-Voy a pedir los cafés –dijo la Rubia, pero Camila la detuvo.
-Tu pagaste la comida, deja que yo pague esto ¿sí?
-Está bien, a mi tráeme un muffin de chocolate con chispas de chocolate.
-Te va a dar un ataque con tanto chocolate en el organismo.
-Al menos moriré feliz. –contestó rápidamente.
Camila sonrió y se dirigió al mostrador.
-Dos cafés, un muffin de chocolate con chispas de chocolate y una dona de maple, por favor.
La menuda anciana detrás del mostrador sonrió amablemente –Claro que sí, ahora mismo los preparo -.
Camila le devolvió la sonrisa. –Gracias-.
-¡Brad deja ya de hacerte el payaso!, vas a hacer que tire mi...
Fue entonces cuando Camila oyó una risa seguida por una protesta y poco después sintió un líquido frío llenando su espalda.
-¡Brad, por dios, te dije que no me empujaras! ¡Eres un idi.ota!–gruñó- Señorita discúlpeme yo...
Cabello volteó con los ojos echando chispas, la chica frente a ella con los ojos verdosos caídos por la pena, era altísimo ya ella apenas le llegaba a la barbilla y Camila era una mujer alta de por sí, tenia los labios tensos y las mejillas ruborizadas; como una niña pequeña que sabe que va a ser regañado por su madre.
Michelle la vio a ella, alta y delgada, ojos grandes y castaños culpándolo desde su corazón y ella maldiciendo en su mente a Brad por ser tan imbécil. La chica frente a ella estaba empapada completamente y al parecer no estaba muy feliz.
-Una disculpa no arreglará mi camisa.
-Sí, lo sé, lo siento. Permítame comprarle otra.
-¡Michelle tenemos que irnos! Dile al café andante que hablan luego.
Camila se puso roja de rabia. ¿Quién se creía ese estúpi.do para llamarla café andante?
La chica pelo negro volteó fulminando con la mirada a su amigo -¡Cállate Brad!
-¿Camila estás bien? –era Dinah, que se había posado a su lado mientras le despegaba la blusa de la piel.
-Yo... Yo soy Michelle Jauregui –se presentó la chica alta. De verdad no había sido su intención vaciar su frappé sobre la chica. El estúpi.do de Brad lo había empujado haciendo que ella perdiera el equilibrio y vaciara su bebida. Daba gracias al cielo que no había pedido un café porque si no además de blusa tendría que arreglar unas serias quemaduras.
-¿Sí? Qué bueno. Yo soy la chica a la cual le arruinaste la camisa.
Pero que humor que tenía, pensó Michelle.
-Tengo que marcharme, pero no me siento cómodo yéndome sin reparar lo que he provocado. Puedo dejarte mi número para que me llames y...
-No quiero tu número.
-Entonces dame el tuyo - Camila la miró con incredulidad ¿enserio estaba coqueteando con ella? Sea como sea necesitaba reponer esa camisa y que mejor si ella no era la que pagaba.
Anotó su número en un papel y se lo entregó.
-¿Segura que no es un número falso? –preguntó sonriendo.
Camila tampoco pudo evitar sonreír por un momento también.
-No lo es.
-Te creo –murmuro mientras le guiñaba el ojo y luego siguió a sus amigos a la salida, desapareciendo detrás de la puerta.
Camila se quedó ahí sintiendo la camisa cada vez más helada.
-Camila ¿fuiste tú la que me dijiste que no conquistabas?
-¿De qué hablas Dinah? Lo único que hizo esa tipa fue tirarme una bebida encima y yo lo único que hice fue darle mi celular para que me comprara una nueva.
-Camila tú puedes comprarte otra camisa, puedes comprarte una tienda entera de camisas si lo deseas. Admítelo, le diste tu número a esa bombón porque deseas que te llame.
-Hay que pedir los cafés para llevar, necesito cambiarme.- intentó cambiar el tema rápidamente, le daba miedo admitir que Dinah tenía toda la razón. Ella quería ver de nuevo a Michelle Jauregui. Deseaba volver a hacerlo.
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La Farsante (Camren)
FanfictionCamila Cabello y Michelle Jauregui se enamoraron desde la primera vez que se vieron. Son felices, se aman y deciden casarse cinco meses después. (G!p*)