Lauren dobló en la esquina mientras se tallaba los ojos y la nariz, que desesperante. Casi le había dado un ataque al escuchar a Camila decirle que Lucy estaba por ahí en los alrededores, había pasado mitad del día mirando para todos lados intentando encontrarla y había aparecido justo cuando ella estaba ocupada y cuando Camila estaba sola.
No cabía duda que a Lucy le podía falta un tornillo, pero no era tonta.
La que no cambiaba era Camila, podía ser lo que quisiera pero jamás dejaría esa terquedad que la caractizaba tanto. Suspiro hondamente, no quería que ella cambiara, se había enamorado de ella con todas sus locuras y su poco sentido de la noción y de lo correcto, la había elegido a ella en un momento en que no era correcto hacerlo, pero estaba feliz porque esa decisión es la que ahora los tenía ahí, esperando dos bebés en los cuales ella debería pensar porque alguien como Lucy no dudaría en quitarlos de su camino.
Era demasiado difícil mantener todo en orden, después de un problema aparecía otro y otro y otro, ya estaba agotado.
Llega a la heladería, Camilano está ahí.
Suelta un gruñido bajo, le había dicho que no se moviera.
-Oye –llamó al hombre detrás del mostrador.- ¿Has visto a una mujer como de esta estatura –llevó su mano un poco lejos de ella a la altura de su pecho, ahí es donde Camila llegaba- ojos cafés, cabello largo? Tenía un vestido verde.
-Vino hace un buen rato, pidió unos helados y después se fue corriendo.
-Sí, eso ya lo sé. Me refería a hace unos momentos, se supone que debería estar aquí de nuevo.
-Oh –hizo una cara rara, como tratando de recordar algo.- no, señorita. No recuerdo haberla vuelto a ver.
Tiró de su cabeza para atrás, ¿qué tan difícil era seguir una indicación? Quédate ahí, no es como si fuera algo a la fuerza, hasta ella le pidió que no se tardara.
-Disculpe señorita –un niño le jaló el pantalón a Lauren, tenía unos ojos azules grandes y no pasaba de los 8 años. A Lauren le pareció tierno- Yo vi a esa mujer.
-¿De verdad? –Se hincó hasta estar a la altura del pequeño.- ¿Viste hacía donde se fue?
Él jaló su paleta de helado bruscamente hacía la derecha, apuntando con sus cortos deditos.
-Por ahí –sonrió mostrando la falta de dos dientes frontales.- Iba con una mujer que comió mucho.
-¿Qué?
-Sí –asintió frenéticamente.- Tenía una panza así –con sus manos llenas de caramelo derretido hace la forma de un estomago gigante frente a él y Lauren logra comprenderlo.
Lucy se llevó a Camila.
-¿Seguro que se fueron en esa dirección? –velozmente está de vuelta en pie. Mierda, ni un minuto podía tardarse sin que Lucy hiciera algún movimiento.
-Seguro.
-Gracias, campeón –agita el castaño cabello del niñito y le regala una sonrisa.
Corre hacía donde los pegajosos dedos de aquel niño apuntaron, pero no logra ver nada. Carajo ¿dónde están?
...
-¿Cómo vas con Lauren? –su voz es tranquila, como si supiera que Lauren nunca vendría a intervenir. Camila todavía tenía esperanza. No habían caminado mucho, Lucy era muy lenta, o tal vez solo había decido tomarse el camino con calma.
-Todo bien –susurró.
-¿Ya te pidió matrimonio? –el tono curioso resaltó demasiado.
-No.
-Oh, bienvenida al club entonces. ¿No te gustaría casarte antes de tener a ese hijo tuyo?
Hijo. Lucy aún no sabía que ella tendría gemelos. Era mejor que no lo supiese.
-No, estoy bien.
-Claro, casi olvido que ya has estado casada este año, de verdad que ¡Que año este! Casada, divorciada y embaraza... mala racha ¿eh?
¿Mala racha? Camila se sentía la mujer más afortunada, excepto por el hecho de que una loca la estaba persiguiendo y ahora la había atrapado, lo peor es que Lucy le hablaba como si fueran amigas, como si no estuviera en peligro, ¿y si no lo estaba?
Giró su cabeza un poco, tenía la oportunidad de correr.
-Ni se te ocurra –murmuró como si pudiese leerle la mente.- Tengo un arma Cabello, en mi bolsa. Puedo usarla si quiero hacerlo. Puedo usarla si decides correr.
Abrió los ojos como platos ¿un arma? ¿De dónde demonios había conseguido ella un arma? En este país no solo ibas a una tienda y pedías un "arma" sea cual fuera la clase de arma que Lucy portara, lo más seguro es que la había conseguido ilegalmente.
