Capitulo 30

11.9K 813 32
                                    

POV ANASTASIA

-este lugar es gigante. ¿De verdad te lo prestaron?- dice Ana cuando llegamos al yate. Es grande pero no es el más grande que existe.

-Ana, el dueño de este lugar es un amigo que tengo desde hace años. No es la primera vez que me lo presta- dice. Lucían se mueve en mi pecho. Decide llevar el canguro que la silla. Me gusta sentirlo cerca de mi pecho, así está más tranquilo y más calentito.

-de acuerdo. ¿Me ayudas con las cosas? En la parte trasera esta la silla pero me gustaría traerla, así lo podemos dejar dormir en algún lugar seguro- digo mientras acomodo la pañalera en mi hombro.

-no te preocupes. De hecho mi amigo quería dar de baja este yate y lo puso a la venta. Le mostré mi interés y me dijo que solo quería el valor que tiene después de 6 años de uso. Fuimos a la importadora y nos dijeron que el yate tiene un valor actual de 600.000 dólares- lo miro asombrada.

-¿tanto?- digo.

-Ana, el valor del yate es de 2.000.000 de dólares nuevo. Con la depreciación del mismo quedo en ese valor. Esta como nuevo- lo miro horrorizada.

-Cristian, eso es mucho dinero. Tienes más dinero que sentido común- digo.

-Ana, es solo dinero. Además creme que más de alguna vez querrás venir aquí cuando no quieras saber nada más del hospital. Lo necesitaremos, yo lo necesito. Sé que ahora que estas de día solo podremos venir los fin de semana cuando mis turnos lo permitan. Así que lo aprovecharemos lo más que podamos- dice sonriendo.

-de acuerdo. Si tú lo dices- digo. Veo que busca unas cosas en el maletero de auto y me guía hasta dejarme en la sala del yate. Hay un sillón en forma de U. Tiene muchos cojines en distintos colores y formas. Se nota que no pertenecía a Cristian. No es muy su estilo.

Vuelve a salir, mientras investigo que es lo que hay

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vuelve a salir, mientras investigo que es lo que hay. A unos cuantos pasos del sillón hay unos muebles y una cocina, además de un lavaplatos y un mesón que se puede usar para cocinar. Me quedo impresionada con lo que he visto, siendo que no he visto ni los dormitorios ni el baño.

Camino hasta llegar a una habitación donde hay una cama de dos plazas con una pequeña mesa. Hay un closet que ocupa una pared completa, desde inicio al fin de esta. También hay una cajonera con un espejo. Las pequeñas ventanas permiten ver el mar en su esplendor. Pero hay algo que llama mi atención.

En un lado de la cama, hay una pequeña cuna. Tiene sabanas de color azul cielo y un cobertor de color azul con pequeño barcos en él. Tiene una pequeña almohada y en una de las esquinas hay un móvil. En cada una de sus manos hay un objeto. Hay autos, aviones, barcos y hasta una bicicleta. Ha pensado en todo.

Con cuidado saco de la pañalera, una manta blanca. Tiene la textura de un corderito y es muy suave. La coloco sobre la cama y luego saco a Lucían del canguro. Al principio se pone inquieto pero al entrar en contacto con la manta se tranquila. Reviso su pañal pero está seco. No tiene sueño, así que supongo que tendré que jugar un poco con él.

Reanimando su corazón: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora