Dejaste Una Huella (Terminada)

Cap 19 PREGUNTAS SIN RESPUESTAS.

Karol: [...] Una caja con Cartas... CON MIS CARTAS.
-Tenia tantas preguntas en mi cabeza, no entendía nada... ¿Por qué Ruggero guardo mis cartas, si decía que eran estúpidas? ¿Qué es lo que pretende? ¿Por qué apestan tanto? ¿Alguien me explica?
Ruggero: Karol mi mamá nos prepa... ¡¿Qué estas haciendo con eso?! -Lo arranco de mis manos.
Karol: -Me quede en silencio unos minutos, aun estaba en shock- Perdón, solo vi la caja y me dio curiosidad.
Ruggero: Te dije que no tocarás nada. -Dice en un tono fuerte.
Karol: Ya te pedí perdón.
Ruggero: No, no acepto tus disculpas, ¿Quien te crees para invadir mi privacidad? Te abro las puertas de mi casa, de mi habitación y tu vienes de abusadora a revisar mis cosas.
-Primera vez que veía a Ruggero tan enojado...No dije nada y de inmediato salí corriendo de su habitación.
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MDR: ¿Te gustaron las galletas que te prepare?
Karol: No pude comer, tengo que irme.
MDR: ¿Pero te paso algo? Estas como asustada y muy pálida.
Karol: No, estoy bien...Un placer conocerla señora.
MDR: ¿Si quieres te llevo a tu casa?
Karol: No, tranquila... Necesito estar sola.
MDR: Ok, esta bien... Las puestas de esta casa están siempre abiertas para ti.
Karol: Gracias.
MDR: Y espero que ese moretón desaparezca.
Karol: Gracias, adiós.
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Narra Karol: Me fui a caminar un poco por la ciudad... En parte Ruggero tenía razón no debí meterme con sus cosas, pero tampoco tenía que tratarme así... Creo que me duelen más sus palabras que el moretón en mi cachete.

Al día siguiente en la universidad.

Fer: Dios tu cachete esta espantoso.
Karol: Gracias, buenos días a ti también.
Fer: ¿Por qué no contestate mis llamadas anoche? ¿Por qué estabas llorando? Y ¿Por qué no dormiste nada?... ¿A quien tenemos que matar?
Karol: Todas tus preguntas tienen una sola respuesta... Ruggero.
-Sentí la voz de Ruggero llamarme, y salí corriendo enserio no tenia ganas de verlo... Deje de correr, cuando ya había perdido a Ruggero de vista, hasta que sentí unos brazos rodearme por la cintura y una voz que me susurra 'Lo siento, soy un imbécil'