-¡Lucia! –el conocido grito se oyó por detrás de ellas, provocando que ambas voltearan. -¡DETENTE YA! –hizo un gruñido ronco.
Camila soltó todo el aire contenido, Lauren había vuelto.
-Lauren –la palabra sonó muy cariñosa saliendo de los labios de Lucy.
-¿Camz estás bien? –llegó dándole un rápido abrazo a su novia, había sido un milagro encontrarla, daba gracias al cielo ser alto, así podía ver por encima de toda la gente alrededor.
-¡¿Lucyque jodidos te pasa?! –Ladró.- ¿Cómo te atreves a hacer algo así?
-¡No me hables de esa forma, Jauregui! –gritó de vuelta.
-¿Dónde está Michelle? –se giró la ojiverde preguntando ahora a la morena, Lucy se puso atenta.
-No respondió mis llamadas.
-Lucy ven con nosotros –pidió.
-¡No! –Chilló ella.- No quiero ver a Michelle, no quiero estar con ella, ni con ustedes.
-Lucy, por favor.
-¡NO! Yo se lo advertí, ella sabía a lo que se atenía. Le juré que no me volvería a ver si no se casaba conmigo.
-Trata de razonar –intentó tomar su brazo, pero ella se había alejado.
-Me iré, pero yo sola. No con ustedes.
-Solo quiero que dejes en paz a Camila. ¿Por qué la sigues? ¿Por qué la molestas? Esto que hiciste fue un intento de secuestro, espero que estés consciente de eso.
-No la estaba secuestrando. –Miró a su enemiga con ojos de pistola.- Ella no merece ser feliz. ¿Por qué ese bastardo –escupió la palabra señalando el vientre de Camila- puede tenerlo todo y mi hija no? ¿Por qué ella puede tenerte y yo no?
-Lucy... -comenzó Camila pero fue interrumpida.
-Cállate, perra. Esto es entre Lauren y yo ¿entendido? Ella estaba enamorado de mi mucho antes de conocerte, ella se casó CONMIGO –recalcó.- ella me hacía el amor todas las noches...
-Hasta que la engañaste –fue su turno de interrumpir.
-Creí haberte pedido que te callaras. Lauren –lo miró, ella estaba estupefacto, viéndola con ojos grandes- tu y yo ¿lo recuerdas? Si tu hermana no me quiere, tú y yo podemos volver a intentarlo, podemos...
-Lucy, basta. –Ella bufó por otra interrupción.- Ven con nosotros, Michelle quiere hablar contigo.
-No voy a volver con ustedes si no tengo una proposición o un anillo de compromiso –cruzó sus brazos.
-Entonces regresa, para que ella pueda dártelo.
-No me lo dará. Dejo eso claro, me ha negado el matrimonio y un apellido.
-Tu hija, piensa en ella. Necesita a su madre.
-Esta mocosa no me sirve de nada si no me convierto en una Jauregui –se golpeó un poco el estomago y Camila la miró con tristeza, Lucy no merecía ser madre teniendo esa actitud.
-Lucy, creo que necesitas ver a un Doctor –más bien un psiquiatra.
Lauren pudo por fin tomarle el brazo y la jaló hacía ella.
-Estoy perfecta, suéltame. –empezó a buscar entre su bolsa, Camila palideció, quería usar el arma contra Lauren, corrió hasta su lado arrebatándosela.
-¿Qué te pasa, zorra? –Insultó.- ¡Devuélveme mi bolso ahora!
-No, Lucy, queremos ayudarte.
-No, ya basta. –empieza a forcejear en contra de Lauren y Camila no entiende como sale de su agarre y empieza a correr realmente deprisa, demasiado rápido para alguien que está embarazada.
-Lucia –grita la ojiverde y está preparado para correr detrás de ella, pero es demasiado tarde, nadie se había dado cuenta de lo próximos que estaban a la calle.
Lucy sigue corriendo sin fijar su vista en la luz del semáforo, no voltea ni revisa si algún auto viene, y cruza con prisa, con el objetivo de huir.
El chirrido de un auto frenando cala en los oídos de Lauren y Camila, y después un olor a llanta quemada inunda el ambiente, pero también es demasiado tarde para el conductor, aunque intente no puede parar. Golpea y lanza a Lucy por los aires, haciendo un efecto de vuelo por un momento y después ella cae en el cemento duro y sucio, empieza a dar vueltas, está inconsciente, sangrando y no se mueve...

ESTÁS LEYENDO
La Farsante (Camren)
FanfictionCamila Cabello y Michelle Jauregui se enamoraron desde la primera vez que se vieron. Son felices, se aman y deciden casarse cinco meses después. (G!p*)