POV ANASTASIA
Despierto desorientada. El suelo se está moviendo. Es un temblor. Me levanto de golpe hasta quedar sentada en la cama. Me asombra ver que Cristian esta como si nada vistiéndose.
-Cristian, ¡Esta temblando!- le digo. Veo que él sonríe.
-Ana. Estamos en el yate. No es ningún temblor, solo el movimiento de las olas que nos están diciendo buenos días- dice. Se acerca a mí y me besa.
-uf. Pensé lo peor- digo suspirando pesadamente.
-¿Cómo te encuentras?-
-bien- digo mientras observo que lucían está despierto pero concentrado mirando el móvil.
-Ana, lo que quiero decir es, ¿Cómo te siente con lo de anoche?- me sonrojo furiosamente.
-estoy bien. Un poco dolorida pero bien- digo mirando para cualquier lado menos a él. ¿Por qué tengo tanta vergüenza? Escucho que se ríe.
-no deberías avergonzarte. Es normal. Somos adultos y nuestros cuerpos gritaban para que diéramos el último paso. Desde que llegaste a mi vida y mi casa te he deseado. No podía controlarme cuando llegaba algún padre y te miraba con deseo. Menares sabe que estuve a punto de golpear a varios- dice y sonrió.
-Cristian, es mi trabajo. Créeme que no estoy interesada en ningún padre, solo el hijo. Es mi obligación. Bueno solo un padre me interesa, uno que tiene unos hermosos ojos grises, labios carnosos y besables, cabello cobrizo desordenado y que tiene un lindo bebé de unos cuantos meses. De casualidad, ¿lo conoces?- sonríe.
-puede. Es alguien con carácter fuerte y está poco loco. Le gusta trabajar con la cabeza y problemas imposibles. Tiene una fuerte adicción al pastel de chocolate y últimamente a las galletas de limón, que cierta castaña cocina de vez en cuando. Dios, de solo pensar en ellas se me hace agua la boca. Además, desde anoche, gano otro vicio. El cuerpo de su mujer. ¿Ese es el hombre del que hablas?- dice.
-¿el cuerpo de su mujer? Vaya, ahora que sé que tiene mujer, no me gustaría meterme en esa relación- digo.
-yo que tú, no me metería. Ellos se gustan y disfrutan de sus gustos solos. En esa relación solo hay dos. Un tercero será vetado. Ahora, ¿crees que pueda tomar un poco más del vicio que no sabía que tenía?- dice mientras gatea por la cama hasta quedar al frente de mí.
-está muy necesitado- digo.
-necesitado, no sería la palabra correcta. Te espere por mucho tiempo y créeme Ana, cuando tengo una pareja por lo menos tengo una vez al día sexo. Así que prepárate, desde que te hice mía, te convertiste en mi mayor vicio. Así que tendré que buscar la manera de que te pueda tener a diario- dice. Muerde mi labio inferior. Dios, estoy paralizada.
-¿todos los días?- digo en un susurro.
-buscare la forma en que tu estés bien y que puedas aguantar. No tengo nada oculto en la sexualidad. Me gusta el sexo normal aunque... si en un futuro quieres probar algo nuevo... adelante... seré mas que feliz de que lo probemos juntos- levanto mi ceja.
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Reanimando su corazón: Cristian y Anastasia
De TodoUn doctor de renombre. Llega a trabajar al hospital más importante del país. Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar. Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo. El destino los junta...