Capitulo 42

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Michelle se quitó su chaqueta, mientras repasaba la pregunta, tenía mucho sueño. Llevaban más de una hora hablando, Camila preguntándole esto, cuestionándole aquello... ella preguntándole a Lauren... ambas confusas y llenos de preguntas sin respuestas, solo estaban tratando de aclararse, ayudarse la una a la otra.

-No me lo tomes a mal, Camila. Nunca quise casarme, solo es eso, mi madre me obligó y me asusté.

-Y huiste –completó Dinah.

-Sí huí, Lucy estaba ahí conmigo, habíamos vuelto a ser novias y bueno creíamos que si Clara me encontraba, me obligaría a casarme, no vi lo obvio que era el hecho de que el día de la boda había pasado ya, y por ende... tu ya deberías estar odiándome...

-Pero Lauren tomó tu lugar –interrumpió Camila.

-Sí, realmente pienso que tu entiendes eso mejor que yo, Camila-se rascó la nuca.

-¿Quieres dormir, ya?

-No. Tienes dudas, quiero aclararlas.

-Puedes descansar un poco, llevamos mucho tiempo aquí.

-No, de verdad. Estoy bien.

-No sé que más preguntar –se hundió en el pecho de Lauren.

-Creo que tienes varias dudas aún...

-Sí, pero no estoy muy segura de que alguno tenga una respuesta.

-No pierdes nada preguntando.

-Hace tiempo, muchísimo en realidad... Un poco antes que conociera a Michelle y muchos meses antes que conociera a Lauren tuve un sueño... era una cabaña muy singular, extraña, el ambiente era frío y terrorífico y bueno... ah, yo entraba y me encontraba con alguien, quien... por alguna extraña razón tenía control sobre mi cuerpo y mis acciones –un escalofrío recorrió su espalda- no podía moverme, tampoco podía hablar... yo estaba muda y estática y solo sentía esa irradiación de calor por parte de aquella extraña...

-¿No lo viste? ¿Cómo sabes que era una extraña y no un extraño?

-Era mujer –susurró- su voz era rasposa y suave.

-¿Habló?

-Sí –tembló un poco- y yo... yo me comuniqué por medio de mi mente ¡Suena loco! Pero así fue... y ella...ella solo me preguntaba si estaba cansada. No... no lo recuerdo bien y decía que no debía confiar en ella... bueno dijo que no me estaba pidiendo que lo hiciera y dijo que necesitaba que la salvaran y se rió.

-¿Y ya? –preguntó su rubia amiga.

-Suena tan estúpido en voz alta, pero... la cabaña –volteó hacia Lauren- te puedo jurar que era la cabaña de nuestra luna de miel, Lolo.

-¿Estás insinuando que yo era esa que te... controló?

-No, Lauren... no vi a la persona, no puedo afirmar quien era. Lo único que me gustaría saber es por qué y cómo pude soñar con un lugar que jamás había visto y con el que me encontraría medio año después... es terrorífico.

-¿La cabaña es terrorífica?

-¡No! Es preciosa... pero quisiera saber a quién rayos tenía que salvar o qué se supone que pasaba...
-No te lo tomes tan a pecho, Camila. Fue un sueño –la tranquilizó Michelle al momento en que acariciaba su rodilla ganándose una mirada analizadora de parte de su hermana.

-Es que si ustedes lo hubieran soñado... -giró su mirada a Lauren quien estaba un poco perdida, siguiendo los movimientos de la palma de su hermana sobre la pierna de ella.- ¿Estás bien, Lauren?

-Tal vez era yo –murmuró- no debías confiar en mí porque bueno básicamente estuve engañándote... debías salvarme porque era una idiota mujeriega que se emborrachaba todas las noches y vivía del dinero de sus padres, era avariciosa y egoísta y estaba resentida y bueno a lo demás no le encuentro mucho sentido...

La morena empezó a jugar con su cabello, Lauren... su Lauren había aparecido en sus sueños mucho antes de saber que ella existía. Era irreal, eso pasaba solo en las películas...

-¿Podrías quitar la mano de su rodilla? –Le ladró Lauren a Michelle.- No te traje para que la toquetearas.

-¡Lauren! –le reprendió.

-Lo siento –apartó su mano y se levantó- creo que ya es hora de acostarme, estoy cansada.

-Te llevaré a tu habitación –ofreció Camila, pero Dinah negó con la cabeza.

-Yo lo haré –le dijo en el oído- tu trata de controlar a Lauren –después volvió a subir su tono- además creo que yo también debería irme, mi casa queda un poco lejos.

Ambos se alejaron y pocos minutos después Dinah se despidió y salió por la puerta.

-No era necesario hablarle así a Michelle. –arrugó sus ojos hacía su novia.

-Perdón.

-Debes controlarte, además el luce agotado ¿tiene algo?

-Lucy

-Como siempre –suspiró.

-Se ha escapado, no sabe en donde se metió, ella le dijo que si no se casaba con ella, no la vería más y tampoco a su hija.

-¿De verdad?

Asintió- Está angustiada por la niña, eso es todo.

-Dices como si habláramos de barbies y muñecos, ¡es su hija! ¡Claro que está preocupada! Y luego tú vienes y le gruñes como perra rabiosa. Dijiste que querías cambiar.

-Trato de hacerlo. Te juro que estoy tratando...

Ninguno habló por un tiempo, Lauren volvió a tomar a Camila entre sus brazos y acarició su estomago, el silencio no era incomodo pero decidió romperlo y hablar.

-Nacen en Noviembre.

-¿Qué?

-Los bebés, nacen en Noviembre.

-Oh sí –sonrió.- Va ser una navidad bonita...

-Soñé con ellos –confesó la ojiverde mientras besaba el cabello de ella.- En el avión, eran dos pequeños con ojos mieles y tu color de pelo.

-¿En serio? –sus ojos brillaron mientras se apartaba de los fuertes brazos de ella para poder mirarlo a la cara- Debo admitir que cuando te di la noticia pensé que no te había gustado.

-Bueno, sería mucho más sencillo tener solo uno, pero... creo que los genes querían que Michelle o yo tuviéramos gemelos, aunque sinceramente nunca me imaginé como madre... hasta que apareciste tú.

-Eres una mentirosa.

-No es así –beso su nariz velozmente- ese día en el parque, cuando casi me ahogo pensando en tener un hijo, bueno luego no me pareció tan mala idea, sonaba que tendríamos a alguien muy hermoso.

-El día en que me dijiste que eras Lauren Jauregui... -inclinó su cabeza un poco.- ¿Sabes? Haciendo cuentas... en esa época ya estaba embarazada.

-Eso quiere decir que eres una bruja que predice el futuro. –se burló.

-¿Disculpa? ¿Acaso acabas de llamarme bruja?

-No sé... ¿Qué vas a hacer al respecto?

Camila se inclinó hacía Lauren con intención de tocar sus labios pero se detuvo a medio camino –Voy a hacerte cosquillas –gritó y empezó el ataque, ganándose varias carcajadas y risas de parte de la mujer frente a ella, quien después de un momento se unió a la lucha y también movió sus dedos por el estomago de ella.

-¡Ya, Camz, paz, paz, bandera blanca! ¡No puedo respirar! ¡Para! –tomó su cintura y la alejó, ella todavía sonreía juguetonamente.

Lauren la besó. La había extrañado muchísimo. Y ahora estaba aquí con ella y no la dejaría sola, nunca más.

La Farsante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora