Capitulo 26

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Entró al pequeño cuarto temblando, tenía mucho miedo de volver a verla; el doctor le había informado que desde que había entrado en coma no había presentado mejoría alguna, su cerebro seguía igual de inflamado y aunque sus heridas empezaban a sanar poco a poco, no mostraba algunas ganas de vivir. Pudo sentir como la sangre desaparecía de su cara al mirarla tendido sobre la cama.

Un pequeño flashback inundó su mente: esa Michelle sonriente y bronceada con una pequeña caja rosa entre sus manos, comprándole una preciosa blusa, su primera cita, ese momento en la montaña rusa y los momentos que vinieron después. Cuando ella le propuso matrimonio. ¿Eso había sido una mentira? La propuesta lo era, ella solo había querido casarse por dinero, más bien había sido obligado a casarse... ¿pero qué hay del café? ¿Y de la feria? ¿Todo ese día también fue una farsa?

-¿Alguien ha venido a visitarlo? –preguntó de repente. Tal vez Lucy...

-Su hermana vino ayer...

-¿Mi hermana? yo no tengo hermanas

El doctor soltó una risa –No, la hermana del paciente.

-Claro, Lauren.

-Se referirá a Michelle.

-No –corrigió- Michelle es la que está en coma.

-Señorita Cabello –pero después recordó como se había presentado Camila- perdón, señora Jauregui, creo que está confundida –le entregó los papeles que se encontraban a los pies de la cama.- este paciente está registrado como Lauren Jauregui.

Camila abrió los ojos al leer el papeleo ¡Falsificaron la carta médica!

-Maldita mentirosa –murmuró en voz baja.

-¿Disculpe?

-No, nada. Estaba hablando sola. ¿Podría dejarme con ella un momento?

-Claro –sonrió.- regreso en unos minutos.

Caminó hasta poder posarse a su lado y toco las pequeñas manchitas marrones junto a su oreja.

-Aquí están... -sonrió levemente y luego poso un beso en ellas.

Así que mientras Lauren era Michelle, Michelle era Lauren, le estaba empezando a doler mucho la cabeza.
Dos hermanas gemelas, cada una haciéndose pasar por la otra, una para escapar con su novia y otra por dinero... bien, esto empezaba a sonar demasiado tele novelesco.

Una lágrima recorrió el rostro de Camila, ella maldijo en voz baja, odiaba estar tan sensible.

-Hola, Michelle –empezó a hablar, sabía que ella aún la podía escuchar. Tal vez la podía motivar para que despertase, era un sueño vago... porque no era a ella quien amaba, si no a Lucy ¿Lauren también seguiría amándola a ella?

-Te extrañé mucho –continuó- Espero que estés soñando con algo muy bonito, pero –empezó a tartamudear- Michelle y-ya es hora que despiertes, muchas personas te necesitan aquí –un sollozo demasiado fuerte escapó de sus labios. –Lo siento –se disculpó con ella, y empezó a acariciar su pálido rostro- estás tan frío –musitó- yo sé que aún tienes tantas cosas por hacer, n-no puedes solo quedarte aquí Michelle, tú tienes un futuro hermoso y... -frotó sus ojos- no estoy diciendo que será conmigo, tal vez con Lucy o con alguien más, será... será con quien tu decidas pero, por favor, por favor... despierta.

Empezó a admirar más de cerca su cara, afirmando una vez más todo: Lauren tenía lunares en su ojo y cuello, Michelle solo en su perfil derecho.

Había sido tan ciega, ella se había dado cuenta de eso desde un principio... pero ¿cómo podía haber sospechado? Apenas el día de San Valentín había podido recordar aquella tarde un poco antes de que ella le pidiera matrimonio, fue cuando Michelle había mencionado a Lauren, vagamente... pero lo había hecho.

-Michelle quiero que sepas que, si quisiste huir para no casarte conmigo, y ahora que estás en coma... no quieres despertar para no tener que afrontar todo esto –jugó con su cabello- tienes que saber que si despiertas nadie te reprochará nada, ni siquiera yo. Jauregui si no querías casarte conmigo, no debías hacerlo, pero supongo que lo hiciste por tu madre, yo... Michelle por favor lucha, lucha por salir de esto ¿si?

Le brindó un pequeño beso en los labios... pero no sintió nada. Y entonces comprendió aquella frase que dice que sin amor, todos los besos saben a lo mismo. Cuando besaba a Lauren no podía parar de hacerlo...

-Feliz Cumpleaños, Michelle; te quiero –le dijo y salió despidiéndose del doctor y encontrándose con Drew fuera en el estacionamiento.-

-¿Quieres ir al hotel? –ella negó.

-Necesito ir a otra parte.

-Ok. ¿A dónde?

-Al centro comercial.

-Bien, y después al hotel ¿de acuerdo? Necesitas descansar.

-No, después con Lauren.

***

Estaba devastada.

No podía hacer nada, estaba débil y casi estaba seguro que parecía un mapache, no había dormido absolutamente nada anoche...

Al menos la canción para Camila ya estaba terminada, solo faltaban algunos detalles aquí y ya. Si alguien le hubiera dicho hace meses que así pasaría su cumpleaños de seguro lo hubiera tachado de loco.

Necesitaba mucho a Camila. Ya no sabía qué hacer sin ella. Era ilógico pero lo único que pasaba por su mente era ella, las necesidades básicas habían quedado atrás, lo único verdaderamente importante era besarla, abrazarla y si no podía hacer eso... se conformaba con mirarla y poderle decirle que había sido un tarado por engañarla.

El timbre interrumpió sus pensamientos y con una flojera máxima Laurense paró a abrir la puerta.

-¿Qué haces aquí?

-Vengo a visitarte solamente ¿puedo pasar?

-No –gruñó.

-Que maleducada estás.

-¿Ya conoces a mi madre? –Bromeó ella.- no entiendo enserio, te he dicho mil veces que no me interesa tener ninguna relación contigo, gracias –le iba a cerrar la puerta pero ella lo detuvo.

La ojiverde puso los ojos en blanco –Ya no puedes hacer nada para sobornarme, Lucy, Camila ya sabe todo y está en sus manos el denunciarme o no.

-Yo también puedo hacerlo, Lauren. Usurpaste la identidad de mi novia.

Ella volvió a rodar los ojos.

-Me excita mucho cuando haces eso –murmuró mientras la rodeaba con los brazos y la besaba, Lauren la apartó bruscamente.

-¡Maldita sea, no! ¡¿Qué no entiendes?!

-Pero ¿por qué?

-No eres Camila.

Lucy tenso sus labios, formando una línea tiesa.

-Ella tampoco es la gran cosa.

Jauregui cerró sus puños, la actitud de Lucy ya le estaba cansanda.

-Solo vete ¿de acuerdo? –Pero ella volvió a tomarlo por sorpresa y jaló de su suéter juntando sus labios.

Un gemido de dolor se escucho detrás de ellos.

Ella volvió a alejarse de Lucy encontrándose con dos ojos avellana viéndolo con horror.

-Camila... –logró pronunciar.

-Claro –dijo- Aparece ella, y yo... yo me vuelvo invisible para ti.

-No, nena...

Ella levantó una mano, callándolo.

-Solo, yo... no debí haber venido.-dejo un pequeño paquete en el suelo y retrocedió- espero que disfrutes tu cumpleaños junto a ella –seguido salió corriendo.

Lauren trató de seguirla pero Lucy lo impidió.

-Quítate del camino.

-No.

-Lucy vete.

-Necesito decirte algo.

-¡Por Dios Lucy!Camila está huyendo...

-No puedo permitir que ustedes dos se reconcilien.

-¡¿Por qué?! Joder Lucy, tú estás enamorada de Michelle ¿no? Entonces déjame.

-No, Lauren.

-No me hagas usar la fuerza, si yo quisiera pudiera quitarte de aquí, pero no quiero hacerte daño.

Ella se apartó del camino lentamente... como fuera,ella ya no la alcanzaría.

-Eres una maldita –murmuró ella, mientras salía y recogía la pequeña caja del piso y la abría, la cadena con su nombre y un sombrero venía adentro, junto con una tarjeta en donde pudo identificar la delicada caligrafía de Camila.

Feliz Cumpleaños, Lauren.

No había nada más.   

La Farsante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora