POV ANASTASIA
¿Embarazada? ¿Cómo demonios paso eso? Bueno si lo sé pero no me lo esperaba. Solo lo hemos hecho unas cuantas veces pero también me he cuidado. Aunque con la cantidad de remedios que últimamente he tomado por culpa de mis dolores de cabeza. Necesito hablar con mi ginecóloga.
La mañana ha estado muy movida, ya que Cristian quería hacerme unos cuantos exámenes más para estar seguro. Me da dolor de barriga su sobreprotección. No quiero ni imaginar que ocurrirá cuando comience con las náuseas, los mareos y unos poco vómitos.
-los exámenes están bien. El coagulo ya no está y tu cabeza debería dejar de dolor en unos cuantos días. Sentirás unas punzadas que serán molestas pero que a la larga desaparecerán. Había pensado en un medicamento pero debido a nuestro nuevo estado, hable con el doctor del piso de ginecología y me recomendó esto- me entrega una caja de paracetamol.
-de acuerdo. ¿Cuándo volveré a trabajar?- digo.
-cuando estés en condiciones para volver. Tienes tres días de licencia médica y puedes volver a trabajar el día viernes, solo en jornada diurno. No está en discusión. Eres mi paciente en este momento y si no haces lo que te pida, te juro que te doy una semana más de licencia- me amenaza.
-estas exagerando. Tomare las indicaciones al pie de las letras pero no me pidas que descanse. Soy mamá de Lucían y tengo un hogar que necesita mantención y limpieza. No estaré acostada cuando un bebé de tan poco meses llora desconsoladamente por algo. No soy así y no me pidas que no lo haga- digo mientras subo el cierre de la parca.
-¿Por qué? ¿Por qué de todas las mujeres en este mundo, me toca la más terca?- dice en un susurro angustiado.
-porque en esta vida existe el llamado "horma de tu zapato". Tú también eres terco, Cristian y llevado de tus ideas. Así que no comiences conmigo, que para hablar de mí, tienes que hablar de ti- digo en un susurro. Tomo el bolso y antes que pueda salir, Cristian me lo quita.
-si soy terco de la misma manera que tu pero eso es lo que me gusta. Eres una de las pocas personas que conozco que me dice las cosas en la cara. Por eso, me llamaste la atención de esa manera. Ahora vamos a casa, que Lucían te extraña y yo también- dice y me besa castamente. ¿Cómo puede seguir enojada con alguien cuando me dice cosas bonitas?
-bueno, tienes que permanecer lo más que puedas en la cama. Muy tranquila y nada de preocupaciones, nada de estrés, nada de emociones fuertes. Nada. Si bien fue un simple coagulo el que saque de tu cabeza, no deja de ser una operación de alto riesgo- dice Cristian.
-por Dios, Cristian. Eso lo sé. Soy médico igual que tú, aunque mi especialidad sea distinta. No soy idiota- le digo ofuscada.
-entonces has lo que te digo- me gruñe.
-entonces tráeme a Lucían. Teniendo a mi hijo al lado estoy tranquila- le digo seria y con los brazos cruzados.
-¡Esta bien! ¡Está bien!- dice mientras levanta los brazos derrotados. Si él cree que es el único que puede ser testarudo, está muy equivocado. Mi teléfono celular suena. Miro el identificador y suspiro pesadamente. Sé que no debería contestar pero si no lo hago, ella sería capaz de llamar cien veces. Mi abuela puede ser muy persistente.
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Reanimando su corazón: Cristian y Anastasia
RandomUn doctor de renombre. Llega a trabajar al hospital más importante del país. Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar. Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo. El destino los junta...