Capitulo 57

8.5K 731 25
                                    

POV ANASTASIA

Tengo demasiado nerviosismo. Tengo 39 semanas de gestación y mi barriga es enorme. Pero lo que me tiene más nerviosa es que mañana es el cumpleaños de Lu y puedo tener a mi bebé en cualquier momento. Quiero que nazca pero no mañana, sino que pasado mañana. Le he hablado a mi pequeño o pequeña muchas veces y creo que va a cooperar pero si es igual que su padre, será llevado de su idea.

Amo a mi hijo... a mi pequeño Lu que recorre todo el lugar. Hace una semana que comenzó a caminar y no ha parado. Cristian tiene los nervios de punta, porque piensa que le puede pasar cualquier cosa y tiene miedo que se haga daño.

Grace hace dos días me hizo reír hasta llorar. Tomo de la mano a Cristian y se lo llevo al salón. Lo sentó en el sillón que quedaba al frente de ella y lo miro por varios segundos hasta que Cristian, no aguanto más y pregunto por qué estaban sentados y si esperaban a alguien.

Fueron dos horas de argumentos paranoicos y una risa constante. Al final, recibió el regaño de su vida por no dejar a su hijo ser lo que tenía que ser, un niño feliz. Por ese motivo, si se caía, se raspaba la rodilla, terminaba con un chichón en la frente, tenía que estar tranquilo porque es normal.

Me dio risa la cara que puso con cada situación expuesta, fue de la sorpresa al horror en cosa de segundo. Fue tanta la risa que me dio, que sentí un latigazo en el abdomen que me dejo sorprendida pero no me dolió. Solo fue como que mi pequeño dijera... "estoy aquí. No te muevas tanto que me mareas".

La doctora me ha dicho que mi embarazo es normal y que estoy en muy buenas condiciones para ser madre en cualquier momento. Lo malo es que seguimos sin saber lo que estamos teniendo. No hay caso, no sé a querido mostrar, así que Cristian asumió que estamos teniendo una incógnita.

Mis últimas semanas han sido tan monótonas y aburridas. He comenzado a tejer. No me manejo en puntos tan complicados sino que en lo básico, pero Lu no me ha dejado hacer mucho. El esta tan activo, que cosas que para mí no tienen sentido, para el son sus nuevos juguetes. Hace unos días encontró un zapato de Cristian y jugo con él hasta que se quedó dormido. Cristian me dijo que había guardado sus zapatos en el armario pero misteriosamente encontré el segundo zapato al lado de la cama.

Mía, Grace y yo hemos estado organizando el cumpleaños de Lu. Nos dimos cuenta hace unos días que ama las pelotas y los carritos. Así que Mia ha comprado muchas cosas para la fiesta. No quiero pensar que va a pasar cuando este bebé nazca. Si es niño, ya se lo que me espera pero si es niña, se volverá loca.

Hace una semana Kate vino de visita junto con Ava. Ha crecido bastante y cada vez se parece más a la madre. Me conto, que Elliot ha estado llamando todos los días para saber de ella y de la niña. Esta feliz por ese comportamiento pero no está confiando en el por completo. Aun le duele la desconfianza pero por el bien de la niña, está haciendo todo lo posible para que sea feliz.

Hablamos por más de dos horas hasta que llego Cristian junto a Elliot. Me saludo y luego se sentó al lado de Kate y tomo a Ava en sus brazos, donde comenzó a jugar con ella. Varias veces me di cuenta que Kate los miraba y sonreía pero no decía nada. Sé que es difícil volver a confiar cuando se ha perdido la confianza en alguien pero debe de darse una oportunidad. No saca nada con seguir negando lo obvio. Ella lo sigue amando.

-Lu no le tires las orejas a rubio. Le duele- dice Cristian. Toma a Lu y lo lanza al aire haciendo que se ría y se olvide de las llamativas orejas de rubio.

-papa... io... nn... prrr- sonrió. Aún no está diciendo muchas cosas, salvo mama, papa, ma que significa más, shi que es un sí y la palabra que siempre dice y le decimos, no.

-pequeño, no tengo ni idea de lo que estás diciendo. Me gustaría que hablaras más claro- dice mi esposo mientras juega con Lu.

-Cristian, ¿Por qué no sacas a Lu al parque? hay un bonito día y eso le va a servir para crear anticuerpos- digo mientras me intento levantar.

Reanimando su corazón: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora