Capitulo 46

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-¡Luy –gritaron ambos al unísono y corrieron al bulto de personas que ya se encontraban alrededor del accidente.

-¡Muévanse! –gruñó Lauren empujando personas fuera del camino y llevando a Camila junto con ella de la mano. –Lucy –murmuró mientras empezaba a moverle la cabeza, tenía una herida grande. –Alguno de ustedes imbéciles llame a una ambulancia en lugar de estar aquí mirando como tarados.

Otro chirrido de llantas se escucha y ven como el auto gris se empieza a alejar, más bien huye, fue el que atropelló a Lucy.

-¡Apunta las placas del auto, Camila, Rápido!

Camila empezó a tocar sus bolsillos, no tenía nada de papel ni bolígrafos, echó una mirada dentro del bolso de Lucy y un nudo se le formó en la garganta.

Una pistola, Lucy traía una pistola. Cierra con un poco de brusquedad la cartera y la mantiene un poco alejada, pero de una manera bien agarrada para que nadie se la lleve. Mira a Lauren quien la ve desesperada. El auto gris ya ha desaparecido.

-¡Nadie está haciendo nada, bien! –Vuelve a gruñir.- ¿Alguien ya llamó a una maldita ambulancia?

-¡Viene en camino! –grita una voz en el fondo, pero Lauren sigue teniendo el ceño fruncido, debe ser su primer accidente.

Bueno, también era el de Camila, y no por eso estaba echándole bronca a medio mundo.

-Mira si no pudiste apuntar las placas Camila, por favor hazme el grandísimo favor de llamar a Michelle.

-¡No me grites! –chilla, con lagrimas rozándole los ojos. Ugh, el embarazo la ponía muy sentimental.- Sé que esto fue mi culpa ¿ok? No tienes por qué estar gruñéndome y dándome ordenes tontas. Perdón por haber dejado escapar al auto, perdón por haber querido salir de casa, perdona a mi cuerpo por no atreverse a correr cuando Lucy me amenazaba. ¡Perdón! Pero deja de una vez esa actitud hostil, me recuerdas...

-¿Te recuerdo...? –quiso que continuara.

-Me recuerdas todas las peleas que tuvimos antes, me recuerdas a un Lauren que no me caía bien.

-Solo guarda silencio, Camila. Hablaremos de esto en casa. Si no recuerdas esta mujer está embarazada y puede perder al bebé.

-¡Lauren, yo también estoy embarazada! Y esta mujer –dirigió su dedo al mallugado cuerpo de Lucy- quiso secuestrarme, no le debo nada.

-Ayúdala –pidió- por Michelle, por mi sobrina.

Camila hizo un puchero, cuantas ganas tenía de echarse a llorar ahora. Como odiaba esta actitud en Lauren, una actitud que la hacía dudar demasiado.

Tomó su celular y llamó a Michelle.

-¿Hola?

-Michelle, soy Camila.

-Camila, sí. Estaba por llamarte, tengo... 3 llamadas perdidas tuyas y un mensaje. ¿Pasa algo?

La sirena de una ambulancia y ese sonidito tan conocido empezaron a escucharse, se estaban acercando.

-Ha ocurrido un accidente, atropellaron a Lucy.

-¿De qué estás hablando?

-Ella nos siguió e hizo un intento de... de secuestrarme o algo así, no creo que sea el momento de explicarlo todo. Ven por favor, Lauren necesita ayuda.

-¿Ya llamaron a una ambulancia?

-Sí, justo está llegando –un escudo médico adornaba el lado izquierdo de la ambulancia "San Gabriel".- Vamos a estar en el hospital San Gabriel.

-Voy para allá.

-¡Michelle! –dio un gritito para evitar que el colgara.- Por favor no manejes, en tu estado de nerviosismo puede ocurrir... otro accidente.

-No te preocupes. No tardo, tomaré un taxi.

 Camila dio un vistazo a su alrededor, las personas se estaban esparciendo poco a poco, aún quedaban algunas viendo el espectáculo que era subir a Lucy a la camilla y después a la ambulancia. La boca de ella formó una perfecta 'o' al ver el verdadero estado de Lucy, tenía sangre por todo el vientre...

-Súbete a la ambulancia, Camila. Ahora –mandó Lauren.

Obedeció, no estaba como para hacer caprichos ahora. Lauren subió después y solo la miró a ella, Camila esperaba que empezara a analizar todas las cosas que los paramédicos le estaban haciendo a Lucy pero Lauren no despegaba sus ojos de la cara de ella.

-¿Qué? –soltó.

-Me alegro que estés sana.

-¿Qué? –repitió.

-Solo –se rascó la nuca.- tengo que admitir que me siento aliviada... de que no seas tú la que está ahí –señaló la camilla.

-No entiendo.

-Qué ella iba a hacerte daño, Camz. Y eso me puso mal, ver el accidente hizo que mis nervios explotaran, perdón por gritarte.

-Está bien.- se encogió un poco en su lugar y no pudo evitar imaginarse: una Camila pálida, con golpes en la cara, y un balazo atravesándole el pecho. Y una Lauren a su lado, llorando.


***

-¡¿Cómo está?! –Michelle había atravesado las puertas como una loca.

-Aún no sabemos nada.

-Agh, estuve en el tráfico por más de media hora, ¡deben de tener alguna noticia! –jaló su cabello con desesperación.

-Hermana, por favor ten paciencia. –Lauren se levantó junto a ella.

-¡No puedes pedirme paciencia, ahora! Imagina solo que Camila estuviera en el lugar de Lucy, ¡puedo perder a mi hija!

-Michelle, se exactamente cómo es el sentimiento, lo sentí hoy mismo. Lucy iba a dañar a Camila y a mis hijos.

-Voy a traer algo de té ¿sí? Tal vez las calme.- dijo Camila. Ella también necesitaba algo de té, ¿por qué de repente todo el mundo quería que imaginara que ella estaba mal, enferma, herida? La estaban poniendo incomoda y muy nerviosa.

Volvió con tres vasos desechables llenos de té, estaba casi segura que ni Michelle ni Lauren los probarían, pero estar ahí sentada sin hacer nada no era de su agrado.

-¿Noticias? –preguntó al acercarse y las gemelas dieron un rotundo 'no' con la cabeza. -¿Van a querer su té? –volvieron a negar.

Ella soltó un suspiro. Al menos lo había intentado. Dio un sorbito al té que había traído para ella, y se arrepintió, estaba asqueroso. Dejó los vasos de lado y se dedicó a esperar...

Minutos después un doctor salió a verlas, Michelle se paró como rayo a llenarlo de preguntas, pero él médico solo lo veía con una cara apenada, no tenía buenas noticias.

-Lo siento...

-¿Lucy murió?

-La paciente está delicada, pero pudo salvarse. El problema lo tuvo su bebé, hubo un desprendimiento de placenta provocado por el golpe. Si el embarazo hubiera estado más avanzado podríamos haber hecho una cesárea de emergencia, pero desafortunadamente el feto todavía no estaba bien formado. No pudimos hacer demasiado –bajo los hombros con tristeza.- y el bebé murió.

Michelle suelta un sollozo fuerte y empieza a llorar descontroladamente.

-Mi hija –susurra cuando Camila se acerca a abrazarlo y lo mece contra ella, Michelle llora en su hombro y la abraza fuerte–la bebé no tenía la culpa, no tenía la culpa de nada.

-No, Mich. Ella no tenía la culpa.

-¿Cómo está Lucy? –pregunta Lauren saliendo un poco del shock.

Su sobrina había fallecido.

-Está descansando, aún no le decimos la noticia. Suponíamos que alguno de ustedes querría hacerlo, para que ella lo tomara con calma. Es una noticia fuerte y ella se encuentra débil. Hemos necesitado hacerle un legrado para evitar una hemorragia y necesita reposar.

-¿Puedo –sorbió su nariz- puedo pasar a verla? –dudó Michelle.

-¿Usted es su esposa?

-Soy la madre de la niña –pero después abrió sus ojos húmedos con una nostalgia evidente y corrigió:- Era la madre de la niña.

-Entonces pase, pero solo por unos minutos.

Michelle asiente y camina acompañanda hasta que desaparecen en el pasillo del hospital.

-¿Estás bien? –pregunta la ojiverde

-Tengo nauseas.

-Ven –abrió sus brazos y ella se acurrucó entre ellos.- Te amo –le susurró en el oído al momento en que acariciaba su cabello. Tembló un poco al pensar... que ella pudo haber perdido también a sus hijos hoy, a ellos y a Camila.

La Farsante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora