POV ANASTASIA
-doctora- ¿Qué me está pasando? ¿Por qué mi cabeza sigue en ese beso? -¡DOCTORA!- salto en la silla y miro a Martin que me mira con el ceño fruncido.
-perdón. Estoy algo distraída- digo apenada.
-¿algo? Doctora, usted tiene la cabeza en las nubes. Aquí están las fichas de los pacientes del box 2 y 6- me pasa los papeles. Sonríe de medio lado y luego se va.
¿Dónde tengo la cabeza? Leo los expedientes pero no me puedo concentrar. Cristian Grey es lo único que aparece y más cuando recuerdo su beso. No sé porque me afecto tanto, bueno en realidad tengo una leve idea.
Tanto tiempo pensando en realizarme profesionalmente, que deje de lado crecer como persona, como familia. Mire a un futuro laboral pero nunca mire a un futuro, donde estuviera rodeada de alguna persona que me amara que no fuera mi padre.
Anoto unas cosas en la hoja de vida y pido unos exámenes para el paciente del box 6. Me levanto del escritorio con una misión, tengo que hablar con Cristian.
Pero cuando me levanto, el pie se me dobla. Aún está débil, ya que en la mañana me sacaron la bota pero tuve un turno extra en la noche. Cristian también está de turno pero no lo he visto. Sobo la parte que se dobló y cuando vuelvo a pisar, no se dobla pero esta resentido. Me duele pero no tomare ningún medicamento.
Salgo y le entrego las fichas a Martin para que realice los exámenes y busque al doctor de oncología. Tengo la leve sospecha de que el pequeño del box 6 tiene leucemia. Se, que no soy especialista pero he leído los síntomas y ese niño tiene varias. Ojala y no sea eso, no me gustaría que un niño de 12 años pasara por un tratamiento tan fuerte y tan agotador.
Llego a la sala de descanso de los doctores. Cristian intento quitarse el turno de 24 horas pero no pudo. Así que Grace me ayudo con Lucían mientras me sacaban la bota. Menares nos ha cambiado los turnos como ha querido y tenemos turnos extras hasta como en tres meses.
Lo único que sabemos es que en unos días podría llegar un nuevo doctor. Es en un cirujano plástico y es de renombre. También llegaría una gineco-obtetra. Por lo menos, con ellos dos podríamos cubrir algunas necesidades, que tanta falta nos hacen.
Llego a la habitación y abro con cuidado. Hay una litera ocupada, así que me dirijo a ella. Cuando observo de quien se trata sonrió.
Cristian está dormido profundamente. Esta abrazado a un cojín y está tapado hasta las orejas. Su rostro tiene un poco de ojeras pero lo demás está bien. Se, por Martin, que estuvo en una operación complicada, de casi 5 horas. Debe de estar agotado. Me siento en el hueco que dejo y comienzo a acariciarle la cabeza.
Él se remueve pero no despierta. Entierro mis dedos en su cabello y con las uñas, levemente, rasguño su cuero cabelludo. El jadea y sonríe.
-Cristian- digo en un susurro. El deja de abrazar el cojín. Se remueve pero no despierta.
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Reanimando su corazón: Cristian y Anastasia
De TodoUn doctor de renombre. Llega a trabajar al hospital más importante del país. Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar. Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo. El destino los junta...