POV ANASTASIA
Querida nieta:
Sé que no te debería llamar así por todo lo que te he hecho pero aunque no lo creas siempre te he querido como mi nieta. Sé que es difícil de creer pero necesito que entiendas mi forma de actuar.
No te estoy pidiendo que me perdones pero si, que me comprendas.
Cuando era una niña pequeña, nuestra familia no tenía nada. Absolutamente nada. Éramos tan pobre que vivíamos de la caridad de los demás. Mi padre, lo único que quería era que saliéramos adelante e hizo todo lo que estaba en sus manos para hacerlo pero jamás lo logro.
Conocí a tu abuelo, un hombre maravillo, rico pero con un corazón tan hermoso que si lo hubieras conocido, lo amarías más de lo que lo amo yo pero se fue antes que naciera y eso marco mi vida para siempre.
Quede sola con dos niños pequeños y una empresa que no sabía cómo funcionaba. Cometí errores y los sigo cometiendo pero he llegado al límite. Estoy en la cárcel por ellos y no hay quien me pueda sacar.
No espero que lo hagas tú, porque no merezco salir de aquí. Así que no se te ocurra hacer algo por mí. No lo quiero ni lo merezco.
Salí adelante como pude pero no todo lo que brilla es oro. Cuando tu padre cumplió 18 años, se hizo cargo de lo poco que quedaba de la empresa. No estaba segura, era un joven tan incompetente que me hacía dudar de él.
Solo que con el tiempo demostró que era igual que su padre. Trabaja de sol a sombra y saco la empresa adelante. Con el tiempo, supero lo que su padre había logrado, convirtiéndolo en el más grande empresario de la zona.
Todos hablaban de él por lo grande que era pero también hablaban de su hermano, de tu tío, por lo inepto que era.
Raymond no necesitaba ser protegido de los demás pero si Loas, él no tenía cabeza para nada, salvo acostarse con mujeres. Tenía mi cabeza puesta en ese joven, para que fuera un hombre de bien y que usara la cabeza correcta.
Me costó mucho, pero por fin la uso y no de la manera que la esperaba.
Estaba por detenerlo cuando tu madre apareció en la vida de Ray. No tenía pensado que se enamoraría, ni que se casaría tan rápido pero lo hizo, por más que le pedí que no lo hiciera, no me hizo caso.
Vivíamos en la misma casa pero éramos familias aparte. Ellos en su mundo y yo tratando de sacar a tu tío adelante. Dieron la noticia de tu existencia, me alegre. Por fin un niño, alguien quien siguiera con la dinastía Steele pero resultaste ser una niña.
Las mujeres siempre sufrimos por todo. La discriminación de la sociedad y del ámbito laboral. No nos valoran por lo que realmente valemos. Nos tildan del sexo débil pero no creo que ellos sean capaces de soportar 10 horas de parto ni mucho menos las contracciones. No quería eso para ti pero simplemente fuiste mujer.
Cada vez que te veía, veía los ojos de mi hijo e intentaba no sentir ese pensamiento de querer abrazarte y pedirte perdón. Tenía un hijo con muchos problemas que me necesitaba más que tú o tu padre.
Solo apoye a mi hijo y cuando me di cuenta lo que estaba ocurriendo, tenía a tu tío Loas llorando en mis rodillas por miedo a ir a la cárcel.
Leí todo lo que me paso por delante para salvarlo, hasta que encontré una clausula en la que decía, que si había un dueño legítimo que había pasado por herencia, él era el responsable de todo lo que había ocurrido.
No estaba muy segura pero todo apuntaba a ti pero nunca aceptaste hacerte cargo de la empresa. Por eso te asediaba y te perseguía. Si tomabas el liderazgo de la empresa podría salvar a mi hijo y también te salvarías. No tendrías una condena, solo un castigo en dinero pero jamás la cárcel.
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Reanimando su corazón: Cristian y Anastasia
RandomUn doctor de renombre. Llega a trabajar al hospital más importante del país. Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar. Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo. El destino los junta...