Hawái.
¿Por qué Michelle guardaba una cadena que le pertenecía a su hermana? Inevitablemente su cerebro empezó a recabar en cosas pasadas en situaciones realmente extrañas...Lauren quitándose algo del cuello y guardándolo en el bolsillo mientras ella caminaba por el altar.
Su repentino cambio de look, la aparición de sus tatuajes y... la desaparición de sus lunares.
Ella tratando de recoger un pequeño colgante de oro en el taxi.
<<No toques mis cosas ¿entiendes? –Gritó - jamás>>
Camila empezó a mirar a su alrededor. Seguía sin comprender cómo podía ser la misma cabaña de su sueño.
<<No confío en ti.
No te estoy pidiendo que lo hagas>>¿No debería de confiar en Michelle?
El timbre del teléfono interrumpió sus pensamientos, corrió a contestarlo y se encontró con la cálida voz de su esposa al otro lado de la línea.
-Hola, cariño ¿cómo te va?
-Me siento muy sola, Michelle. ¿Vas a volver pronto? –Lauren tosió del otro lado de la línea.
-Todavía no estoy segura, hermosa.-¿Y qué tal si tomo un vuelo y voy contigo?
-¡No! –Se apresuró a decir ella- No quiero que te de algún ataque de pánico en el avión.
-Estoy teniendo muchísimos ataques aquí... de limpieza. ¿Recuerdas que te conté que hacía eso cuando me aburría? Deberías ver la cabaña ahora, está reluciente.
-¿Por qué no nadas un poco? La alberca está a tu disposición. También puedes salir a pasear Camila no necesariamente tienes que estar todo el día ahí.
-Quiero estar contigo –gimió ella.
-Y yo también, amor. No sabes cuantas ganas tengo de besarte en estos momentos. –Lauren sonrió pensando en cómo repondría todos los besos cuando la volviera a ver...
-Necesito decirte algo-continuó ella.- Hoy eh encontrado tu caja mientras limpiaba y bueno, créeme que no fue a propósito, pero está se volcó y se abrió y vi una foto con tu hermana, son exactamente idénticos ¿eh? Nunca había visto a dos personas así de iguales... ni siquiera siendo gemelas.
-¿Viste algo más? –preguntó rápidamente.
Camila pensó en decirle lo de la cadena, pero lo dejó para después.- No, solo he visto la foto ¿Estás enojada?
-No, nena. Para nada. –Suspiró claramente aliviado.- Te extraño...
-Yo más, Michelle.
- ¿Te incomoda algo? Te oyes tensa...
-Yo estoy bien –mintió, seguía rondándole por la cabeza demasiadas cosas.- Tú te oyes cansada ¿no has dormido aún?
-No, lamentablemente eh tenido que ver a varias personas indeseables, me han puesto de mal humor y estresado.
-Lamento escuchar eso. –de repente una idea llegó a su mente.
El silencio entre ellos se empezó a hacer un poco incomodo. Nadie decía nada.
-Supongo que mañana te llamaré, te amo.
-¡No! Camila espera, yo quería hablarte de algo muy importante pero no creo que sea adecuado decirlo por teléfono.
-¿Y entonces? ¿Me tendrás con la intriga durante toda la semana?
-No; de verdad quiero decírtelo lo más pronto posible, me está carcomiendo viva.
-¿Algo va mal?
-No es nada por lo que tengas que preocuparte, linda. Te amo muchísimo ¿sí? Intentaré volver para antes de mi cumpleaños. Lo prometo.
Terminaron la llamada y Camila subió rápidamente a la habitación y saco la foto, eran iguales no había ninguna diferencia, tenían hasta el maldito mismo peinado, y su caras estaban demasiado lejos como para que ella diferenciara alguna marca.
Abrió de nuevo la caja y rebuscó más, otra foto de ellas dos, igual de jóvenes, pero con sus rostros más de cerca haciendo gestos extraños, fue cuando ella buscó una lupa y así admiró la foto más de cerca, era un poco difícil porque estaba un poco borrosa y con efecto sepia o algo así, pero no podía darse por vencida.
Si era lo que estaba pensando... varias cosas cambiarian.
Entonces pudo verlo, ahí, tan claro como el agua... un rostro tenía lunares cerca del ojo y el otro no, ahora solo tenía que encontrar la forma de volver a ver la cara de su esposa y descubrir con quién estaba casada en realidad...
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La Farsante (Camren)
Fiksi PenggemarCamila Cabello y Michelle Jauregui se enamoraron desde la primera vez que se vieron. Son felices, se aman y deciden casarse cinco meses después. (G!p*)