Capitulo 25

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Lauren se estiró mientras volvía a gruñir, ella jamás había presentado problemas para dormir.
Casi las cuatro de la mañana y ni siquiera tenía un poco de sueño.

En su mente podía recordar como la pequeña cara de Camila se llenaba de lágrimas al escuchar la verdad, y como lo veía con odio después en el hospital, y más tarde, la cara seria del médico, que le dijo que su hermana no tenía mejoras.

Se dirigió a la cocina para poder servirse algo de té, la leche caliente nunca había sido de sus bebidas favoritas, empezó a calentar el agua cuando pudo notar una leve mancha cerca de la estufa... eran cenizas.

-Así que aquí fue donde quemó la foto, Lucy –murmuró.

Limpió el lugar un poco, aunque aun así la mancha persistía en quedarse ahí, era como el recuerdo de la estupidez que había cometido.

Aún no le había dicho a Camila sobre su infidelidad. No quería hacerlo. La odiaría mucho más.
Se sentía tan vacía sin ella, era como si hubiera perdido una parte de ella.

¿De verdad estaba enamorada?
Caminó a su computadora y puso en el buscador la palabra enamorarse.

Millones de resultados aparecieron, al instante pudo notar varios de páginas famosas y conocidas, hasta canciones, pero se decidió por investigar en algunas otras.

Un título le llamó la atención de repente; Miedo a enamorarse.

La página era buena, tenía varias cosas interesantes, en especial en la que se enfocó Lauren solo al entrar:
"Si de verdad estás sintiendo miedo a enamorarte significa que ya existe una persona que te está provocando toda esas sensaciones."

Cuando conoció a Lucy se había sentido hechizada al instante y su corazón no había puesto duda al preguntarle que fuera su esposa, después del mes se había dado cuenta que su corazón le había jugado mal. En cambio Camila le había parecido tan hermosa pero tan aburrida en un principio... después se había dado cuenta que en realidad era alguien muy divertida y amable, pero también la había perdido en un mes.

¿Ese era su destino? Enamorarse perdidamente y perder a esa persona a los 30 días.

Había podido identificar que ella se enamoraba rápido, eso era un gran defecto.
Todo sabe que los enamoradizos son los que sufren más.

Se sirvió su taza de té y empezó a tomar pequeños sorbos, asimilaba que en algún momento de su vida fue mujeriega, sí, pero eso solo había sido porque estaba dolida y no creía en los sentimientos.
Este año había sido una montaña rusa, podía verse aún como la Lauren Jauregui borracha y que solo vivía del dinero de su papá, el dinero que gastaba cada noche en alcohol y en mujeres. Después vino la quiebra y todo para ella tuvo un giro de 180°, aunque el golpe más fuerte había sido conocer a Camila. Y después romperle el corazón.

Revisó el reloj de su laptop: 4:20 a.m.

Lógicamente al ser ya de madrugada, era su cumpleaños.

-¡Buena manera de festejarlo! –hizo una mueca- treinta años... treinta años sola, treinta años sin amor...

Hablando solo a esas horas tempranas no era como había imaginado estar en su cumpleaños.
Quería besar a Camila y abrazarla, no podía dudar en estos momentos del amor que sentía por ella, era tan obvio que la amaba, que la extrañaba y la necesitaba a su lado.

Ya no podía mentir, ni a sí mismo ni a nadie.

Solo esperaba que cuando es carta que había pedido a Camila llegara, y si lo hacía... soñaba que trajera una buena noticia.

-Feliz cumpleaños a mí –pronunció con la voz baja mientras apagaba la computadora y se iba a su cuarto, se le ocurrió que podía tocar su guitarra un momento, pero al llegar a su habitación se acordó que Camila la había roto en pedazos, hizo una leve sonrisa de lado y se dirigió a su piano.

<<-Un tatuaje significa música ¿no es así? ¿Compones música?>>

Tocó la pequeña letra china de su brazo mientras se sentaba y empezaba a mover sus dedos por encima de las teclas.

Si no podía dormir, empezaría a componer alguna canción para Camila.


***
25 de Junio, 11:00 a.m.

-No puedo creerlo, Camila. Voy a matar a esa imbécil cuando la vea –refunfuño.

-Drew, no –dijo. Su hermana había llegado por la noche después de recibir la llamada de Camila, se había puesto histérico al enterarse de todo.

-Tenemos que llevarlos a la cárcel, a ella, a la que está en coma y a la madre. Esas malditas no merecen disfrutar de su libertad.

-Pero...

-¡Camila, nos iban a estafar! ¡A robar! –interrumpió gritando.

-Pero no quiero que estén en prisión.

-No puedo escucharte, Camila. Es algo irracional lo que estás diciendo, te engañó, te... te mintió. Quiero decir toda clase de cosas pero no debo decir esas palabras frente a ti.

-Tú también me tratas como a una niña, ¡tengo 25 años, casi 26!

-Sí, bueno yo tengo 31 y soy tu hermano mayor.

-Exacto, mi hermano, no mi padre. Me iban a estafar a mí, no a ti. Yo decido si los envió a la cárcel o no.

-Merecen un castigo. Merecen pudrirse entre las rejas.

-¡No!

-¡Sí! Iban a quitarnos el dinero de los Cabello, y eso incluye a toda la familia, no solo a ti, deja de ser tan ilusa ¡por dios!

-¡Estar enamorada no es ser ilusa!

-No puedes estar enamorada de alguien como ela, ni siquiera sabes a quien amas.

Camila se quedó callada.

-¿Ves? –Continuó- Piensa mejor las cosas, pequeña. Piensa en Michelle, la verdadera, esa que no tuvo los suficientes pantalones para casarse contigo y que ahora está en coma por querer escapar con otra mujer y después piensa en Lauren en aquella estúpida que no solo te engañó, también te trató mal durante su matrimonio...

-Debo irme, sigues muy débil y no quiero que vuelvas a recaer, por la tarde te darán de alta.

Camila no pudo contener el llanto por más tiempo cuando Drew salió.


Ya había pensado todo, todo desde que Lauren le había confesado la verdad.

Y a ella la amaba, a Lauren.
¿Cómo a ella? ¿Por qué a ella?
No tenía la respuesta, porque Michelle y Lauren podían ser iguales en su físico y hasta ella pudo caer enamorada de Michelle primero, pero solo Lauren se filtraba en su corazón, en sus pensamientos y en su piel.

La extrañaba.

Tomó el espejo y miró su cara, llena de lágrimas. "Basta" se dijo a si misma...sin embargo, las lágrimas volvieron a caer.

Un sollozo salió de sus labios y se concentró para poder calmarse antes de que su hermano regresara.

Cuando saliera del hospital visitaría a Michelle. Necesitaba aclarar su mente y su corazón, tal vez verlo de nuevo haría que Lauren saliera de sus pensamientos.  

La Farsante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora