho el cambio. Se ha acostumbrado a dormir abrazada a mi pecho.
Camino hasta la habitación de Lucían. Esta dormido, tal y como lo deje. Su pequeño pecho, sube y baja rítmicamente haciendo que me relaje un poco. No sé qué ocurriría si Ana no llegara a estar. Estamos tan acostumbrados a estar con ella, que lo más problema es que los dos la echemos demasiado de menos y eso en un bebé tan pequeño como Lucían puede traer complicaciones.
He leído tanto que creo que mi cabeza va a estallar. Me preocupa que Lucían literalmente se muere de pena sin la presencia de su madre. Cierro los ojos al sentir su pequeña pero constante respiración en mi mano.
¿Qué es lo que está mal conmigo? Debo ser fuerte. Mi mujer y mi hijo me necesitan fuerte. No entiendo porque me estoy ahogando si ni siquiera me he tirado al agua aun. Tomo una respiración profunda y camino hasta la cocina, un vaso de agua no me ayudara, necesito algo un poco más fuerte.
Miro por la ventana y está todo oscuro, lo único que se puede ver, es la luna que intenta escapar de la nube que la están cubriendo pero es imposible. Las estrellas también están quedando en la intemperie por culpa de unas cuantas nubes y pienso que las nubes se comportan de la misma manera que el coagulo que está matando mis neuronas.
Gruño como un idiota. Bebo el líquido amargo de una vez. Esto es tiempo perdido. Iré a disfrutar de un lugar donde estoy caliente y me siento en paz, el único lugar que me conforta.
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Reanimando su corazón: Cristian y Anastasia
RandomUn doctor de renombre. Llega a trabajar al hospital más importante del país. Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar. Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo. El destino los junta...